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Anónimo revive “cajas negras”

La Fiscalía de Cámaras ordenó investigar la verosimilitud de una carta y videos que vinculan a jefes policiales de la UR II con actividades ilícitas como quioscos de drogas, homicidios y robo de autos.

Una denuncia anónima que llegó a la Fiscalía de Cámaras de los Tribunales provinciales  y vincula a varios jefes policiales de la Unidad Regional II con actividades irregulares con connotaciones delictivas derivó en una investigación judicial para determinar si el contenido de la misma cuenta con algún viso de veracidad. Hace dos semanas llegó un sobre por correo que contenía una carta escrita en computadora y dos CD con una serie de filmaciones caseras en las que se hacía referencia a tres temas: una supuesta vinculación del personal policial con quioscos de drogas –donde se denuncia la existencia de pedidos de dinero a cambio de “licencias” para el funcionamiento de dichas bocas de expendio–, la mención de, al menos, dos homicidios que la denuncia anónima vincula con drogas, y el robo de automotores. Esa fue la punta del ovillo que se está intentando develar. Consultado por este diario, el fiscal de primera instancia Carlos Enrique Covani confirmó la existencia de la denuncia que fue girada a la fiscalía a su cargo y que éste a su vez requirió una serie de medidas al Juzgado de Instrucción de la 5ª Nominación, que quedó a cargo del caso.

Según una fuente judicial, el 23 de febrero llegó un sobre remitido a través de un correo privado a nombre de un fiscal de Cámaras. Su interior contenía una denuncia anónima y 2 discos compactos donde se ponía en conocimiento irregularidades con connotaciones delictivas donde podría haber “incumbencia policial”.

Otra de las fuentes consultadas explicó que el escrito fue hecho en computadora y cita, al menos, a diez altos jefes policiales que según la denuncia “actúan en connivencia con grupos que se dedican a la venta de drogas, quienes a cambio de dinero dan licencias para el funcionamiento de algún quiosco donde comercializar estupefacientes”, aunque la fuente sostuvo que hay poca información en la misiva ya que si bien se nombran diferentes lugares a los que le atribuyen vender drogas, no se habla de ubicaciones exactas, sino que se menciona al “quiosco de fulano o mengano”, comentó un vocero.

A su vez, la denuncia hace alusión a dos homicidios a los que vincula con el mundo de las drogas. Puntualmente cita los crímenes del sargento Carlos Honores –policía que fue muerto a balazos a principios de año en una estación de servicio ubicada en 27 de Febrero y Circunvalación donde había llegado con un vehículo 4 x 4 a nombre de “un amigo” que luego fue hallado incendiado en un descampado de la zona oeste– y de Carlos Fajardo (que fue encontrado muerto a fines de diciembre en el baúl de su auto a la vera de la ruta 9 a la altura de Carcarañá), refirió la fuerte y agregó que el tercer tema al que hace referencia la carta es al robo de automotores.

La Fiscalía de Cámaras remitió el contenido del sobre al fiscal Carlos Enrique Covani, quien confirmó el inicio de la investigación y solicitó medidas a un Juzgado de Instrucción. La causa en un primer momento se giró a Instrucción 6ª, que se declaró incompetente y finalmente recayó en el Juzgado de Instrucción 5ª a cargo de María Luisa Pérez Vara, quien lleva adelante la investigación.

Una fuente judicial aclaró que se trata de una denuncia anónima y se la toma con ciertos reparos por el carácter en la que fue hecha, es decir en forma anónima. Asimismo, aclaró que si bien la misiva brinda algunos datos la información es escasa.

También se conoció que se enviarán copias a los Juzgados donde se tramitan los crímenes que se nombran en la denuncia  para que cada juez evalúe los datos que menciona en base a cada causa y se requirió a la Dirección Provincial de Asuntos Internos que informe si existe alguna causa por enriquecimiento ilícito contra el personal policial que es nombrado en la denuncia anónima.

Respecto de los videos que llegaron en el sobre, la fuente consultada explicó que se trata de 19 filmaciones caseras aparentemente realizadas con un celular o una camarita que tienen poco valor probatorio por dos cuestiones: “Porque no sabemos su procedencia y porque existe un defasaje, que dura entre 3 y 5 segundos, entre el audio y la imagen. En los videos no se habla de policías, ni se ven uniformados, ni se habla de drogas, son personas hablando de temas relacionados a automotores aunque de la filmación no surge ningún lugar o auto concreto”, tampoco se hace mención a la comisión de un delito concreto, concluyó una fuente del caso.

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