En su primer discurso desde junio, el presidente sirio, Bashar Al Assad, advirtió ayer a los opositores que utilizan la violencia y a los “terroristas asesinos” que ponen en jaque la seguridad del país que responderá a sus acciones “con mano de hierro”. Cerca de cumplirse el décimo mes del inicio de una revuelta opositora salvajemente reprimida, el presidente sirio además anunció –en un tono más conciliador– que en marzo se celebrará un referendo para una nueva Constitución, y dejó entrever cierta apertura política.
“Los Estados reordenan sus prioridades en caso de guerra o de confrontación, y la más alta prioridad ahora es restaurar la seguridad de la cual estuvimos disfrutando durante décadas”, dijo Al Assad. Y, agregó, “esto se logrará golpeando a los terroristas asesinos con mano de hierro, pues no hay tregua con el terrorismo”.
El presidente sirio, cuya familia controla el poder desde hace 40 años, enfrenta desde marzo pasado una revuelta interna que segúnla ONUya degeneró en una virtual guerra civil con más de 5.000 muertos, la mayoría de ellos civiles desarmados fallecidos en acciones de represión.
El gobierno de Al Assad dice que el levantamiento, al que en los últimos meses se agregó una insurgencia armada, es un complot extranjero de países hostiles a Siria e instrumentado por islamistas radicales que reciben apoyo exterior.
Presionado por sanciones externas, Al Assad aceptó el mes pasado un plan de pacificación dela LigaÁrabe que incluyó el envío de observadores a Siria para ver si el gobierno cumple con el pacto.
En un mensaje a la nación por la televisión estatal y la cadena árabe Al Jazira, Al Assad afirmó que “no se dio ninguna orden a nadie para que abra fuego contra ningún ciudadano”.
En cuanto a la apertura política, manifestó que en marzo se celebrará un referendo sobre una nueva Constitución para el país.
Según Al Assad, las potencias internacionales están utilizando a los países árabes para interferir en los asuntos de Siria, y en cuanto a la exigencia dela LigaÁrabe de que promueva reformas en su país, señaló que “es como si un médico aconseja a su paciente que deje de fumar mientras tiene un cigarrillo en la boca”. “La LigaÁrabe dejó de ser árabe, deberíamos llamarla «Liga Extranjera»”, aseveró.
Precisamentela LigaÁrabe condenó ayer un ataque en el que 11 de sus observadores resultaron heridos por los manifestantes en la ciudad portuaria de Latakia.
En tanto, Rusia, un aliado de Siria que se opone a aplicar más sanciones a Damasco, pidió ayer a los observadores dela LigaÁrabe que controlen de forma más estricta a los insurgentes. La violencia continuó ayer en Siria, según dijo el grupo opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que denunció al menos 13 civiles muertos en represión en distintas ciudades.
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