Dicen que las rachas están para romperse, pero a Argentino le costó más de lo pensado. Es que la historia arrancó para seguir torcida, porque a los 8 minutos, Fernando Duré desbordó por derecha, tiró un centro que se cerró, pegó en el palo y se metió para convertirse el 1-0 de la visita. A partir de ahí, fue todo del Salaíto, que salió a buscarlo, con muchas ganas y pocas ideas, pero suficiente al fin para terminar sumando su primera alegría en el torneo tras cuatro caídas en fila.
A los 31, en la primera llegada, encontró el empate. Un desborde por la izquierda de Cristian Iramáz que mandó el centro al área y por el segundo palo apareció Alejo Vechiarello, para de cabeza poner el 1-1.
En el complemento, los dirigidos por Marcelo Vaquero salieron con todo para ganarlo, pero llegaban hasta el área visitante, sin ideas claras para romper la igualdad. Hasta que a los 21 minutos, un tiro libre de Emanuel Fabrizio al segundo palo, la peleó Esteban May de cabeza y en su afán de alcanzársela al arquero, Matías Nodar la bajó de pecho, aunque la pelota agarró a contrapierna al “1” y se metió.
Desde el gol hasta el final, fue todo dominio local, que supo aguantar bien lejos de su arco y lo terminó ganando 2-1, aunque podría haber convertido un gol más, si los delanteros hubieran estado precisos.
Primera alegría del campeonato para los de barrio Sarmiento, que dieron vuelta un partido que había arrancado mal y volvieron a ganar tras seis derrotas consecutivas. Argentino no puede relajarse porque el miércoles enfrenta al siempre complicado Atlas en General Rodríguez.
Sigue la lucha
Centro Español y Liniers dieron el paso inicial cuando posaron con la bandera y este sábado los jugadores salaítos se unieron a la protesta, porque también se ven afectados por jugar los días de semana, ya que muchos de ellos trabajan y pierden uno o dos días cuando viajan a Buenos Aires.
