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CANDIDATAS Y CANDIDATOS

Antonio Bonfatti: “Lo último que haría en la vida es darme por vencido” 

El ex gobernador socialista lidera una lista de precandidatos a diputados provinciales del socialismo, por fuera de la nómina que eligió la conducción partidaria. Hace 51 años participó de la fundación del Partido Socialista Popular. Es protagonista de la política local y provincial desde 1983

Fotos: Franco Trovato Fuoco

El ex gobernador socialista Antonio Bonfatti es el político con más trayectoria de todos los que participan de los comicios de este año. Hace 51 años participó de la fundación del Partido Socialista Popular. Hace 40 años, con el regreso de la democracia, logró su primer cargo, como presidente comunal de Las Parejas, donde se había radicado durante la dictadura. En su regreso a Rosario fue el ladero de Hermes Binner, a quien también acompañó cuando el socialismo logró acceder al gobierno provincial. Le tocó suceder a Binner y gobernó Santa Fe con las dos cámaras en manos de la oposición. Sus obsesiones siguen siendo la salud y la educación, los dos puntos que le achaca como parte del déficit al actual gobierno provincial. Advierte que se necesitan tres años de preparación para aspirar a la gobernación, y prefiere no decir cuáles son los candidatos que reúnen ese requisito básico. Sorpresivamente le tocó liderar una de las listas de candidatos del socialismo, después de un proceso interno que lo dejó dolido por la falta de acuerdo: la lista “oficial” la lidera Clara García. Pide a gritos diálogo institucional, pero sobre todo capacidad para escuchar los reclamos ciudadanos. “Allí se aprende muchísimo”, explica como si recién estuviera arrancando una pelea que conoce como nadie y que en esta ocasión se da en el frente Unidos, que además de aglutinar a socialistas con radicales, como en el Frente Progresista, sumó a macristas.

—Han pasado 40 años de trayectoria desde que fue presidente comunal de Las Parejas, en 1983.

—En realidad si arrancamos desde la fundación del Partido Socialista Popular son 51 años de trayectoria.

—¿Cómo encara una nueva batalla electoral con toda esa trayectoria a cuesta, en el marco de opciones políticas que no son como las de sus orígenes?

—Con la misma pasión de siempre y con los mismos principios e ideales que sustentamos desde mi juventud, a los 22 años. Siempre con ganas de transformar la realidad, partiendo desde el estudio de la misma, que tiene que ver, obviamente, con los libros y los documentos, pero fundamentalmente con el diálogo con la gente. Allí se aprende muchísimo.

—¿Qué es lo que está percibiendo en ese diálogo?

—Podemos abordar área por área, que fue lo que me motivó nuevamente a esta precandidatura a diputado. Ver a un gobernador y a sus ministros ausentes del diálogo con la gente, de tomar medidas y decisiones que en definitiva no están planificadas y no son llevadas adelante por un equipo de gestión. Cuando abordo los dos grandes derechos, salud y educación, y veo que los chicos ahora pasan de año debiendo ocho materias previas, o donde le ponen una hora más de clase y no tienen quién la dicte, la hora 25, y los directores que me dicen que no tienen directivas claras, porque a veces le llegan a través de los medios. O cuando recorro la provincia y voy a hospitales más grandes que el Clemente Álvarez, como el de Venado Tuerto o Reconquista, donde la ministra fue una sola vez a Reconquista y ninguna a Venado Tuerto. En los Samco están comprando insumos, porque no llegan, o porque los ascensores de pacientes no funcionan, o porque deben los salarios de los trabajadores. Eso me amarga, porque nosotros habíamos logrado muchas cosas. Creamos 245 escuelas secundarias nuevas, 33 institutos terciarios, 124 centros de atención primaria de salud, seis hospitales de mediana complejidad, cinco de alta complejidad y emergencia, de los cuales nos faltaba terminar Rafaela, que quedó a mitad de camino, y el de Rosario habrán visto, está vandalizado. Hablo con los policías, bueno, los presidentes comunales compran, en la gran mayoría de las comunas, tanto las cubiertas como la nafta. La seguridad, eso de que con la paz y el orden todo se resolvía, y uno ve que no hay patrulleros en la calle, que cambiaron cuatro ministros, que cambiaron once jefes de policía en la ciudad de Rosario. El sector productivo, donde se ve esta falta de diálogo y de encuentro con la gente. Vengo de Venado Tuerto y hay empresas listas para abrir las puertas o para ampliarse, y no lo pueden hacer porque no tienen energía. Esto es no escuchar lo que está pasando, porque aquel que está para generar más producción, más empleo y más trabajo…

