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Caso Abel Beroiz

Apresan a condenada por crimen de un sindicalista

Tenía pedido de captura desde 2012, tras ser sentenciada a 13 años como partícipe secundaria. Es la madre de uno de los sicarios que concretaron el asesinato en 2007.


La única mujer involucrada en el crimen del sindicalista Abel Beroiz, ocurrido en noviembre de 2007 en el estacionamiento del Automóvil Club Argentino (ACA), fue detenida anteayer en una vivienda de Rodríguez al 900. La imputada, condenada en primera instancia a trece años de prisión como partícipe secundaria, contaba con un pedido de captura desde finales de 2012, luego de que los magistrados de la sala IV de la Cámara de Apelaciones ratificaran la resolución del juez de Sentencia 8ª, Carlos Carbone. La mujer, de 50 años, es la madre de Juan S., uno de los sindicados autores del crimen del tesorero, quien al momento del crimen no era punible. A la vez, su hijo conocido como Juancito volvió a las crónicas policiales en noviembre pasado, cuando protagonizó junto con otros 31 presos una fuga masiva en la seccional 15ª. Un día después, el muchacho de 22 años fue recapturado acusado de intentar asaltar un minimercado de avenida Pellegrini al 1400.

De acuerdo con voceros de la investigación, el personal de la División Judiciales de la UR II realizó anteayer por la tarde un allanamiento en una vivienda de Rodríguez al 900 y detuvo a Marisa Edith Zingales, de 50 años. La mujer contaba con un pedido de captura librado por el Juzgado de Sentencia 8ª desde finales de 2012, cuando los camaristas Daniel Acosta, Carina Lurati y Sergio Restovich confirmaron las condenas dictadas en junio de 2011 por el crimen del tesorero del Sindicato de Camioneros Abel Beroiz, cometido en noviembre de 2007 en el estacionamiento del ACA, en San Juan y Barón de Mauá.

Los jueces de la Sala IV argumentaron en ese momento que desestimaban la apelación debido a que se habían hallado pruebas suficientes para sostener la condena contra Zingales por incitar a su hijo –entonces de 13 años– para que cometiera el crimen. Además, entendieron que también se constató que la mujer tuvo vinculación con otro de los principales acusados y que sabía del dinero que se había acordado para cometer el asesinato.

El crimen del sindicalista 

Abel Beroiz, tesorero de la Federación Nacional de Camioneros que conduce Hugo Moyano y titular de la filial Santa Fe, fue asesinado la mañana del 27 de noviembre de 2007, en el estacionamiento del ACA, donde había dejado su vehículo, tras pasar la noche en un hotel de la zona. Como el gremialista vivía en Venado Tuerto, tenía la costumbre de quedarse a dormir en la ciudad tras participar de las reuniones del sindicato. Beroiz estaba por subirse al auto para regresar a su localidad cuando fue sorprendido por Raúl Flores y el adolescente, quienes con un arma de fuego y otra blanca lo asesinaron. En el lugar quedó una agenda, un cuchillo de 18 centímetros de hoja, un papelito verde que tenía escrita la cifra de 80.000 pesos, una factura de compra y la foto de la víctima. Además, hubo cinco testigos que presenciaron diferentes etapas del suceso y brindaron datos sobre los autores del crimen.

Con la factura encontrada en el lugar se allanó una vivienda donde fue encontrada la concubina de Flores, quien había comprado muebles y electrodomésticos por un valor de 11.000 pesos con plata que le había dado su por entonces pareja. Flores fue detenido varios días después, confesó haber cometido el crimen y dio detalles del hecho. El muchacho reconoció haber dado muerte a Beroiz por “encargo” y sindicó a los sindicalistas Alejandro Lázaro, Juan Carlos Dell Arciprette y el gestor Julio César Gerez como las personas que se acercaron para que hiciera el trabajo.

Las condenas

Con esas pruebas, en junio de 2011 el juez de Sentencia Carbone impuso fuertes penas a los acusados de pergeñar un plan para matar al tesorero del Sindicato de Camioneros. El confeso autor material del crimen, Raúl Flores, recibió prisión perpetua al ser considerado culpable de “homicidio calificado por promesa remuneratoria, con uso de arma”, la misma que recayó sobre los sindicalistas Lázaro, Dell Arciprette y el gestor Gerez, quienes fueron considerados como partícipes primarios de la muerte. Además, el juez Carbone condenó como partícipes secundarios a Hugo Ricardo Bustos y Leonardo Héctor Flores, ambos tíos de Raúl, y a Marisa Edith Zingales –madre del menor que acompañó a Flores a ejecutar el homicidio–, a pasar 13 años tras las rejas, mientras que Natalia Analía Del Percio, ex concubina de Flores, fue condenada por encubrimiento a cuatro años de cárcel.

Todas las condenas fueron apeladas por las defensas de los imputados y en noviembre de 2012 la sala IV de la Cámara Penal confirmó la mayor parte de las penas impuestas por Carbone, al considerar que los fundamentos esgrimidos carecían de fundamento. Solamente hubo ajustes en dos de las penas: se rechazó el planteo de inconstitucionalidad deducido por la defensa del imputado Lázaro y se dispuso su inmediata detención, ya que estaba en libertad. Además, los magistrados redujeron de cuatro a tres la pena a Del Percio, por lo que dispuso que la condena se cumpliera en forma condicional.

A la vez fueron procesados otros dos hombres: Raúl Alfredo Luna, ex secretario adjunto del Sindicato de Camioneros, acusado de homicidio agravado en calidad de instigador, y Mario Ismael López, chofer del anterior, encausado como cómplice secundario en el crimen del tesorero. Esta parte de la causa fue elevada a juicio en marzo de 2010 por el juez de Instrucción Alfredo Ivaldi Artacho, quien expuso como fundamentos la investigación de la Fiscalía Nº 10, a cargo de Eduardo Valdez Tietjen, que apuntó a que la desaparición de Beroiz beneficiaría directamente a Luna, porque le dejaba de manera directa la conducción del gremio. Además, el fiscal señaló que el móvil del crimen fue la interna gremial de los propios camioneros santafesinos.

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