Política

Elecciones 2019

“Argentina necesita consensos para construir políticas de Estado”

El candidato a diputado nacional Enrique Estévez pide trasladar el modelo del Frente Progresista al Congreso de la Nación. “Hay una concentración obscena del dinero de todos los argentinos y argentinas en la ciudad de Buenos Aires”


Enrique Estévez quiere que Argentina recupere la idea de federalismo. “Hay una concentración obscena del dinero de todos los argentinos y argentinas en la ciudad de Buenos Aires”, considera el candidato a diputado nacional por Consenso Federal, el frente que lleva como candidato a presidente al ex ministro de Economía, Roberto Lavagna. Hasta el 10 de diciembre, Estévez ocupa una banca en el Concejo Municipal y su plan a partir de esa fecha es trasladar el modelo del Frente Progresista al Congreso de la Nación para transformar en proyectos de ley las políticas sociales y económicas que se pusieron en marcha en Rosario y en la provincia de Santa Fe durante las gestiones socialistas. Lo fundamental para los próximos cuatro años, dice, es tratar leyes que impulsen la producción y la generación de empleo.

—¿Por qué crees que Roberto Lavagna viene subiendo en las encuestas?

—Roberto Lavagna crece en las encuestas porque propone específicamente las medidas que necesita el país desde el punto de vista económico y social, y también propone mesura, honestidad, seriedad, responsabilidad, salir de la agresión y de la chicana permanente. En el primer debate presidencial fue el único candidato que no mintió, fue el único que no entró en el juego de las agresiones que fundamentalmente se vertieron entre Fernández y Macri, fue el único que hizo propuestas concretas. Y una diferencia sustancial: las propuestas que hace Lavagna son cosas que él en el pasado ya hizo. Las propuestas que hacen Macri y Fernández son cosas que ni están haciendo ahora ni hicieron en el pasado. Y también son poco creíbles: convocan al votante de un lado y del otro para que no gane el otro. La propuesta principal de Macri para pedir el voto es que no vuelva el kirchnerismo, y la principal propuesta de Fernández es que se vaya Macri.

—¿Qué opinás de las reacciones de Macri y de Fernández después del estallido económico que se desató apenas se conocieron los resultados de las Paso?

—Fernández está explicando su plan económico en Estados Unidos pero a los argentinos nos les da ni una pista de lo que quiere hacer con la economía. Eso es una cosa que me preocupa del candidato que más votos sacó el 11 de agosto. Macri tomó medidas superficiales en el marco de la especulación electoral y en el marco de una de una improvisación, porque se tomaron de manera aislada, inconsulta, por ejemplo, con los gobernadores, que deberían haber participado porque afectan directamente a los recursos de las provincias. Además, por Constitución esas medidas debieran ser establecidas en el marco del Congreso de la Nación. Tomó medidas que tienen que ver más que nada con una especulación electoral que con un plan de fondo para reactivar la economía y para llevar el dinero al bolsillo de la gente.

—¿Creés que es posible construir los consensos necesarios para gobernar los próximos cuatro años?

—Argentina necesita consensos para construir políticas de Estado, que son las únicas que van a poder sacar al país del problema de la inflación, de la pobreza, de la desigualdad, del desempleo. Todo eso no lo va a hacer mágicamente un presidente ni en un período ni en dos. Las políticas de Estado tienen que sostenerse por 15, 20 o 25 años y necesitan de consensos muy amplios para que, justamente, se puedan sostener en el tiempo. Y la verdad es que Macri y Fernández lo que profundizan son las diferencias, las agresiones, las descalificaciones desde la confrontación, y todas sus estrategias son contrarias a la posibilidad de generar consensos, que es lo que necesita la Argentina. Por eso Roberto Lavagna es el único candidato a presidente que puede garantizar, por fuera de la grieta, ámbitos de acuerdo como lo hizo también en 2002, con la mesa de diálogo argentino, donde se tomaron decisiones que después se transformaron en leyes. En esa mesa estaban sentados, con participación y opinión, representantes de los trabajadores, de los sectores productivos, las universidades, instituciones de la sociedad civil, y había una mirada federal también de la Argentina, cosa que no tienen ni Fernández ni Macri.

