El Hincha

SELECCIÓN NACIONAL

Argentina necesita cambiar

La imagen mostrada en Lima dejó preocupación y parece ser la hora indicada de que el seleccionado comience un recambio que no debe hacerse esperar más.


Los tres partidos de la era Pos-Copa América Centenario y era Bauza dejan dos claras sentencias. La primera, sin Messi esta selección es una más y sus aspiraciones son de corto vuelo. La segunda, se necesita urgentemente un cambio de cara, una renovación. Y un técnico con mayores decisiones y menos dudas.

La imagen que dejó Argentina anoche ante Perú comienza a preocupar. No por el partido en sí, sino porque volvió a jugar tan mal como lo había hecho el mes pasado ante Venezuela. Dos de los peores equipos que disputan las Eliminatorias Sudamericanas rumbo a Rusia.

Más preocupante aún es que esos dos conjuntos por momentos superaron al seleccionado, le sacaron la pelota y jugaron el partido al ritmo que quisieron sometiendo a sus decisiones lo que pudiera realizar la albiceleste.

Es cierto que en ninguno de los dos encuentros estuvo Messi. Y eso es un punto a evaluar. Sin el crack rosarino está claro que esta es una selección de segundo nivel y que es Messi quien eleva a sus compañeros y potencia a Argentina permitiendo soñar con cosas importantes.

Pero no es menos real que en el partido que sí estuvo Messi en el debut de Bauza ante Uruguay, el equipo en muy pocos momentos jugó como tal y ya mostró algunas falencias que el capitán se encargó de disimular con su categoría y su presencia goleadora.

Se había insinuado ante Venezuela y se volvió a ver anoche en Lima. La apuesta de Bauza es hacerse corto y firme atrás, y apostar a la categoría de las individualidades adelante.

Los cuatro defensores, con pasajes alternados y en solo en determinados momentos de los laterales, más el doble pivot de contención en el medio (Mascherano-Biglia en los dos primeros partidos y Mascherano-Kranevitter ante Perú) es una clara muestra en la búsqueda de un reaseguro defensivo que aún no logra correlatividad en cancha con la intención de la pizarra. Sumado a un arquero que no da seguridad salvo en contadas ocasiones y en donde cada pelota que llega al área por alto o pase atrás para que resuelva con sus pies se transforma en una súplica, hacen un coctel del que por el momento el equipo parece preso y no poder resolver.

Tanto ante Venezuela como frente a Perú, se sufrió y más de la cuenta. Si eso pasa ante estos equipos, que habrá que esperar ante Brasil o las grandes potencias del mundo.

Por ahora se apuesta a las individualidades por sobre lo colectivo. Edgardo Bauza deberá trabajar mucho para darle una idea de juego al seleccionado.
Por ahora se apuesta a las individualidades por sobre lo colectivo. Edgardo Bauza deberá trabajar mucho para darle una idea de juego al seleccionado.

En ofensiva esa apuesta a las individualidades, parece hacer vivir un deja vu y retrotraerse tres años atrás cuando durante las Eliminatorias rumbo a Brasil 2014 la apuesta de Alejandro Sabella pasaba por un equipo “roto” donde el medio fuera de transito y todo quedará en la resolución de los “cuatro fantásticos” (Messi-Di María-Agüero e Higuain). Ahora pueden cambiar los nombres, caso Dybala, Pratto, Banega o Lamela junto a los cuatro de antaño, pero la idea es prácticamente la misma. Poco o nulo juego asociado y resolución de forma individual.

Puede parecer apresurado cuando solo van tres partidos de un nuevo proceso, en este caso la Era Bauza, pero la realidad es que el equipo al cierre de la primera ronda se encuentra en zona de repechaje (es cierto que por diferencia de gol y que podría ser escolta el martes tras una nueva fecha) involucionando de manera permanente en su juego si tomamos como referencia la Copa América Centenario, último evento de referencia importante.

Desde lo numérico dejó cuatro puntos ante rivales a los que tendría que haber vencido por el solo peso específico de sus individualidades. Pero no pudo ser. Y el técnico con su mensaje e idea tuvo mucho que ver.

