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Tiempos modernos

Atornillados a una silla: cómo mitigar las enfermedades derivadas del tiempo de permanencia sentados

Tiene un nombre en inglés: sitting time, y aumenta el riesgo de muerte. En la Argentina, según una encuesta nacional de 2019, esa tendencia sedentaria de estar entre 12 y 14 horas sentados alcanza al 60% de la población. Qué se puede hacer para reducir daños


Por Celina Abud – Red Argentina de Periodismo Científico – Télam/Confiar

El sedentarismo parecería definir desde hace años el estilo de vida moderno. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), una cuarta parte de la población mundial no alcanza los niveles de actividad física recomendados según sus edades, mientras que en el país, la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, publicada en 2019, evidenció que la tendencia alcanzó a seis de cada 10 argentinos.

En este contexto, cada vez se habla más del “sitting time” (es decir, del tiempo que estamos sentados) y de cómo puede enfermarnos, al punto de considerarlo “el nuevo hábito de fumar”.

El doctor Jorge Franchella, médico deportólogo y cardiólogo y director del Programa de Actividad Física del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), confirmó que desde hace 20 años se maneja ese slogan. “Se calcula que alrededor de 12 a 13 horas de actitud sedentaria mientras estamos despiertos, especialmente sentados, están asociadas a mayor carga de enfermedad”, indicó Franchella, también miembro del Internacional Trustee del Colegio Americano de Medicina del Deporte.

Pero aclaró que no sólo el riesgo sube por la cantidad de horas, sino que “estar más de una hora y media sentados en cada oportunidad configura un aumento del llamado sitting time”.

Por ello, lo que se proponen son pausas activas. “Cada 90 minutos deberíamos levantarnos a hacer una pequeña caminata, que puede ser de 100 metros o de unos pocos minutos” y esto puede realizarse en los mismos lugares de trabajo.

“Como médicos, con muchas horas en un consultorio, podemos dejar nuestros recetarios u otro elemento no tan a nuestra disposición, para obligar a levantarnos”, remarcó Franchella a Télam-Confiar.

Es que si bien el concepto de sitting time es relativamente nuevo, el problema no lo es. “Son situaciones que veníamos viviendo en la medicina, aunque todavía no conocíamos la magnitud que podían tener”, señaló. Por lo tanto, la aparición de estos nuevos términos es, en palabras del experto, una buena oportunidad para
poder intervenir y aportar soluciones.

Esto lleva a que crezca el interés y los trabajos científicos que demostraron los efectos del sitting time, entre ellos impacto sobre la obesidad, y otras enfermedades que constituyen el síndrome metabólico (aumento de la presión arterial, niveles altos de glucosa sanguínea, exceso de grasa corporal alrededor de la cintura y niveles no saludables de colesterol). A su vez, pasar períodos prolongados sentados también parecería aumentar el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular y cáncer.

Según el repositorio PubMed, de la Biblioteca Pública de Estados Unidos, en los últimos cinco años hubo más de 960 estudios donde mencionan el término. Estos trabajos analizan además desde el riesgo de mortalidad en adultos hasta el impacto en niños, pasando por los efectos en el ámbito laboral, su asociación con el uso de pantallas y cómo lo sufren los cuidadores que se ven obligados a estar sentados, entre otras temática

 

Estrategias para reducir daños que recomienda el especilista

 

En ambientes laborales y en casa (en el que el sitting time tiene que ver con características propias del trabajo o por estar en el sofá):

  • Tener recordatorios o alarmas. Poner cronómetros cada 45 o 90 minutos que recuerden que al menos la persona debe pararse. Tener en cuenta que esta regla aplica también para chicos y para las personas de tercera edad.
  • Ponerse de acuerdo con los compañeros. En lugares de trabajo con situación de escritorio, se propone que dentro del grupo haya cierto sonido para que todos, al mismo tiempo, puedan ponerse de pie, como algo lúdico, pero sin desorganizar, como por ejemplo, hacer una marcha

 

En el consultorio, donde se esperan ver resultados:

  • Entender que la biología tiene gradualidades y no hacerse falsas expectativas. Los pacientes preguntan tiempos con precisión, y a veces no se puede predecir. Cuando los médicos decimos “en 13 días va a ver un efecto”, lo que damos es un promedio y a los 12 días nos preguntan. Es un momento en que hay que prestar atención sobre lo que nos pasa, pero hay que aprender a filtrar.

 

Fuera de casa (acciones individuales y colectivas):

  • No hace falta hacer ningún gasto oneroso para moverse. Con proponérselo basta. Por ejemplo, buscar a los chicos al colegio a pie y ponerse de acuerdo entre padres para que no todos estén en el mismo lugar, sino a tres cuadras de distancia, así todos caminan.
  • Mejorar el estilo saludable de las ciudades y brindar facilidades para que los transeúntes puedan reemplazar el transporte por las caminatas o las bicicletas.

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