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¿Aprovechará Argentina despegue de Brasil?

El gobierno de la primera potencia de América latina está decidido a no dejar caer la actividad.

La recuperación del nivel de actividad de Brasil, principal socio comercial argentino, podría no reflejarse en la economía local, si persisten las crecientes trabas comerciales recíprocas y se profundiza la pérdida de competitividad del peso en relación con el real.

Sin embargo, el gobierno de la primera potencia de América latina está decidido a no dejar caer la actividad. En primer lugar, anunció exenciones impositivas sobre electrodomésticos y vehículos, y además abarató los créditos para la compra de bienes de capital y camiones. En forma complementaria, el 29 de agosto decidió recortar en 50 puntos básicos la tasa de referencia Selic, hasta 7,5 por ciento. Esta tasa directriz se ubicó en 12,50 por ciento en agosto de 2011, desde cuando fue reducida nueve veces en forma consecutiva.

La consultora Economía y Regiones (E&R) consideró que esta reducción en el costo del dinero en Brasil no tendrá efecto instantáneo, sino “desfasado y acumulativo sobre el consumo y la inversión, por lo que la recuperación sería lenta pero terminaría llegando”. Federico Muñoz & Asociados (FM&A) completó que el recorte de la Selic redujo el diferencial con las tasas internacionales y, por ende, menguó el atractivo que encontraban en Brasil los capitales especulativos que causaban problemas mediante la apreciación cambiaria.

FM&A se detuvo en este último punto para dudar de Brasil como “una eventual fuente de demanda salvadora”, debido a lo que consideró una “drástica pérdida de competitividad cambiaria frente a nuestros vecinos”. Según la consultora, el Tipo de Cambio Real Bilateral Argentina-Brasil cayó un 24 por ciento en lo que va del año, debido a la merma del real brasileño y la inflación en dólares que afecta a la Argentina. Y agregó que si bien, históricamente, la demanda brasileña de productos argentinos reacciona más a la aceleración del PBI que a los alteraciones de paridad del tipo de cambio, la pérdida de competitividad cambiaria del último año fue “demasiado significativa como para que sus efectos sean ignorados”.

El deterioro de la competitividad cambiaria se sumó a otro inconveniente para la Argentina: las medidas impuestas por el gobierno de Cristina Fernández para frenar las importaciones han motorizado una reacción similar por parte de la administración de Dilma Rousseff, que suspendió licencias automáticas de productos locales.

Precisamente, el Ieral, instituto de investigaciones económicas de la Fundación Mediterránea, puntualizó que las exportaciones argentinas perdieron participación dentro de las importaciones totales de Brasil.

“Mientras en el 2003 representaban el 10,1 por ciento, en los primeros siete meses de 2012 alcanzarán sólo el 6,8 por ciento”, calculó en su último informe.

En síntesis, para FM&A, “el eventual repunte de la demanda brasileña dependería entonces de la normalización del comercio bilateral – es decir del levantamiento de las trabas recíprocas– antes que de la mera aceleración del crecimiento brasileño”.

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