Las calles de Ludueña volvieron a teñirse de rojo este martes por la noche con la ejecución de un chico de 17 años emboscado a metros de su casa, ubicada a cien metros la comisaría 12ª. Es la sexta víctima fatal en edad adolescente de las 21 que hubo en lo que va del año y los investigadores barajan si el caso está relacionado con una balacera que tuvo lugar en la misma jornada en otro sector del barrio.

La mecánica homicida que terminó con la vida de Agustín Williams Rillos ya se afianzó como un lugar común en los hechos de muertes violentas a lo largo de la ciudad. Eran las 21 y el adolescente se encontraba en la puerta de su casa de Casilda y Magallanes cuando un motociclista se le abalanzó y el acompañante abrió fuego con una pistola nueve milímetros. Fueron tres detonaciones: uno de los plomos impactó en el pecho de Rillos y lo mató prácticamente en el acto. Sin embargo un móvil del Sies lo trasladó al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), donde ingresó muerto.

La presencia de la comisaría 12ª a unos cien metros no disuadió en absoluto a los matadores, que luego de disparar a sangre fría se escabulleron por las calles de ese sector del noroeste al mando de una moto de 150 centímetros cúbicos, confió un vocero policial.

La investigación del crimen de Rillos quedó a cargo del fiscal de Homicidios de turno, Gastón Ávila. Los peritos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) relevaron la escena, en tanto que de la División Homicidios comenzaron con la ronda de testimonios a vecinos y allegados a la víctima. Una labor para intentar establecer el conflicto, si es que había, y la motivación de los agresores.

El crimen de Rillos es, según quien cuente, el número 21 en un 2022 que empieza a asomar tan violento como el año anterior, en el cual hubo 241 homicidios. Además es el sexto adolescente en lo que va del año que sufre una muerte violenta. Una lista que integran Brian Oviedo, Iván de San Segundo, Alexis Usandivaras, Pablo Cortes y Víctor Benítez, quienes tenían al menos 18 años al momento de ser asesinados. Sin contar el caso de Axel “Chinito” Sánchez, hallado muerto en Barra al 100 el viernes 19 de enero y con la presunción que se disparó en la cabeza mientras manipulaba un arma.

Los investigadores tienen en carpeta que el homicidio de Rillos podría estar relacionado con un tiroteo que, en la misma noche y a una veintena de cuadras, puso en alerta la zona de Felipe Moré al 600 bis, ocasión en que fueran baleadas dos casas de la cuadra. Lo cierto es que esa fue una de las al menos tres balaceras que se registraron en el noroeste, una de las cuales motivó el reclamo de vecinos de Génova y Travesía que se convirtieron en testigos habituales de descargas de plomo en torno de una casilla precaria que oficia de búnker de drogas, según contaron. El capítulo más reciente de la saga en esa zona de Empalme Graneros dejó a un hombre y a un perro heridos.

En tanto, en las redes sociales una chica se hizo eco de la muerte temprana del adolescente Rillos: “No logro entender, no caigo en la realidad, me duele tanto todo esto. Me mataron en vida. Sólo nosotros sabemos lo que teníamos, sólo nosotros sabemos cuánto nos queríamos. Se me desarma el corazón, la cabeza me maquina al saber que no te voy a volver a ver”.