Ciudad

Bien aplicados

Aprenden un oficio y renuevan el cableado del comedor comunitario de su barrio

Van al Centro de Convivencia Barrial para aprender el oficio de instalador eléctrico en hogares e hicieron una de sus prácticas mejorando las condiciones del comedor La Pandilla


Un grupo de jóvenes que se capacitan en montajes e instalaciones eléctricas domiciliarias en el Centro de Convivencia Barrial Tío Rolo, en el marco del Programa Nueva Oportunidad, renovó este miércoles, supervisados por su profesor, la instalación eléctrica del Comedor Comunitario La Pandilla, ubicado en 5 de Agosto 3870.

En la ocasión, una decena de chicas y chicos, munidos de los elementos y herramientas necesarias, renovaron el cableado del comedor de su barrio. Así, mientras algunas chicas instalaban tomacorrientes, otros de sus compañeros perforaban las paredes para asegurar las cajas de electricidad y los caños por los que pasan los cables, bajo la atenta mirada y consejo de Lisandro, su profesor, quien al tiempo que dirigía los trabajos, iba desgranando al pasar algunos conceptos teóricos y prácticos sobre el oficio.

Yanina, la acompañante del grupo que hizo la capacitación, cuenta que al taller asistieron varones y mujeres del barrio de entre 18 y 27 años, destacando la participación de estas últimas. “La inclusión de mujeres en talleres como este para nosotros era un desafío, ya que la mayoría de las chicas que se acercaban a los cursos se inscribían en panificación, costura o peluquería, y que hicieran este tipo de oficios tiene que ver con su empoderamiento. El taller está orientado a que, si bien quizás no todos lleguen a ser electricistas, sí puedan poner la instalación eléctrica de sus casas en condiciones para que sean más seguras”, explicó.
Respecto al trabajo realizado en el comedor, la acompañante destacó: “La idea es poder devolverle al barrio algo de lo que ellos aprendieron, por eso decidimos venir a colaborar con el Comedor La Pandilla”.

Sin distinción de género

Una de sus mejores alumnas es Claudia, quien presta atención a las indicaciones de Lisandro y responde a sus preguntas demostrando ser una estudiante aplicada. “En estos dos años logré sentirme bien y muy cómoda en este oficio. Yo le tenía mucho miedo a la electricidad. Ahora me doy más maña. Aparte con los compañeros estamos muy unidos y eso ayuda a aprender”, cuenta la joven de Tío Rolo, orgullosa de haberse capacitado en un oficio que tradicionalmente era considerado como un campo reservado exclusivamente a los varones.

“Yo aprendí. Me siento capacitada igual que un hombre. Me siento igual a ellos. Cuando termine mi casa, quién dice que no sea yo la que haga la instalación. Hoy conecté la térmica, un disyuntor y una llave”, afirmó complacida.

Por su parte, Milton se encuentra contento por los conocimientos adquiridos: “Me gusta el curso, aprender y cada vez saber más del oficio. Ahora, con todo lo que fui aprendiendo, puedo hacer cosas en mi casa, esto te ayuda. Primero quiero saber bien y luego largarme a trabajar, te sirve para el currículum hacer estos cursos. Lo más importante que me deja es un oficio: aprendí y sigo aprendiendo cada vez más, me hago amigos y comparto mucho con ellos”.

Rodrigo, alumno del segundo años del curso, se siente confiado con el oficio. “Ahora le estoy agarrando más la mano, mis compañeros me ayudan mucho y el profe siempre está pendiente. Yo vengo a aprender y a sacarme las dudas. Me anoté porque me gusta y me sirve para trabajar en mi casa. Este es el primer trabajo que hacemos y ahora ya vamos a empezar a hacer otros trabajos en otros lugares”, se ilusiona.

La señora del comedor

Miriam está a cargo del Comedor la Pandilla y es conocida por las chicas y chicos del barrio como la señora del comedor. “Me parece buenísimo que los chicos de electricidad del Nueva Oportunidad hagan esto, mi comedor va a quedar muy lindo y le hacía mucha falta. También sirve para que los chicos practiquen y trabajen, lo están haciendo muy bien. Son chicos del barrio, a todos los conozco y estoy muy contenta de trabajar con ellos. Vienen a hacer algo para y por el barrio”.

Además, Miriam aseguró: “Este comedor es de todos, trabajamos en conjunto con el centro de convivencia barrial y el centro de salud, lo hacemos muy bien juntos. Hace 30 años que estoy haciendo esto y me encanta, voy por mucho más, siento el cariño de toda la gente y me gustaría trabajar más por el barrio”.

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