El pasado lunes 1 de agosto inició en la ciudad el juicio Guerrieri IV por crímenes cometidos en quintas bajo la órbita del Ejército durante la última dictadura cívico militar. José Luis Troncoso era uno de los 20 imputados en la causa pero fue apartado luego de presentar un informe de salud. El tribunal decidió suspender el proceso que lo involucraba por entender que el represor no tiene capacidad para estar en el juicio.
El acusado tiene 69 años padece Parkinson y su defensa pidió su apartamiento. La resolución será objeto de recurso de casación y puede afectar la continuidad de 54 casos de los 116 que constituyen el juicio. Los mismos ya han formado parte de otros tramos de la causa que hoy cursa su cuarta elevación.
Ante la noticia los organismos de derechos humanos de la ciudad alertaron que se trata de una “estrategia de impunidad”. Hace años que los mismos, en todo el país, denuncian lo que llaman “impunidad biológica” por la edad de los represores, la demora de la Justicia en empezar los procesos y desarrollarlos y por todas estas estrategias judiciales que arman con sus defensas para salirse del proceso de juzgamiento.
Troncoso está acusado como ex personal civil de Inteligencia del Ejército. Está acusado por delitos vinculados a la Quinta de Funes y la Escuela Magnasco. Previo a este juicio, -durante las primeras elevaciones estuvo prófugo.
Antes del inicio del debate, la semana pasada, el fiscal Adolfo Villatte dijo que la imputación a Troncoso es por esos 54 casos vinculados al circuito de la Quinta de Funes y escuela Magnasco. “Lo significativo que es que un juicio que está compuesto por 116 casos podría reducirse a solo los 62 casos nuevos”, planteó.
En tres meses se realizará una nueva pericia y así será de ahora en más. Mientras tanto, el proceso contra él queda suspendido.
Comentarios