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Apareció la pareja de adolescentes mendocinos que se había fugado

La Policía los ubicó en un camping de Villa Gesell gracias a un llamado de una persona que los reconoció. Tienen 14 y 15 años y habían abandonado sus casas hacía una semana.

Se acabó la angustia. Yanina Torres (14) y Jalim Tapia (15), los novios que se fugaron de sus casas en Mendoza y de los que sus familias no sabían nada desde hacía una semana fueron encontrados en buenas condiciones en un camping de Villa Gesell.

«Están sanos y salvos», contó a Clarín Mónica Domínguez, la mamá de Yanina. Los adolescentes fueron hallados por la Policía, que los ubicó gracias a un llamado de alguien que había reconocido a la joven pareja. Estaban en un camping de la ciudad balnearia.

Apenas recibió la noticia, el padre de Yanina emprendió viaje hacia Buenos Aires en busca de los chicos, que aguardan su llegada en un destacamento policial de Villa Gessell.

Los chicos se habían ido de sus casas hacía una semana. El mismo día en que desaparecieron, les enviaron un mensaje de texto a sus padres en el que decían que estaban bien. Nunca más volvieron a comunicarse. Yanina le sacó a su papá 7 mil pesos y Salim se llevó cerca de 400 pesos que había ahorrado. Con ese dinero y dos bolsos con ropa, partieron el 17 de febrero hacia la terminal de ómnibus. A las 9.30, abordaron un micro de la empresa Cata hacia la ciudad de Córdoba.

El noviazgo comenzó hace 9 meses en el colegio religioso Santa Teresita, en Guaymallén, en el Gran Mendoza. Aunque Yanina cursaba octavo por la tarde y Salim iba a noveno en la mañana, los chicos se las arreglaban para reunirse al mediodía y por las tardes. «Se veían todos los días y pasaban muchas horas hablando por teléfono», contó Mónica Domínguez. Los dos se habían llevado materias y estaban a punto de perder el año. La mañana en la que se fugaron, Salim tenía que rendir Física. «Tenía 8 materias por rendir y ya nos habíamos hecho la idea de que iba a repetir», contó su mamá, Patricia. En cambio, Yanina había logrado sacar una materia previa en diciembre y si aprobaba otra en febrero, podía pasar condicional.

«Esa mañana lo noté raro. Me abrazó, me besó y varias veces me dijo que me quería», recuerda la mamá de Salim. El chico se había llevado escondido en un bolso unos jeans, remeras, calzoncillos y una máquina de afeitar que dejó en la casa de un amigo.

En los últimos meses los padres de Salim notaron un comportamiento distante: «Dejó de almorzar con nosotros para verla. No le interesaba estudiar. Era una relación obsesiva», describe su madre. La familia de Salim deslizó que Yanina no tenía una buena relación con su papá y hasta sospechan que la chica pueda estar embarazada.

Fuente: Clarín.com

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