Más de 30 de colectivos en desuso pertenecientes a la empresa de transporte Monticas quedaron totalmente destruidos al ser alcanzados por las llamas en un predio que funciona como depósito ubicado en Sorrento y Provincias Unidas, en la zona noroeste de la ciudad. El incendio, que tuvo lugar en la noche del jueves, se produjo por razones aún no determinadas y destruyó unidades que no forman parte de la flota porque ya habían sido retiradas de circulación.
Para controlar el fuego tuvieron que intervenir dotaciones de bomberos de la ciudad y de localidades vecinas como Pérez y Villa Gobernador Gálvez. Si bien no se determinó el motivo que inició el fuego, es fuerte la sospecha de que se trató de una acción intencional con el claro objetivo de quemar las unidades. Sobre todo porque ninguna tenía motor ni batería ni ningún otro elemento que por sí mismo pudiera originar las llamas.
En total fueron 32 coches los que se vieron afectados de manera notoria, pero algunos otros también sufrieron perjuicios de menor gravedad. Además de Monticas, en ese lugar también se guardan unidades de Las Rosas y Chevallier, por lo que se calcula que en el predio de aproximadamente 5 hectáreas hay más de medio centenar de colectivos que, luego de salir del servicio activo, son utilizados para recuperar piezas que sirvan de repuestos.
Siempre polémica
Las líneas de transporte interurbano Las Rosas y Monticas, pertenecientes a la misma empresa, siempre están en el ojo de la tormenta por la calidad del servicio que prestan. Son históricas las quejas de usuarios por las reiteradas deficiencias que se traducen en coches que no completan su recorrido, frecuencias que no se cumplen, unidades sin las comodidades mínimas y demás anomalías.
El último episodio resonante tuvo lugar la semana pasada, cuando a través de las redes sociales un grupo de usuarios propuso no pagar boleto hasta que mejoren la calidad de las prestaciones.
Casi a la par, los propios choferes de estas líneas protestaron para reclamar más seguridad en horario laboral. El reclamo más importante es sacar el dinero en efectivo de las unidades. Es que si bien existe una tarjeta prepaga, todavía es posible abonar el pasaje con el cambio justo al momento de subir al coche, algo que los trabajadores consideran peligroso.
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