Política

Arrancó el debate por el papel de diarios

La primera de las cinco audiencias se llevó a cabo hoy en la Cámara de Diputados. Participaron distintas agrupaciones, así como docentes universitarios.

El análisis sobre cómo debería manejarse la producción y distribución de papel de diarios en Argentina quedó inaugurado hoy en la Cámara de Diputados, con la primera de una serie de audiencias públicas en la comisión de Comercio para escuchar a referentes de la sociedad pronunciarse sobre el tema.

De esta primera audiencia, de un total de cinco, participó una mayoría de docentes e investigadores universitarios, agrupaciones de medios regionales, sindicalistas, la titular de la Federación de Lesbianas Gays Bisexuales y Trans (FALGBT), María Rachid, y la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.

El jefe de la bancada oficialista en la Cámara baja, Agustín Rossi, y una decena de miembros de su bloque alternaron su presencia en la comisión, que encabeza Juliana Di Tullio, a cargo además del llamado a audiencias (que se realizarán martes y jueves de las próximas dos semanas), que la oposición desconoció.

Al abrir la jornada, Di Tullio y el titular de la comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, Gerónimo Vargas Aignasse, celebraron la posibilidad de “escuchar todas las voces”.

Di Tullio adelantó que el ministro de Economía, Amado Boudou, realizará diez foros con diarios del interior para que los representantes del sector de otras provincias puedan expresarse sobre el tema.

La decana de la facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata, Florencia Saintout, marcó el “convencimiento” de ese ámbito académico de la “necesidad de una comunicación plural y democrática” y juzgó que “hay que pelear contra el control de la palabra en unas pocas manos”.

“Tienen tanto miedo de que el pueblo tenga el papel para sí decir la verdad”, exclamó Hebe de Bonafini, quien embistió contra Clarín y La Nación y consideró a la empresa Papel Prensa como “terrorismo puro” por descalificar a la Presidenta Cristina

Fernández de Kirchner. Además, Bonafini dijo que los empresarios de esos medios “no se bancan que el país esté mejor y que el pueblo lo sepa”.

Edgardo Carmone, secretario general de la CTA de Rosario, definió el debate como “un escalón más en la democratización de la palabra y de la información” y advirtió que la pelea apunta a “horizontalizar la producción de contenidos”.

El cooperativista Roberto Gómez consideró a la “batalla por el papel” como un “capítulo ineludible en la batalla por la palabra”.

Nahum Mirad, de DyPra, se pronunció a favor de propiciar “esta oportunidad histórica para que todos los argentinos puedan debatir y comprender una situación compleja”.

El profesor e investigador de la Universidad de La Plata César Díaz advirtió que “los medios son actores políticos que buscan lucrar e influir”.

Del mismo centro universitario, la docente Andrea Olgado reseñó que el objetivo inicial de Papel Prensa fue “destruir toda alianza popular” y subrayó que la venta en 1976 de la empresa a Clarín, La Nación y La Razón “ataba definitivamente a estos grandes medios a la dictadura”.

“Hoy tenemos un lugar los condenados al silencio durante décadas”, reflexionó a su turno Laura Figueredo, referente de Proyecto Comunidad, una organización política del sur de la ciudad de Buenos Aires.

Por su parte, Daniel Loretti, experto en derecho a la información, se refirió a los avances en la materia registrados en otros países del mundo, a la posición de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y a las leyes antimonopólicas vigentes en Estados Unidos.

“La investigación y la memoria pueden más que el oportunismo”, afirmó el integrante de FARCO y La Voz de las Madres (AM 530), Pedro Lanteri, quien cuestionó el proyecto del diputado Omar de Marchi para que el Estado venda sus acciones de Papel Prensa.

En sintonía, María Rachid pidió “poner fin a las desigualdades en materia de comunicación”, apuntó que “la comunicación y la información son derechos humanos que hacen al ejercicio de la democracia” y lamentó que los debates parlamentarios estén “cruzados por la especulación política”.

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