Policiales

un agente con poca reputación en la fuerza

Atentado a Bonfatti: confirmaron pena a policía

La Cámara Penal ratificó los 6 años de prisión para Pablo Espíndola por encubrimiento, tentativa de robo, portación de arma de guerra y ánimo de lucro. Todo con el arma que fue usada para balear la casa del entonces gobernador Bonfatti.


Pablo Espíndola tenía un fierro caliente. Un arma de grueso calibre con numeración limada que intentó vender en 4 mil pesos. El uniformado sabía perfectamente lo que tenía en sus manos y quedó registrado en una escucha telefónica. Era una de las armas usadas en el atentado a la casa del entonces gobernador Antonio Bonfatti en octubre de 2013, un hecho inédito y gravísimo que terminó con un solo condenado, Emanuel “Pimpi” Sandoval, a través de un acuerdo abreviado. Espíndola fue detenido en diciembre de 2013, luego de varios robos. Cuando lo arrestaron tenía un arma. La pericia balística determinó la participación de la pistola en el atentado y cerró el círculo sobre el uniformado con poca credibilidad entre sus pares. En junio de 2017 el juez Ismael Manfrín lo condenó a 6 años de cárcel por encubrimiento agravado por ánimo de lucro y por tratarse de un funcionario público, tentativa de robo calificado por el uso de arma de fuego, portación de arma de guerra y uso de documento público falso. Ahora la Cámara Penal ratificó la condena al ex policía que deberá pagar su deuda con la Justicia.

La mañana del 5 de diciembre de 2013 un llamado al 911 denunció disparos de arma de fuego en La República y Campbell. Cuando el personal policial llegó vio un Peugeot 206 negro partir. Los uniformados lo persiguieron y lo frenaron. Al volante iba Pablo Alejandro Espíndola, un policía en disponibilidad que mostró una credencial apócrifa. También iban dos hombres como acompañantes. Al revisar el auto los policías encontraron en la pedalera una pistola semiautomática de gran calibre con la numeración limada. El hombre trató de dar una explicación. Dijo que lo intentaron robar cuando estaba con un albañil y que entre los dos lograron desarmar al asaltante. Una mujer denunció que momento antes un hombre se había bajado de un auto negro y con un arma la golpeó en la cabeza hasta sacarle la cartera y volvió al vehículo. La testigo reconoció a Espíndola como el atacante en una rueda de personas. Minutos antes otro muchacho fue robado con la misma modalidad. Esta vez por los tres ocupantes del auto.

Espíndola era un policía con poca reputación en la fuerza. Algunos de sus compañeros describieron su estrecho vínculo con Emanuel “Ema Pimpi” Sandoval, relacionado al negocio ilegal de drogas. Fue el único imputado en el atentado a la casa del ex gobernador Bonfatti que aceptó un acuerdo abreviado.

El ataque

El 11 de octubre de 2013 la casa Bonfatti, en Gallo y Darragueira, fue baleada por los ocupantes de dos motos que dispararon armas calibre 9 y 11.25 contra el frente. Adentro estaban el funcionario, su esposa y una empleada doméstica que salieron ilesos. Dos semanas después, la comisaria 10a fue allanada en el marco de la causa. En un Ford Fiesta estacionado en el patio de la seccional encontraron un pistola calibre 11.25 con un cargador y un cartucho, más una vaina servida en el interior de una bolsa. Uno de los policías que estaba de guardia era Pablo Espíndola y las sospechas crecieron.

Al principio lo habían imputado de participar en la organización. El arma secuestrada en su auto al momento de su detención en diciembre de 2013 fue definitivamente un fierro caliente. La pericia balística determinó que era una de las armas utilizadas en el ataque a la casa de Bonfatti.

El juez de sentencia Ismael Manfrín lo condenó a 6 años de prisión por encubrimiento agravado por ánimo de lucro: quiso vender el arma en 4 mil pesos, según una escucha telefónica; y por tratarse de un funcionario público. También incluyó la tentativa de robo calificado a la mujer, portación de arma de guerra y uso de documento público falso: tenía una credencial policial apócrifa que mostró al momento de su detención.

El juez hizo una fuerte crítica al poco monto de pena solicitado por la Fiscalía en aquel momento, al que debió ceñirse por cuestiones legales, y fijó la condena solicitada por la querella. El fallo fue apelado, pero los vocales José Luis Mascali, Carolina Hernández y Carina Lurati confirmaron la pena.

La Cámara coincidió en que hubo un doble accionar delictual de Espíndola. Además del ocultamiento del arma, sabiendo su origen ilícito, hubo elementos que acreditaron el encubrimiento. Además quiso sacarle un rédito económico a la venta del arma.

Si bien al momento del hecho estaba en disponibilidad, los camaristas confirmaron la calificación de encubrimiento agravado por su función o cargo ya que no estaba exonerado. De hecho, había mostrado la credencial policial cuando lo detuvieron.

Ema Pimpi

Sandoval fue el único condenado por el ataque a la casa del entonces gobernador. Admitió su participación como instigador en el ataque y acordó una sanción de 3 años y 6 meses de cárcel. Sandoval prestó su consentimiento en una audiencia oral presidida por el juez Ismael Manfrín, que homologó el acuerdo en febrero de 2016. La pena incluye tres causas. La primera por el atentado que sufrió la casa de Bonfatti, que encierra los delitos de amenazas agravadas por el anonimato y el uso de arma de fuego, abuso de arma y daño simple. La segunda por abuso de armas y lesiones graves a finales de octubre de 2011, cuando baleó en una rodilla a Gustavo I. Y la tercera, una condena anterior a 3 años por abuso de armas y portación. Sandoval pasó dos años y cinco meses detenido y tras la homologación logró la libertad condicional.