Ciudad

Arquitectos y agrimensores denuncian irregularidades

Sostienen que algunos countries no cumplieron con ordenanzas y otros realizaron anexos no permitidos.

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Por: Agustín Aranda

Un informe realizado por el Colegio de Arquitectos y el de Agrimensores de Rosario advierte sobre irregularidades en nueve loteos de la localidad vecina de Funes. El mismo fue presentado ayer durante la 8ª jornada por el Medio Ambiente que se llevó adelante en el Museo de Ciencias Naturales Ángel Gallardo. La denuncia de los profesionales abarca a nueve countries de la ciudad de Funes donde básicamente los desarrolladores no cumplieron con las ordenanzas en algunos de los casos y en otros se realizaron anexos para un lote específico. Además aseguran que los lotes se comercializaron sin que se cumplan los requerimientos básicos para una futura vivienda.

Las irregularidades radican en que se modificó la real denominación del terreno, se comercializaron los lotes previo a la instalación de los servicios –prohibido por la reglamentación vigente–, se publicitaron zonas inundables y no se cumplió con los requisitos formales de la normativa que regula el pasaje de terreno rural a urbano, como el requerimiento de estudios de impacto ambiental y el canje–espacios verdes, obras de infraestructura e inversión– que los desarrolladores deben cumplir al lotear, según la denuncia. “Con esta nueva realidad de barrios cerrados observamos en general una actitud pasiva del poder público o también un entusiasta interés por el emplazamiento de los mismos con el fin de obtener nuevos y genuinos ingresos para el municipio y generar recursos de empleo dentro de su área o jurisdicción”, reza la investigación.

Investigación

Todo surgió por un pedido de la concejala de la ciudad de Funes Mónica Tomei a los Colegios de Arquitectos y Agrimensores de Rosario, quienes crearon una comisión integrada por representantes de ambas profesiones para analizar el estado de ciertos lotes de la mencionada localidad que forman parte de las nuevas urbanizaciones (barrios cerrados o abiertos) sospechados de evadir requisitos técnicos para comercializarse. De aquellos 15 expedientes, 9 presentaron irregularidades. Los emprendimientos son: Cantegril, el barrio E de Funes Hills, Haras del Bosque, La Popola, Haras de Funes, Pinola, Funes Town, Scoccia y Funes City.

Eduardo Bagnasco, presidente del Colegio de Arquitectos de Santa Fe, y Liliana Pasinato, presidente del Colegio de Profesionales de la Agrimensura de la provincia, difundieron ayer los resultados de la investigación, que según los propios profesionales corresponden a distintos órdenes de las normativas. Entre las más destacadas se mencionaron irregularidades en la designación de la zona habilitada –presentado por excepción en una ordenanza para duplicar la cantidad de lotes– y en la prolongación de calles como correlato del loteo. También señalan la falta de estudios de impacto ambiental y autorización de loteo a pesar de constituirse sobre una zona delicada en cuanto a la posibilidad de inundación. Sin embargo, aclararon que este cuadro de situación corresponde a mayo de 2010 y que no todos los emprendimientos poseen las mismas irregularidades.

“Lo más importante es que aquél que compró en estas condiciones no sabe con lo que se va a encontrar, desde un terreno anegado hasta un espacio donde pasan aviones que fumigan con fitosanitarios. En algunos casos el que corre el riesgo empresario de que las tierras no sean aptas no es el desarrollador, sino los que adquieren los lotes, que se transforman en fiduciantes que tienen responsabilidad por lo que se descubra después en esos lotes”, señaló Bagnasco.

De la ciudad al campo

De acuerdo al estudio, desde 2008 se verifica una explosión en la oferta de lotes en urbanizaciones abiertas como una forma de brindar una opción a sectores de menores recursos o a aquellos que no les agrada vivir encerrados en un barrio. Según el informe, si bien la propuesta pareciera ser beneficiosa, estos sectores de menores recursos están recibiendo terrenos en zonas con altas probabilidad de anegamientos, con menores servicios de infraestructura y, a veces, con extrañas figuras legales que reemplazan la tradicional operatoria de compraventa de lotes. “La pasividad de las autoridades municipales resulta altamente preocupante”, reza el estudio.

De acuerdo con Bagnasco, en el marco de un aumento del valor del suelo en Funes y Roldán, los emprendimientos que pretenden urbanizar tierras rurales se presentan como dispuestos a ayudar a la gente, pero terminan complicándola. “Lo que les venden no sería un terreno sino una participación en una sociedad fiduciaria, que posee riesgos claros”, dijo. También reflexionó sobre la forma de gestionar la tierra. Según la modificación de la ordenanza 288/85 de Funes, los urbanizadores deberían aportar espacios verdes, obras de infraestructura e inversión a cambio de lotear. “En algunos casos no se les exigió nada y, en otros, se conformaron con la pavimentación de una calle”, disparó Bagnasco.

Hecha la ley

Desde marco legal del Plan Regulador, implementado en 1988 a través de la ordenanza 288 y aplicado en la localidad de Funes, se establece la necesidad de implementar obras públicas que acompañen los loteos. Entre otras, la normativa establece el ensanche y apertura de calles, la formación de nuevas plazas, paseos, parques y avenidas, construcción de caminos, puentes, calzadas, acueductos y delineación de la ciudad. A su vez, el mismo vela por la salud y bienestar de la población y especifica un número de condiciones que los terrenos a urbanizar deben cumplir. En limpio: para lotear un terreno no debe estar ubicado en una zona inundable; deberá contar con provisión de agua potable por extensión de red existente o napa potable; estar correctamente ubicado con relación a las industrias respetando las demás especificaciones de seguridad y protección del medio ambiente que establezcan los organismo estatales pertinentes, y cumplimentar las normas específicas del decreto provincial 7.317, que establece las condiciones y trámites de quienes deseen lotear un terreno.