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Atacar el trabajo en negro, meta para 2015

El gobierno nacional relanzó con fuerte puesta en escena el diálogo con sectores gremiales y empresarios. Se evaluaron los consensos alcanzados en las mesas sectoriales para empezar a aplicarlos rama por rama. Uno de los grandes ejes, la capacitación.


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“La reducción de la informalidad laboral” y “la creación de no menos de 300.000 empleos” son las metas que trazó el gobierno nacional para los próximos dos años, en el marco de una “agenda productiva” o “agenda de competitividad” que también tiene como ejes centrales “el mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios y la necesidad de una mejora de la competitividad en logística, innovación tecnológica y capacitación de los trabajadores”. El jefe de Gabinete de la Nación, Jorge Capitanich, encabezó dos megarreuniones esta semana que involucraron a todo el staff del gabinete nacional y a representantes del sindicalismo y los empresarios; la premisa de ambos encuentros fue retomar y reimpulsar el diálogo abierto por la presidenta Cristina Fernández el pasado 21 de agosto en Río Gallegos, que dio origen a a una treintena de reuniones sectoriales que llevaron adelante las carteras de Industria, Economía y Planificación Federal con representantes del sector privado y de los trabajadores.

Ahora, en los nuevos cónclaves se analizaron los avances de aquellas mesas –previas al recambio en el gabinete nacional– pero se puso una nueva impronta de trabajo, para coordinar en un plazo máximo de un mes un conjunto de propuestas y acuerdos en cada uno de los eslabones de las cadenas de valor.

El ministro coordinador destacó la necesidad de generar “horizontes de previsibilidad” y defendió la inversión pública como una herramienta para “reducir costos sistémicos” productivos que redundarán en la generación de “precios más competitivos para bienes exportables y para el mercado interno”.

“Esta agenda de competitividad representa para ustedes desafíos”, dijo Capitanich a los dirigentes sindicales reunidos en el Salón de las Mujeres del Bicentenario.

Luego del encuentro, el ministro de Trabajo Tomada participó de una conferencia de prensa en la que retomó el hilo de lo conversado. “Nos hemos reunido con un conjunto muy amplio de dirigentes sindicales que representan a los distintos sectores de la economía a los efectos de retomar el diálogo que había inaugurado la presidenta en Río Gallegos”, resumió el ministro, y consignó que uno de los ejes centrales del encuentro fue la cuestión del trabajo no registrado, y sostuvo que, en el marco de la reunión, Capitanich reafirmó –en línea con lo dispuesto por la mandataria– “el rumbo de este espacio de diálogo en defensa del trabajo y la producción de los argentinos”.

Además anunció que se realizará “una próxima reunión donde se continuará este diálogo con dos tipos de reuniones generales”, unas con los sindicatos y otras “con presencia del sector empleador” y otras “reuniones sectoriales para abordar las particularidades de cada una de las actividades”.

Los comensales

En la reunión con los gremios acompañaron a Capitanich, además del titular de la cartera laboral, los ministros de Economía, Axel Kicilloff; de Industria, Débora Giorgi; de Interior y Transporte, Florencio Randazzo; de Agricultura, Carlos Casamiquela; de Planificación Federal, Julio De Vido; así como el flamante titular del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, y del Banco Nación, Juan Ignacio Forlón, entre otras autoridades. Por el sector gremial, además de los titulares de la CGT, Antonio Caló, y la CTA , Hugo Yasky, asistieron los dirigentes cegetistas Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez, Ricardo Pignanelli, Sergio Palazzo y Jorge Labois, entre otros; en tanto que de la segunda central obrera acudieron Gustavo Rolandi, Stella Maldonado y Pedro Wasiejko.

El segundo cónclave fue con sectores empresarios. Entre los directivos que participaron se contaron José Urtubey, de la Unión Industrial Argentina; Gustavo Weiss, de la Cámara Argentina de la Construcción; Daniel Funes de Rioja, de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios; Osvaldo Rial, de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires; Juan Carlos Lascurain, de la Asociación de Industriales Metalúrgicos;  Osvaldo Fernández, de la Confederación General Empresaria, entre otros.

Ante los sindicalistas, el jefe de ministros subrayó que desde el Estado se van a profundizar cuestiones relacionadas con el trabajo en el marco de una agenda productiva para los próximos dos años, y enumeró entre las metas de la nueva etapa del diálogo la reducción del empleo informal, la creación de empleo genuino, paritarias, la utilización de “múltiples herramientas” para dinamizar la producción, y un trabajo minucioso en las cadenas de valor para lograr un acuerdo de precios de bienes y servicios a los efectos de disminuir cualquier expectativa alcista.

