El Hincha

Copa América

Argentina jugó un gran partido y se quedó con la victoria ante Uruguay 1-0

Con gol de Guido Rodríguez y una gran tarea de Messi, bien secundado por De Paul, se quedó con el clásico. El equipo de Scaloni se mostró muy sólido en todas sus líneas y no pasó sobresaltos a pesar de la calidad del rival


Foto: Télam

Los clásicos se ganan, en Mundiales, Eliminatorias, Copa América o amistosos. Y Argentina cumplió con esa premisa. En su segunda presentación en tierras brasileñas, el equipo de Scaloni derrotó 1-0 a Uruguay en un partido donde dominó de principio a fin, tuvo a un Messi inspirado, un equipo sólido en todas su líneas y se anotó como candidato al título.

La primera jugada del partido fue un indicio. Messi apretó la salida de Betancur y la robó la pelota. Y si el rosarino está enchufado, es difícil que el resto no se contagie de esas ganas. No fue sólo un robo en una salida, el jugador del Barcelona pidió la pelota, buscó sociedades y enseguida encontró una chance de gol. Pasaron sólo 6 minutos cuando el remate de Lionel exigió a Muslera y en el rebote Lautaro Martínez –otra vez errado con el arco- se pasó de largo y no pudo empujar la pelota al gol.

Uruguay se mostró perturbado por esta presión de Argentina, y le costó salir. Y enseguida llegó el gol. Argentina salió de un córner con ese pasee corto que muchas veces enoja a los hinchas porque la jugada termina mal. Pero en los pies de Messi todo cambia. El crack del Barsa encaró a Torreira y sacó un centro potente que encontró un gran cabezazo cruzado de Guido Rodríguez a la red. Otra vez Argentina arriba en el marcador, como ante Colombia y Chile. A descartar fantasmas y buscar seguir por el mismo camino.

A Uruguay le costó generar peligro. Suárez y Cavani quedaron aislados y los pocos pelotazos que fueron hacia ellos encontraron a la defensa albiceleste bien parada, en especial Cristian Romero, uno que no es portador de apellido pero no por casualidad fue el mejor defensor del Calcio.

Hubo un solo momento de zozobra, que tuvo al VAR como protagonista. Cavani enganchó en el área y cayó ante una supuesta falta. En la contra Messi dejó a todos atrás y habilitó a Molina para hacer lucir a Muslera. Pero hubo unos minutos de espera, esos que se toman los jueces del VAR mientras los hinchas aniquilan las uñas. Y siempre las repeticiones en “slow motion” justifican cobrar el penal, aunque esta vez no había demasiados argumentos y Argentina zafó.

Se fue al vestuario con una ventaja mínima en el marcador, pero dominador sicológica y futbolísticamente del partido. Sólo quedaba esperar que no vuelva a pasar los de partidos recientes, donde el equipo de Scaloni no pudo sostener la ventaja.

En el inicio del complemento, Argentina cedió terreno y pelota, lo que parecía una mala idea. Y enseguida Scaloni metió a Palacios y Joaquín Correa por Lo Celso y Lautaro, para recuperar pelota aunque resignando presencia ofensiva. Pero la principal preocupación pasaba por otra parte, el radar del partido empezó a perder a Messi, y puso en riesgo la victoria.

El equipo de Scaloni se sintió cómodo con una postura más retrasada, aunque con mucha gente en el medio para agregar dificultad a los intentos de ataque de Uruguay. Era un riesgo, aunque los espacios que se abrían para la contra ilusionaban con liquidar el pleito sin sufrir los centros uruguayos que presagiaban ser parte del libreto en la parte final del partido.

Y cuando aflojó Messi, Argentina tuvo a De Paul, Guido Rodríguez y Acuña con gran despliegue para minimizar cada intento de los uruguayos.

Pudo anotar un gol más la selección albiceleste, pero Messi quería el suyo y desperdició algunos ataques con buena perspectiva. No importó, el primer tiempo de Lionel y la cabeza de Rodríguez ya habían hecho daño. Y Argentina se quedó con un triunfazo para ilusionarse.

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