Primero pensando en “cerrar” su arco, algo que no logra, y luego en lastimar al rival, algo que también cuesta y mucho.

Claro que no todo es responsabilidad del Patón. Hay jugadores que ya no justifican, desde su juego, su presencia “automática” entre los once. Muchos de ellos son los que vienen de años y han dejado pasar varias oportunidades de consagración, más allá de lo importante y destacado de estar hace dos años en las tres definiciones de los torneos disputados. Mérito que nadie podrá ni quitarles ni cuestionarles.

Uno ya es titular, el otro debería serlo. Funes Mori, el gran acierto de Martino, afianzado en la zaga. Banega exige con su presente minutos desde el arranque de los partidos.
Uno ya es titular, el otro debería serlo. Funes Mori, el gran acierto de Martino, afianzado en la zaga. Banega exige con su presente minutos desde el arranque de los partidos.

Pero da la sensación que Argentina necesita “sangre joven”, rejuvenecer. Otros nombres que lleguen con un “hambre” diferente, empiecen a “tirar del carro” y hacer que los históricos se contagien y sientan la sana competencia por el puesto.

Hoy en día Romero, Zabaleta, Rojo, Mascherano, Di María, Agüero e Higuain no deben ser indiscutidos. El único que no admite reparos es Messi. El resto debe hacer méritos en forma permanente.

En la parte defensiva es hora que el arco nacional empiece a “conocer” a otro aspirante a ser su dueño. Por antigüedad en la selección y también un interesante presente en México, Nahuel Guzmán merece una oportunidad. En el caso de no ser del “gusto” del entrenador, ya que el ex Newell’s tiene un estilo muy particular, los nombre de Franco Armani (principalmente este ya que la actualidad del casildense en Colombia es superlativa) o Agustín Marchesín podrían ser opciones.

Entre los defensores, en el costado derecho Zabaleta parece no salirse del molde nunca. Ahí Mercado ya mostró que puede rendir o hasta Julio Buffarini, hoy en San Pablo y alguien a quien Bauza conoce y mucho, deberían ser probados. Incluso de seguir creciendo en su rendimiento Gino Peruzzi volvería a ser una opción más que interesante. En el otro lateral pasa algo similar. Lo de Rojo tiene un techo y allí Emanuel Mas o Santiago García, mencionado por el mismo Bauza, aparecen en carrera.

En el medio Matías Kranevitter hace recordar a la mejor versión del joven Mascherano. El tucumano sabe todo y cada vez que le tocó actuar lo hizo en gran forma, algo que le da espalda para pedir más minutos y tomar la posta del Jefecito. Un cambio generacional que se impone.

Adelante ya quedó dicho que el único insustituible e indiscutido es Messi. Paulo Dybala ya comienza a ser parte del seleccionado pero necesita sentirse cómodo en la cancha y no como anoche en Lima donde casi fue un volante derecho. Erik Lamela merece más minutos y confianza, no pedirle ni esperar que en un tiempo logre su mejor rendimiento, para asemejarse al jugador influyente y decisivo que es en Tottenham, el equipo que mejor fútbol practica en Inglaterra hace dos años y en donde el ex River tiene mucha responsabilidad en ello. Ever Banega inexplicablemente no es titular. El ex Newell’s es (exceptuando Messi claro está) el argentino más en forma. Su nivel en Inter roza lo superlativo y allí empieza a entenderse de memoria con Mauro Icardi. Otro que de manera urgente debería empezar a tener participación. Nicolás Gaitán se acostumbra al Atlético de Madrid donde Ángel Correa busca hacerse su lugar. Otros dos nombres para ir dándole cada vez más rodaje.

Que se entienda, no es que los siete hombres antes mencionados (Romero, Zabaleta, Rojo, Mascherano, Di María, Agüero e Higuain) no deben estar más. Sino que no deberían seguir siendo casi indiscutidos e intocables por su historia albiceleste. Argentina urge de un recambio. Un lavado de cara. Y allí Bauza deberá ser el principal actor. Meter mano en la formación, pero principalmente buscar respuestas de funcionamiento que no encuentra y rever una idea, que por más exitosa que haya sido en su paso por los clubes, que a la selección argentina por los nombres que tiene parece no caerle para nada bien.

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