—Ese parece ser el rasgo distintivo de Perotti, el tema de la producción…

—Bueno, pero vengo también de la Sociedad Rural de Vera, hay una sequía tremenda, que en las grandes ciudades no se visualiza el drama de las muertes de ganado vacuno y ahora de la pérdida de forraje. Hace cuatro meses que el ministro (de la Producción, Daniel) Costamagna no pisa Vera. Están desesperados. No se camina una provincia sin diálogo. El Estado tiene que estar para apoyar al sector productivo y a las instituciones sociales, garantizar la salud y la educación para todos. Y obviamente la seguridad, que es un tema que nos aflige a todos.

—¿Usted ve que el gobierno fracasó en todos esos ítems?

—Me lo dice la gente. Yo no hago más que transcribir y describir lo que me van relatando cada uno de los actores. Y como ciudadano también tengo mis vivencias.

—Así y todo Perotti intenta copiar el esquema que en algún momento funcionó para el socialismo, cuando usted primero y Miguel Lifschitz después fueron por la candidatura a diputado después de la gobernación. Con este diagnóstico, ¿usted le augura una derrota al oficialismo?

—Nosotros estamos preparados para ganar las elecciones. Cuando uno sale a la cancha es porque cree que va a ganar. Ahora yo a la gente lo que le digo cuando me preguntan por mis proyectos es que lo primero que hace falta en Santa Fe es tener diálogo y encuentro. Porque hoy hay mucha virulencia, ni hablar cuando uno enciende el televisor y ve los medios de comunicación nacionales, con agravios de uno a otro. Lo que no sé es qué se conduce con eso, ¿a dónde vamos? ¿cómo resolvemos la inflación, la pobreza, después de 40 años? Lo importante es el diálogo y aportar desde el Estado para movilizar a la sociedad. Generar empleo y mayor producción significa estar al lado con energía, tener créditos adecuados, impulsar a los innovadores, darle todo el apoyo posible del Estado al servicio del sector productivo. Bueno, en salud y educación quiero recuperar lo que habíamos hecho. Las múltiples miradas de todos los actores de la educación, los espacios socio-educativos para contener la violencia, que es lo que hoy los chicos llevan a la escuela de lo que viven en los hogares, cómo garantizar nuevamente que los adultos puedan terminar la escuela primaria y secundaria.

Recuerdo que con el plan Vuelvo a Estudiar recuperamos a 42 mil chicos. Hoy se abandonó. Teníamos el Plan Abre, para abordar las políticas sociales en los barrios más carenciados de las grandes ciudades. Era articular con el club, con la vecinal, con la escuela de ese barrio, con el centro de salud, con la parroquia, poner los clubes y las escuelas en condiciones. Convocamos al Observatorio Social de la Iglesia para que hiciera una observación del punto de partida. Y año tras año está toda la documentación. Cómo fue bajando la violencia, con más convivencia, los chicos con más práctica de deporte, más asistencia a la escuela, los Fonavi que fuimos arreglando y formando los consorcios. ¿Dónde quedó todo esto? Esto me duele, me duele ver retrocesos. Y cuando digo diálogo y encuentro creo que tenemos de una vez por todas ponernos de acuerdo en cinco cosas. No en cincuenta. Y que sean políticas de Estado. En Santa Fe y en el país. Yo miro a Uruguay y a Chile, para no irnos lejos. Y cambian los gobiernos de izquierda y de derecha, pero los uruguayos siguen con la trazabilidad de la carne vacuna, ganando mercados. Los chilenos siguen con el cobre y la cría de especies en cautiverio, y tienen más ventas en dinero que lo que nosotros vendemos en carne. Después obviamente en la cuestión social van variando de un lado a otro. Pero no se puede paralizar una Nación donde hace 15 años que no crece el PBI. Entonces qué discutimos? ¿Discutimos conocimiento, inteligencia artificial, o discutimos planes sociales? Discutimos planes sociales, porque el país no crece.

