Ciudad

la prueba piloto está en fase final

Clasifican las viviendas según lo que permiten ahorrar en energía

La prueba piloto para la categorización energética de viviendas está en la etapa final. El gobierno provincial revisó unos 340 inmuebles y restan otros 150. Desde la Secretaría de Energía estiman que el consumo baje hasta un 80 por ciento.


La prueba piloto para etiquetar las viviendas según la eficiencia energética está en su etapa final. Desde marzo del año pasado un equipo de profesionales integrado por un arquitecto, un ingeniero, y un maestro mayor de obras relevó unas 340 viviendas y resta visitar otras 150. La revisión calcula la cantidad de energía que la vivienda consume en un año y le asigna una categoría que servirá a la hora de comprar o alquilar. Desde la Secretaría de Energía de Santa Fe estimaron que una vivienda eficiente permitirá ahorrar hasta un 80 por ciento de energía. Esperan que la revisión y carga de datos finalice para mediados de 2018 y se extienda a otras localidades de Santa Fe.

Pionera

El Ministerio de Energía de la Nación anunció que está trabajando en un proyecto para etiquetar las viviendas según la eficiencia energética. La iniciativa se implementó por primera vez en Rosario en marzo del año pasado y ya lleva registradas unas 340 viviendas de diferentes barrios de la ciudad.

Hasta el momento la Secretaría de Energía de Santa Fe cargó los datos de unos 240 inmuebles, entre casas y departamentos, nuevos y antiguos, construidos por arquitectos, empresas constructoras, albañiles o propietarios.

Según Roque Stagnitta, asesor de la repartición, los primeros datos relavados corroboraron algunos conceptos del sentido común: los departamentos son más cálidos y las casas más frescas.  “Los departamentos, al tener menos superficie expuesta tiene menor requerimiento de energía. Son mitos urbanos a los que le pusimos un número”, explicó en diálogo con El Ciudadano.

Siempre según contaron desde la Secretaría de Energía de Santa Fe, otra de las conclusiones preliminares que arrojó el estudio es que los inmuebles modernos requieren de más energía que los construidos en la década del 80 porque los nuevos tienen mayor superficie vidriada. Stagnitta explicó que si bien resultan más luminosos, la refrigeración pesa más en el consumo que la iluminación, sobre todo a partir del uso de tecnología Led.

“No hay criterio de diseño eficiente. Muchas construcciones gastaron dinero en las terminaciones y no pensaron en cómo orientar la vivienda”, contó el funcionario.

Menos energía

Roque Stagnitta aseguró que una vivienda eficiente permite ahorrar hasta un 80 por ciento de energía. “Una casa de construcción media, sin ningún criterio, consume 400 kilovatio hora por metro cuadrado por año. Una bien orientada con doble muro y protecciones solares gasta  80”, ejemplificó el funcionario.

El estudio apunta principalmente a las nuevas construcciones en las que un buen diseño y una adecuada orientación pueden traer beneficios sin costos adicionales.

Para Stagnitta incentivará la competencia y mejorará la oferta. “La provincia no puede decirle a un arquitecto cómo construir. Al clasificar los diseños eficientes, el potencial inquilino o comprador pueden pedir la etiqueta y hacer una mejor elección de la vivienda”, señaló y adelantó que prevén entregar incentivos fiscales, bonificaciones o créditos accesibles a quienes obtengan una buena clasificación.

Beneficio

Para el investigador del Conicet Rubén Piacentini conocer la eficiencia de una vivienda mejora las condiciones del uso de la energía y de la salud. Según contó, el calor acumulado en una vivienda sin aislación térmica puede generar dolores de cabeza y otros malestares.

“Es un beneficio para la familia porque permite reducir el costo del consumo energético. También favorece al Estado porque la matriz energética depende de combustible fósiles, que son más caros que las energías renovables”, explicó.

El docente e investigador del Instituto de Mecánica Aplicada y Estructuras (Imae), Marcelo Vega, coincidió con la evaluación. “Saber cuánto consume una vivienda permite invertir de forma ordenada y contribuye a disminuir el uso de energías no renovables, que puede reducirse un 30 por ciento como mínimo”, explicó.

El etiquetado

El sistema es similar al que se usa con las heladeras y otros electrodomésticos. Se evalúa cuánta energía necesita un inmueble para satisfacer las condiciones de refrigeración, calefacción, iluminación y producción de agua caliente.

En el estudio los profesionales tienen en cuenta los materiales de construcción, la orientación de la casa, los muros, los techos, la radiación solar, las aberturas y todos los elementos que hacen a las prestaciones energéticas de una vivienda. Una vez determinado el consumo, se le asignan una categoría que va desde la A a la G y evalúan las posibles mejores para la vivienda.

Proyecto de ordenanza

“Debemos hacer un mejor uso de los recursos con los cuales contamos, por eso avanzamos con estas medidas que apuntan a optimizar su uso. Con el Certificado de Eficiencia Energética vamos a poder tener una mayor previsibilidad en el consumo de energía”, expresó el concejal Enrique Estévez, del Partido Socialista.“En un contexto nacional donde las tarifas de electricidad suben cada vez más, tener un estimativo de cuánta energía gasta una vivienda permite cuidar el bolsillo. Vamos a ahorrar dinero y contribuir a cuidar el medio ambiente”, agregó.

Estévez presentó en octubre del año pasado un proyecto de ordenanza en el Concejo para que el Certificado de Eficiencia Energética para se implemente en Rosario. Actualmente la iniciativa se encuentra en la comisión de Planeamiento para su tratamiento y posterior debate en el recinto.