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Asalto, forcejeo y tiros en Echesortu

Un joven se llevó dinero de una farmacia sin que los clientes se dieran cuenta.

Un sigiloso ladrón ingresó anteayer al mediodía a la farmacia ubicada en la esquina de Eva Perón y Avellaneda y se alzó con la recaudación del comercio sin que ninguna de las diez personas que había en el lugar se percatara del robo. Es que el desconocido, de unos 30 años según relató una de las víctimas, apoyó un arma de fuego sobre el mostrador y amenazó al cadete y la cajera, que le entregaron alrededor de 1.500 pesos en efectivo. Apenas atravesó la puerta para retirarse, los empleados asaltados alertaron sobre lo ocurrido y un visitador médico corrió al ladrón, forcejearon, pero tres disparos al suelo amedrentaron el intento de retención y se fugó a bordo de una motocicleta con el botín.

“No nos dimos cuenta del asalto. Recién cuando el ladrón salió a la vereda el cadete me gritó: «Nos acaban de robar»”, relató Juan Carlos, el encargado de una de las siete sucursales que Marketing Farm tienen en la ciudad.

Anoticiado de lo ocurrido, un visitador médico que estaba en otra parte del mostrador junto a Juan Carlos corrió al desconocido, que alcanzó a subirse a una motocicleta estacionada en esa misma esquina, detrás de un quiosco de diarios.

Según el relato del encargado, hubo un forcejeo que terminó cuando el ladrón disparó tres tiros al piso. Luego dio marcha a su motocicleta, “una IBR con tanque negro”, y se fugó por bulevar Avellaneda hasta calle Rioja, donde levantó a otro muchacho y ambos se dieron a la fuga.

“Todo quedó grabado en las cámaras de seguridad de la farmacia. El robo se ve perfecto”, dijo Juan Carlos tras lamentar que desde fines de 2010 ya sufrieron más de diez asaltos. En ese sentido, el trabajador criticó que no haya cámaras de seguridad “en una esquina tan fundamental de la ciudad, donde la inseguridad va en aumento”.

La sucursal asaltada está ubicada en Eva Perón y bulevar Avellaneda, una esquina muy transitada en horas del mediodía, cuando se cometió el robo. Sin embargo, la tranquilidad con la que actuó el ladrón no levantó sospechas entre los seis clientes y otro número igual de empleados que había en el comercio durante el atraco.

Según la descripción brindada por los testigos, el hombre tenía entre 27 y 30 años, vestía un buzo azul y jeans y una gorrita en el momento del robo. Antes de salir ocultó la gorra entre sus ropas y se subió a una motocicleta, en la que huyó antes de efectuar disparos –con un arma cuyo calibre se desconoce– para que no lo retuvieran.

El hecho ocurrió en jurisdicción de la seccional 6ª y es investigado por el Juzgado de Instrucción en turno a cargo de Irma Bilotta.

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