—¿Cuáles son esos puntos básicos?

—Salud, educación, ciencia y tecnología al servicio del sector productivo, y apalancar en cada región que haya agregado de valor. Porque hay emprendedores increíbles en la provincia, cuando se recorre los pueblos se encuentra gente con una capacidad enorme, que a lo mejor le falta energía, el dinero para una maquinaria, hay que ayudarlo a dar ese salto tecnológico o ese salto para poder invertir en un galponcito para seguir creciendo. Vemos ejemplos maravillosos en la provincia.

—Para dar ese salto se necesita un Ejecutivo en consonancia con todos estos proyectos. Dentro del frente que usted integra, ¿a quién ve en condiciones de liderar desde la Casa Gris este proyecto?

—Aquellos que se han preparado para gobernar y tienen proyectos y propuestas. No quiero hablar mal de ninguno, pero la gente tiene que valorar quién se está capacitando y quién viene armando estructuras, porque muchos me dicen ¿usted por qué no fue candidato a gobernador? Porque para ser candidato a gobernador hay que tener un equipo conformado tres años antes. Yo sé lo que es gobernar la provincia. Los cuatro años de ministro de Gobierno me sirvieron enormemente, y previamente había sido diputado provincial. Eso me sirvió enormemente para conocer palmo a palmo la provincia, pueblo por pueblo, cuál es la idiosincrasia de cada uno. Si no hay equipos desde el primer día se falla, que es lo que le pasó a Perotti. Seis meses pasaron desde que ganó la elección hasta que asumió como gobernador, no hubo una reunión con Miguel Lifschitz y con su equipo de gobierno. Bueno, así nos fue.

—Dentro del socialismo, siendo una figura tan representativa, habiendo sido gobernador de la provincia, cómo vivió el proceso interno donde el socialismo finalmente no pudo lograr la unidad.

—Mal, porque fui presidente del partido durante cinco años hasta el 2021. Bregué toda mi vida por la unidad del partido, viví muchas etapas del Partido Socialista, con matices, con diferencias, como las tuvimos, pero está la democracia interna, están los congresos, y las decisiones se toman por mayoría. Y haber intentado armar una sola lista, y ni siquiera poder sentarnos a una mesa a poder conversarlo, la verdad que me dolió mucho.

—¿Siente ingratitud?

—No quiero aplicar ningún adjetivo. Los partidos se construyen en la diversidad, porque en ninguna familia hay un acuerdo total, partiendo de los principios y valores de cada uno, pero el otro también existe.

—¿Siente desilusión, mirando hacia atrás, tanto esfuerzo, tantos años de militancia, y que los desenlaces sean estos que estamos viendo? No solamente vinculado a lo personal o estrictamente partidario, sino a la política en general.

—Yo creo que la política no le ha dado respuestas en términos generales en el país a la sociedad, porque si estamos hablando de un 40 y pico de pobreza y 140 por ciento de inflación y la gente que no llega a fin de mes, indudablemente que estamos mal. Y por algo han surgido algunas opciones disruptivas planteando cualquier cosa, barbaridades, con las que algunos se aferran intentando salir de ésto. Por eso digo que lo que más necesita el país es volver al diálogo. Hay un diálogo interpoder, pero hay un diálogo mucho más poderoso, que es con la sociedad. Yo no le puedo enseñar a los maestros cómo educar, creo que hay que convocarlos, obviamente después hay especialistas que hay que sumar. En el ámbito de la salud se hace con los trabajadores de la salud, no se hace desde un escritorio o dando directivas. Si no se los convoca o son parte del proceso, no se avanza. Usted puede tener un hospital nuevo, y yo me cansé de decir eso, pero hacia adentro puede hacer lo mismo que se hacía antes, que era negativo. Y con el sector productivo es igual, ¿quién le va a enseñar a un industrial argentino a producir, con todo lo que ha pasado, que sigue firmemente adelante? Denle las condiciones, seguridad jurídica, no le cambien las reglas de juego todos los días, porque un día abrimos la exportación y otro día cerramos, un día abrimos la importación y otro día cerramos. Así no funciona un país, ¿cuál es la perspectiva que tiene esa persona para invertir a mediano y largo plazo?

—¿Ve algún referente que pueda encarnar esa posibilidad en el mediano plazo?