Al mismo tiempo, el planteo oficial a los sectores gremiales giró en torno de la necesidad de encarar metas desde el punto de vista del Salario Mínimo Vital y Móvil, de la metodología de discusión de todos los componentes de salarios, de la productividad, y de metas de carácter inclusivo en materia social, en particular de los sectores rurales.

Los sindicalistas se marcharon conformes con lo conversado, según reflejaron el titular de la Uocra, Gerardo Martínez, de la CGT, y el docente Yasky, de la CTA. “Lo importante de esta etapa es que hay una agenda abierta, y que se está profundizando el modelo de desarrollo productivo y social en el país”, subrayó Martínez, quien valoró que su sector “ve la oportunidad de un diálogo tripartito, con los empresarios, los formadores de precios y el gobierno”.

Asimismo, precisó que “el sector empresario y financiero tiene mucho que aclarar y aportar para que el PBI se traduzca en mejoras del ingreso” para los trabajadores.

Por su parte, Yasky celebró el reinicio del diálogo tripartito y destacó el avance que se logró respecto del impuesto a las ganancias, cuyo piso logró modificarse.  Sintetizó el encuentro con la frase “hoy más trabajo, más empleo”, como un modo de “profundizar un modelo productivo”, y consideró que se “necesita ciencia y tecnología, planteando cómo se vincula la educación a una mejor producción”.

Yasky pidió que “decrezcan los trabajadores no registrados”, al destacar que “es la primera vez que se da un dialogo tripartito”.

Y se sumó además a los elogios de Martínez, al considerar que “es estratégico profundizar el modelo”y no “volver al calvario” que se vivió en la década del 90.

En la vereda empresaria, en tanto, los representantes de los distintos sectores industriales y de servicios ratificaron su decisión de participar en el diálogo y celebraron que se fije un plazo tope de alrededor de un mes para la implementación de medidas consensuadas con el gobierno destinadas a mejorar la competitividad.

De igual modo, el vicepresidente de la UIA Urtubey advirtió que “con un perfil productivo tan diversificado son muchos los análisis y las mesas técnicas” que deberán darse hasta el 22 de diciembre para arribar a acuerdos útiles.

Desde Adimra, Lascurain también ratificó que la “vocación” del sector es “trabajar con el Estado” y que así lo hicieron aportando su visión “ya desde la primera reunión en Río Gallegos”. Y esbozó que la estrategia para el sector metalmecánico de cara al futuro será “una política central: los mecanismos de sustitución de importaciones”.

Distinto es el caso en la construcción: “Para nosotros el desafío es cómo hacer para que los capitales locales y extranjeros inviertan en infraestructura y en infraestructura social”, planteó desde la CAC Weiss. “En ese sentido van a venir nuestras propuestas para el 22 de diciembre”, completó el directivo de la construcción.

Sobre la búsqueda de competitividad de las distintas cadenas de valor, Weiss respondió cauteloso: “Hablar de este tema es hablar de salarios, empleo, crecimiento económico, formalización laboral, industrialización, crecimiento de las exportaciones, incremento de los saldos de balanza, temas que incluye a todos los sectores”, dijo.

Por su parte, el directivo de Copal Funes de Rioja marcó que el sector quiere hablar de “la presión tributaria, los costos logísticos, los fletes internos, los costos laborales y el comercio internacional”.

“Venimos a esta reunión con dos ejes: las pymes y las economías regionales, aunque también nos interesa participar en la creación de empleos”, indicó el directivo de la industria de la alimentación.

Por su parte el presidente de la Unión Industrial de la provincia de Buenos Aires marcó la necesidad de “profundizar el modelo con la sintonía fina que haya que hacer”.

“Capitanich habló de “aumentar las exportaciones, producir más bienes y servicios, agregar valor y generar más empleo, con lo que estamos totalmente de acuerdo”, dijo Rial. “La Argentina está ante una oportunidad espectacular y la vamos a aprovechar. Rescatamos la importancia de la mesa de diálogo entre el sector del trabajo y de la producción, donde existen más coincidencias que diferencias, y la industrialización de la ruralidad integrada con las cadenas de valor, un tema en el que haremos nuestro aporte”, sostuvo el titular del poderoso conglomerado industrial bonaerense.

Finalmente, el titular de la Confederación General Empresaria dijo estar “entusiasmado” con el espacio de “diálogo social y de gestación de acuerdos”, y también “del rol que el gobierno le da a las pequeñas y medianas empresas para trabajar en conjunto”.

“Estamos convencidos que tanto el jefe de Gabinete como el nuevo ministro de Economía y todo el equipo de gobierno optarán por llevar adelante propuestas valientes que los tiempos actuales necesitan para volver a la senda del crecimiento”, concluyó Fernández.

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