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Muerte en zona sur

Ataque fatal en La Granada

Motociclistas agredieron a tiros a una familia frente a su vivienda y asesinaron a un hombre de 50 años de un disparo en el pecho. Tres parientes directos de la víctima fueron baleados horas después cuando volvían del sepelio.


En los barrios más humildes, los que están lejos de los bulevares coquetos, las reglas son diferentes. La vida tiene otro valor y la reputación de un muchacho tiene más peso que sus acciones. Según vecinos de La Granada, por esto mataron a José Ramón Casco anteanoche, porque “unos pibitos se quieres hacer la fama de guapos y le tiran a cualquiera, porque quieren meter miedo”. El hombre estaba en la puerta de su casa con uno de sus hijos y sus nietos, cuando pasaron tres adolescentes y les dispararon, sin mediar palabra. Murió poco después en el hospital. Según sus familiares, nunca habían tenido siquiera un cruce de palabras con los matadores. Ayer por la tarde, cuando tres familiares directos regresaban a su casa de San Martín y Platón tras el entierro, un motociclista se les puso a la par cerca del puente del arroyo Saladillo y los baleó a quemarropa: los tres estaban internados anoche, al parecer fuera de peligro.

José Ramón Casco llegó, junto con su mujer, a barrio La Granada cuando era sólo un campo. No había calles asfaltadas, ni casas de material, ni bandas narco, ni altares a traficantes ilustres; tampoco existía el casino. Ni siquiera se llamaba La Granada. Solo campo. Ahí José y su señora armaron un ranchito para formar una familia. Tuvieron 11 hijos a los que, según allegados, criaron con esfuerzo y mucha dedicación. Todos terminaron la escuela y se acostumbraron a poner el lomo, a levantarse todos los días a las 7 para rebuscar el pan de cada día. Cuando no había para comer, salían a pedir ayuda entre los vecinos.

Con el tiempo, el barrio fue tomando forma y la casillita de los Casco, que quedó ubicada sobre Moreno al 6400, se convirtió en una casa, que fueron haciendo por etapas; algo que se puede comprobar a simple vista, ya que algunas partes de la vivienda están hechas con ladrillos huecos sin revoque, otras con ladrillos comunes, coloreados con una pintura que se fue descascarando. “Nos educaron a la vida de laburo. Yo trabajo muchas horas y toda la plata la usamos para ayudar a mis viejos, para que crezca nuestra casa”, contó a El Ciudadano uno de los hijos de José, que estaba con él cuando lo balearon y hizo un relato detallado de lo que pasó.

El ataque

Eran más o menos las 20.15 de anteayer. José estaba junto su hijo y ocho de sus nietos, aprovechando el clima primaveral, charlando luego de una jornada de laburo. En un momento vieron venir desde la esquina sur de su casa, justo donde Moreno se choca con la colectora de Circunvalación, a tres adolescentes en una Honda Wave. Ellos no les prestaron atención y siguieron con su charla. El trío les pasó por al lado, despacito, hizo dos metros y se paró. Enseguida los dos muchachos que viajaban como acompañantes desenfundaron dos armas de fuego (uno empuñaba una calibre 11.25 y el otro una 9 milímetros) y comenzaron a dispararles, sin importarles que la vereda estaba llena de nenes jugando.

A los Casco las balas les zumbaron por las orejas. José corrió e intentó meterse dentro de su casa, pero una bala le pegó a la altura de las costillas, ante la mirada de su hijo, que se había escondido detrás de un árbol. Los asesinos se quedaron parados, esperaron a que el muchacho saliera de su escondite y volvieron a dispararle cuando quiso socorrer a su papá, pero no estuvieron finos de puntería y decidieron seguir su camino.

Los familiares de José lo cargaron en un auto particular y lo llevaron hasta el hospital Roque Sáenz Peña. “A mi viejo le pusieron un cañito para sacarle la sangre que se la había metido en el pulmón, porque la bala se lo había perforado. Estaba conciente y todo, pero mientras lo atendían le dio un paro cardíaco y murió”, contó el hijo de la víctima.

Según vecinos, los asesinos de José tiraron 25 veces. Según el parte oficial, en la puerta de la casa de los Casco la Policía de Investigaciones juntó 5 vainas calibre 11.25 y un número igual de 9 milímetros.

Los tiradores

“Esto no es nuevo, pasan siempre y le tiran a los vecinos. El otro día le balearon el frente de la casa a dos viejitos. Hace una semana le metieron dos tiros a un nene de doce años que estaba jugando a la pelota”, contó un vecino, haciendo referencia a un grupo de adolescentes de Las Flores (que está a pocas cuadras, cruzando Circunvalación).

De acuerdo con los testigos, uno de los muchachos que baleó a José es el hijo de un viejo conocido de las crónicas policiales; un chico que hizo sus primeras experiencias ilegales cuando a penas había superado los 13 años. Según informó Florentino Malaponte, el fiscal que tiene a su cargo la investigación, los muchachos que balearon a José Ramón Casco, de 50 años, están identificados.

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