Policiales

Ocho allanamientos

Ataques mafiosos: la lupa puesta sobre la barra de Newell’s

Desde la TOE brindaron detalles sobre la pesquisa que busca desentrañar las nuevas intimidaciones a la Justicia. No hubo detenidos. Los domicilios allanados pertenecen a conocidos de la crónica del crimen, incluidos los de notorios barras de Newell's, como el Chivo Saravia


El jefe de la TOE brindó una conferencia de prensa donde dio detalles de los operativos. Foto: Ministerio de Seguridad.

Pasaron menos de 24 horas de las nuevas balaceras contra los frentes de Tribunales provinciales y el Centro de Justicia Penal. La Unidad Fiscal de Gravedad mandó allanar a primera hora de este martes ocho domicilios sospechados de tener vinculación con esos ataques mafiosos. La Tropa de Operaciones Especiales (TOE) efectuó los operativos y este martes al mediodía el jefe de la fuerza, Maximiliano Bertolotti, brindó una conferencia de prensa desde la sede de Rouillón al 1900. Los allanamientos es que no arrojaron detenidos y sólo se secuestró material de interés cuyo peritaje puede derivar en detenciones. Lo curioso es que muchas de las viviendas allanadas tienen vínculos con la barra de Newell’s, de estrecha relación en los últimos años con la banda de Los Monos: los policías se incautaron de elementos en la casa del histórico referente Nelson “Chivo” Saravia y también en la de su hermano.

Según Bertolotti, los domicilios allanados “estaban siendo investigados hacen un tiempo” y “estarían relacionados con los atentados” a balazos del lunes por la madrugada en el frente del palacio de justicia de Balcarce y Pellegrini y en el Centro de Justicia Penal, de Mitre y Rueda. Como resultado se procedió al secuestro de una pistola calibre nueve milímetros, teléfonos celulares, computadoras, notebooks, dinero en efectivo, cheques y otros elementos de interés para la causa. Siete los procedimientos se concretaron en Rosario y uno en Roldan.

Entre los domicilios allanados resalta una tienda de ropa ubicada en barrio Moreno (Balcarce al 3700) que pertenece a Y. Azum, a pocos metros de su domicilio familiar. Del lugar la TOE se incautó de una pistola marca Taurus nueve milímetros con documentación que será peritada, alhajas de oro y dinero en efectivo. Con esa misma pista los investigadores también llegaron a dos viviendas en barrio Acíndar y en la localidad de Roldán, donde vive un tal Turquito, como se conoce a Alejandro, un conocido de la crónica policial, integrante de la barra de Newell’s y a la vez hermano de Y. Azum., quien posee antecedentes que datan de, por lo menos, 2003.

Oro, un fierro y celulares, el botín de la TOE. Foto: Ministerio de Seguridad.

 

Fuentes de la investigación indicaron que la TOE también irrumpió en la vivienda de barrio Alvear del conocido referente del paravalanchas de Newell’s Nelson “Chivo” Saravia, de donde los efectivos secuestraron un celular y una notebook. Lo mismo ocurrió en la casa de un hermano del barra, en ese mismo barrio.

De otro domicilio sospechado, ubicado en barrio Acíndar, la TOE secuestró una suma que ronda los 60 mil pesos y un teléfono celular que será peritado en busca de indicios que ayuden a desentrañar los ataques a sedes judiciales.

Por último, la fuerza que comanda Bertolotti llegó a una vivienda en Chacabuco y bulevar Seguí, en el sector de Tablada conocido como La Planchada, donde secuestró el teléfono celular de L. S., un adolescente de 17 años mencionado en diversos hechos delictivos y yerno de una conocida mechera y transera de zona sur, apuntó un detective.

“Es tarea de la Fiscalía ponerse a analizar todo el material secuestrado y en base a eso podrán producirse o no detenciones”, señaló el jefe de la TOE, quien opinó respecto de la autoría de los atentados: “No sabemos si esto tiene que ver con Esteban Alvarado”. Ocurre que, entre el tendal de vidrios que dejaron las balas en sendos blancos judiciales, apareció un cartel con la leyenda: “Con la mafia no se jode. Atte: Esteban Alvarado”. El nombre es el del sindicado narco de 41 años prófugo y condenado como jefe de una organización ilícita dedicada al robo de vehículos de alta gama en el norte del conurbano bonaerense que en los últimos días quedó relacionado con la resonante causa del asesinato del prestamista Lucio Maldonado.

“Sin llegar a hacer un análisis muy grande creo que nadie se implicaría y pondría su nombre”, especuló Bertolotti sobre la hipótesis de autoincriminación del prófugo Alvarado.

Cartelito

La advertencia “Con la mafia no se jode”, escrita a birome con letra de imprenta sobre un cartón, apareció por primera vez a metros del edificio de Libertad al 300 baleado el 4 de agosto. Allí vivió la jueza Marisol Usandizaga, integrante del tribunal de primera instancia que condenó a la banda los Monos en abril pasado. Esa misma madrugada 7 tiros impactaron contra el Centro de Justicia Penal. Ambos ataques fueron parte de una saga que tuvo 18 balaceras –sin contar las últimas dos– contra edificios de la Justicia y ex viviendas de funcionarios judiciales y policiales que culminó en octubre con más de una decena de imputados, entre ellos, en líder de los Monos Ariel “Guille” Cantero.

El último jefe conocido de la barra de Newell’s es Emiliano “Jija” Avejera, quien está preso por un homicidio, el de Jonatan “Bam Bam” Funes. Cayó en Córdoba después de mantenerse prófugo algunos meses. Durante la pesquisa por los ataques mafiosos su apodo se mencionó como quien pudo haber participado de la coordinación de las intimidaciones. Hasta el momento no fue imputado, aunque sí están formalmente acusados algunos de sus allegados, entre ellos Lucía Uberti, Matías César y los hermanos Alejandro y Matías Fernández.

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