—Hay que intentarlo, porque si no ya nos damos por vencidos, y lo último que voy a hacer en mi vida es darme por vencido. Yo ofrezco mi experiencia, mis años. Debo ser el único gobernador en el país que gobernó con la Cámara de Diputados y de Senadores en manos de la oposición. Y llevamos adelante los acueductos, las escuelas, la EPE que habíamos mejorado, los hospitales, el diálogo político, las energías renovables, fuimos llevando adelante todo eso.

—Muchos están revisando el sistema de boleta única en consonancia con lo que es la Constitución santafesina y lo que a usted le tocó vivir de tener la Legislatura en contra; ¿usted cree que sería necesario revisarlo?

—Yo creo que hay que revisar el tema de boleta única, pero tal vez para el acople entre los intendentes y concejales y los gobernadores y los diputados. Habría que verlo, es una posibilidad que hay que revisar. Obviamente lo que se merece la provincia es una reforma de la Constitución. No podemos seguir sin los derechos de tercer y cuarta generación, no podemos seguir sin la autonomía para los municipios como Rosario, no podemos seguir con un presidente comunal que gobierna dos años, pasa el primer año y ya está pensando en las elecciones de vuelta, esto es inaceptable.

—Vamos a hablar un poco de lo nacional, aprovechando toda su experiencia, porque además estamos frente a una elección presidencial clave. ¿Usted comparte el apoyo del socialismo a Juan Schiaretti?

—No fui consultado en esa decisión, con eso le doy una respuesta. Yo no puedo opinar sobre lo que nadie me consulta, creo que ni siquiera hubo un congreso que lo definiera. Fue una reunión de una mesa.

—¿Cómo analiza el resto de la escena nacional?

—Ha habido sorpresas, porque yo no pensaba que la oposición iba a ganar en San Juan y en San Luis. Sí Jujuy, sí Mendoza. Hay cosas que van pasando y demuestran que hay un hartazgo en muchos ciudadanos de prácticas de décadas que no son buenas, y bien vale la alternancia. Quisiera escuchar propuestas por parte de los dos grandes partidos o frentes que están disputando la presidencia de la Nación. Por un lado lo escucho a Massa hablar del futuro cuando no puede resolver el presente y me angustio. También quisiera ver la propuesta concreta de los otros candidatos de la oposición, ¿no? Tuvimos experiencias no muy positivas en el pasado. Por eso, equipos y cómo, porque decir que es necesario la producción y crecer es fácil, dígame cómo, cómo se hace.
Nosotros con Hermes (Binner), en mi gestión, y después con Miguel (Lifschitz), presentamos un plan estratégico. Nosotros decíamos “un sueño”, que era dónde queríamos ir, y el cómo eran los proyectos, y así fueron surgiendo. Tal cosa en tal localidad, esto en tal otra, la ruta tal en tal lugar, está todo escrito, son unos libros de 6 o 7 centímetros de alto. Ahí estábamos demostrando el cómo íbamos a hacer para lograr esos sueños que teníamos.

—De aquel período de 12 años de gobierno del socialismo, ¿se arrepiente, en términos colectivos, de algo que haya impedido que ese proceso se consolide?

—Indudablemente que no pudimos avanzar más de lo que hubiésemos querido en el tema seguridad. Porque yo creo que ese es un dolor que sufrimos de ataques, pero aparte en soledad. Porque el tema del narcotráfico, que tiene tanto poder en el mundo, no lo puede resolver sólo un municipio o una provincia. Tiene que estar la Nación siendo partícipe de eso. Yo cuando escucho muchas veces, ahora a los periodistas hablar de Medellín, que está de moda hablar de Medellín, lo que no dicen es la plata que pusieron para construir miles de viviendas para generar empleo a rajatabla, y sacar así a la gente de una situación social y económica agobiante. Porque ahí está el caldo de cultivo también para el delito, para contratar mano de obra, lamentablemente. Si uno le da a los jóvenes expectativa de vida, de pensar en un futuro, entonces penetra menos el consumo, que es lo que más nos preocupa.

—¿Faltó inversión y apoyo?