—Durante la campaña hablaste de tu intención de trasladar el modelo del Frente Progresista al Congreso de la Nación. ¿Qué quiere decir eso?

—Hay políticas públicas que se aplicaron en la provincia de Santa Fe que se podrían replicar rápidamente a nivel nacional, y que serían de beneficio para la Argentina. Desde aspectos institucionales me atrevería a mencionar, por ejemplo, una reforma del sistema electoral con la aplicación de la boleta única papel, la necesidad de tener una mirada diferente del sistema de salud pública. No únicamente desde una mirada integral de la salud pública sino, por ejemplo, con un caso muy concreto que es la producción pública de medicamentos, lo que tiene que ver con un programa en educación como el Vuelvo a Estudiar o el Nueva Oportunidad. Creo que sería significativo para la Argentina tener programas a nivel nacional de esas características, que brinden oportunidades a los jóvenes que están en situación de mayor vulnerabilidad. Deberíamos discutir a nivel nacional un sistema federal de cuidados que contemple a los adultos mayores, a los niños y niñas, y también, y en particular, a las mujeres. El Plan Abre lo podría tomar el gobierno nacional para las grandes ciudades, donde mayores poblaciones de pobreza hay. Todos esos son claros ejemplos de cosas que el gobierno nacional podría garantizar por ley e inmediatamente ponerse a trabajar en ese sentido.

—¿Creés que el Estado nacional debería empezar a producir misoprostol, como ocurre en el Lif (Laboratorio Industrial Farmacéutico) en Santa Fe?

—Absolutamente. El Estado debiera garantizar el acceso a medicamentos en general. Una de las propuestas de Lavagna posterior al 11 de agosto fue declarar la emergencia alimentaria y sanitaria porque tanto los alimentos como los medicamentos son elementos a los que cientos de miles de familias en nuestro país, por la situación económica actual, no tienen acceso. Abuelos y abuelas tienen que elegir cuando cobran la jubilación si compran los medicamentos o si compran comida. Esa es la realidad.

—¿Cuáles son los debates que deberían darse en el Congreso en los próximos cuatro años?

—Creo que lo principal es que se respete la idea de federalismo en la Argentina. Hay una concentración obscena del dinero de todos los argentinos y argentinas en la Ciudad de Buenos Aires (Caba), que es la ciudad más rica del país pero la más desigual también. Se da, por ejemplo, en el Presupuesto para el 2020, que a nivel nacional quita todos los subsidios al transporte público a las ciudades del interior del país y solamente deja dinero estipulado para Caba y para el área metropolitana, que básicamente es el Conurbano Bonaerense. Es un tema central porque cuando en cualquier lugar del país vas a cargar combustible estás pagando un impuesto al combustible que es el que conforma el presupuesto para los subsidios al transporte público. Y ese dinero sólo queda en Caba. Cuando una persona en Caba se toma un colectivo, una parte de ese pasaje lo estamos pagando en Santa Fe y en el resto del país. Otro ejemplo es lo que ocurre con el impuesto a las exportaciones. El 85% de todo lo que Argentina exporta sale por los puertos de Santa Fe, y por eso nosotros pagamos al gobierno nacional 90 mil millones de pesos al año. Y no vuelve un centavo, ni siquiera en obras. No se hacen el bacheo de la ruta 11, que es una ruta transnacional que conduce a los puertos y es una herramienta fundamentar para que Argentina exporte; cuando en Caba repavimentan cada tres meses. Ni siquiera terminaron las obras en el Monumento a la Bandera, que costaban menos de 200 millones de pesos. Y por otro lado, es necesario debatir en el Congreso leyes en base a acuerdos que se hagan entre los sectores productivos, representantes de los trabajadores, leyes que impulsen la producción y la generación de empleo. Y esto no tiene que ver con tocar o con poner el peligro derechos laborales, sino todo lo contrario: ver cómo fortalecemos a la pequeña y mediana empresa, cómo fortalecemos a las economías regionales, como diversificamos la producción, como logramos que las empresas vinculadas a la innovación y al desarrollo crezcan, porque exportan y son muy importantes para nuestro país porque generan puestos de trabajo.

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