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Antioxidante: un componente del vino mejora la salud ocular

El resveratrol de las uvas inhibiría la angiogénesis, enfermedad que puede desencadenar en ceguera.

Por: Luciana Sosa

Un ingrediente del vino tinto, el resveratrol, que también se encuentra en las uvas, los arándanos y otras plantas, podría prevenir algunas enfermedades de vista derivadas de vasos sanguíneos dañados en la retina, según un estudio publicado en la revista American Journal of Pathology. Consultado por El Ciudadano, el oftalmólogo Joaquín Bafalluy confirmó esta noticia y aseguró que el uso de este componente es muy bueno para combatir la angiogénesis, enfermedad ocular que desencadena (en la mayoría de los casos) en ceguera. “De todas maneras –advirtió el médico– hay que tener en cuenta los problemas que se pueden contraer con el abuso en el consumo de alcohol”.

Tal lo publicado por los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, experimentos en las retinas de ratones demostraron que el resveratrol puede inhibir la angiogénesis, una patología que se deriva de la formación de vasos sanguíneos nuevos y que puede ser un elemento clave en el desarrollo de cánceres y en la aterosclerosis, el endurecimiento de las arterias por la acumulación de grasas.

Según explicó Bafalluy a este medio, el resveratrol es un antioxidante “que se encuentra en el vino tinto y que se empezó a sospechar de sus beneficios cuando (hace ya unos años) se hablaba de la llamada ‘Paradoja francesa’. Resulta que se estudió la dieta de los franceses, muy rica en grasas, pero sorprendió que no tengan un grado elevado de efectos colaterales del corazón y se supone que se debía al gran consumo de vino que la integraba”, comentó.

Sobre el combate a la angiogénesis (excesiva producción de vasos sanguíneos) es una enfermedad que surge de una retinopatía diabética avanzada o de la degeneración macular, estas últimas las dos principales causas de ceguera en el mundo.

“En diabéticos, específicamente, la angiogénesis se produce en un estadio de retinopatía diabética proliferativa (justo proliferativa por la producción de vasos sanguíneos) y es el estado terminal de la retinopatía, al que nunca queremos llegar. Por eso la prevención, con la realización de un fondo de ojo una vez al año, como mínimo, es necesaria. Esa es la única manera en la que logramos que el estado proliferativo se retrase”, explicó el oftalmólogo.

A su vez, agregó que “otra causa principal es la degeneración macular que se da en personas mayores, sobre todo en mujeres de raza blanca, y que una de las dos formas de presentación de la enfermedad es por medio de la forma exudativa (se visibiliza una mancha en el centro de la visión) o húmeda (se advierte una deformidad de las líneas rectas, y se ven curvas). Éstos son los primeros síntomas de la enfermedad, y ante estos se debe acudir de inmediato al oftalmólogo para realizarse un fondo de ojo y descartar la degeneración”, sostuvo.

En tanto, al volver al tema inicial del artículo estadounidense, Joaquín Bafalluy comentó: “Si bien el hallazgo científico es destacable, el problema es que la cantidad de antioxidante que tiene una botella de vino tinto es muy pequeña a lo que necesita el cuerpo humano, entonces la persona debería ingerir una cantidad mucho mayor a la usual, con las consecuencias que eso conlleva: desde cirrosis hasta cáncer de hígado y polineuritis (algunas de las hepatologías que se registran en los adictos al alcohol)”.

“Más allá de su aporte saludable, hay que mantener un gran equilibrio en la ingesta, al igual que con el café, ya que esta bebida tiene un montón de componentes muy buenos para el organismo, pero su consumo en exceso puede ser muy dañino”, remarcó.

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