—Faltó apoyo del gobierno nacional, es más, nos hicieron responsables, cuando es un delito federal. Después de décadas, hoy están nombrando jueces y fiscales federales. Seguimos con los mismos jueces y fiscales que hace 50 o 60 años atrás. Y articular todo eso no es una situación fácil. Nosotros avanzamos con muchas cosas, cambiamos el sistema penal en la provincia, detuvimos a los jefes de las organizaciones más connotadas del narcotráfico, con los nombres y apellidos que hoy estando presos siguen manejando las cosas desde la cárcel. ¿Qué se está haciendo hoy para que esa gente no maneje las cosas desde la cárcel? Nada. Entran los teléfonos como el agua. Por eso yo sigo reclamando hoy mismo la integración de provincia y municipio para abordar este flagelo.

—¿Cómo vive el reproche que le cae al socialismo sobre el crecimiento del narcotráfico en la gestión y aquello de haber retirado la acusación en el atentado que sufrió en su casa?  

—Para aclarar una vez más, y por enésima vez las cosas, yo no pude identificar a quién tiró tiros en mi casa, estando adentro. ¿Por lo tanto a quién acuso yo? Yo no puedo presentar un falso testimonio. Arteramente dicen “retiró la acusación”. No lo acusé porque no lo identifiqué, tan simple como eso. Vale la aclaración. Y arteramente también, yo creo que a partir de la presentación de la candidatura presidencial de Hermes Binner, alguna gente no toleró el crecimiento del socialismo y que fuera una alternativa en el país. Y ahí empezaron a atacarnos. Porque creer que nosotros fuimos a buscar a los narcotraficantes, cuando fueron presos en nuestra gestión y puedo dar los nombres y apellidos de los más connotados de todos. Yo creo que es un intento para tratar de destruirnos. Siempre digo que si tienen las pruebas que las presenten. Tienen todo para hacerlo. Goebbels, el jefe de la propaganda nazi, sabía mucho de eso, “miente, miente, miente, que algo quedará”.

—Con la irrupción de las fake news y los mensajes sin firma de redes sociales, ¿se vuelve cada vez más complejo elaborar un debate sano de la política?

—Sí, pero aparte hay una voracidad, vaya a saber qué psicología lo explica, por las malas noticias. Encendemos el televisor y parece que es todo malo. Y en un país no es todo malo. “Secuestraron a este, mataron al otro”, horas y horas hablando de eso. Eso hay que informarlo, pero ¿no hay otra cosa para informar? De los que se preocupan y sacrifican todos los días, de la cantidad de emprendedores que hacen crecer al país, que generan trabajo, ¿dónde están esos para que sean adoptados como buenos ejemplos? Lamentablemente esto ha permeado la política y ha permeado las instituciones, porque también las instituciones se han degradado. Yo vengo de una cooperativa que hacía viviendas en zona norte y no encuentran gente para participar de la cooperativa y de la vecinal, esto es parte de la realidad. Involucrémonos. Porque política se hace también cuando nos ponemos o no una escarapela el 25 de mayo, o el 9 de julio, cuando asistimos a los chicos en el club, y damos una mano, y somos partícipes, eso también es parte de la vida de la sociedad, estamos siempre esperando que el otro resuelva las cosas, bueno, hay un representante elegido por el voto popular, pera también hay que ser parte de la sociedad en las cosas cotidianas.

—Los partidos políticos, ¿se han desdibujado también en el marco de esa descripción que usted hace?

—Es parte de esta realidad, donde está el sálvese quien pueda, los malos ejemplos que surgen de arriba para abajo. Los presidentes o presidentas hablando de los operadores en la Justicia, ¿qué es eso? La Justicia tiene que hablar por sus fallos, el gobierno no tiene que tener operadores en la Justicia, ¿para qué? ¿Para ir a tratar de convencer a un juez? Estas cosas la gente las huele y lamentablemente hay un vale todo y un individualismo feroz, lo mismo que se refleja cuando hablo de las instituciones y la falta de participación.

—Yendo a Rosario, ¿cómo está viendo la actual gestión?

—Es una ciudad compleja, con un intendente que está bastante abandonado y solo, si hay algo que le critico es no haberse plantado aún más contra el gobierno provincial y nacional para defender a Rosario. Siempre ha sido un hombre de consenso político, de encontrar acuerdos con uno y con otro, pero hay determinados momentos en los que hay que plantarse. Veo que intentó por otro lado acordar, pero le dieron la espalda en lugar de tenderle una mano.

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