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Anita Martínez: “Al gobernador y al presidente no les interesamos en materia de inseguridad”

La candidata a edila de Juntos Por el Cambio afirmó que apoya la creación de una policía local tomando el modelo de Capital Federal y dijo que hay mala administración del presupuesto municipal. También, opinó que en el Concejo "hay un sesgo bastante ideológico" y definió: "Hay que achicar el Estado"


Anita Martínez lideró los resultados de las internas en Juntos Por el Cambio en las Paso para el Concejo Municipal y ahora buscará revalidar el desempeño con el objetivo de renovar su banca. Consideró que esta elección es una “oportunidad única” y reconoció que, a partir de los últimos resultados, los referentes del interbloque en la provincia ya piensan en 2023.

La edila cambiemita manifestó su respaldo a la iniciativa de conformar una fuerza de seguridad autónoma en el municipio y deslizó críticas al gobernador y a Nación respecto de los problemas de inseguridad. “Está bueno repensar qué tipo de seguridad queremos para nuestra ciudad y ahí sí debatir sobre las formas”, deslizó en diálogo con El Ciudadano.

—¿El Concejo debe intervenir en la discusión por la autonomía policial a la que ya se refirieron el intendente y el gobernador?

—El Concejo siempre estuvo involucrado con el tema inseguridad. Mi primera campaña en 2013 tuvo que ver con ese mismo eje, porque en ese entonces el socialismo hablaba de estigmatización sobre la ciudad pero se veía venir esto, en ese momento la sufríamos y cada vez era peor.  Con las herramientas del Concejo, más allá de estar a disposición en los barrios, creo que es positivo hablar de autonomía, está bueno repensar qué tipo de seguridad queremos para nuestra ciudad y ahí sí debatir sobre las formas. La policía local puede ser. En eso tenemos el ejemplo de Horacio Rodríguez Larreta que conformó la Policía Metropolitana.

En Rosario son muchos años de promesa, sigue la inseguridad, es un día a día. La manera decorosa del intendente de manejarse con el gobierno provincial y nacional no es tenida en cuenta por el kirchnerismo. Siento que al gobernador y al presidente no les interesamos en materia de inseguridad.

Estoy de acuerdo en discutir la autonomía, lamento que llegue en esta situación. Esto es a largo plazo, el tema es qué hacemos hoy, nos están matando hoy, hay que involucrarse. Hay mucha responsabilidad en el kirchnerismo en que no estamos en el radar del gobierno nacional.

—¿Qué similitudes y diferencias encuentran en Juntos Por el Cambio entre esta elección de medio término y la de 2017?

—Para nosotros es una oportunidad histórica. El esquema de trabajo de Juntos por el Cambio es pensar el presente, pero también estamos pensando en conformar un gran equipo y generar mucho músculo para el 2023, nos toque estar donde nos toque estar.

El 2017 fue un respaldo muy grande a Mauricio Macri, que después por errores propios no pudimos o no supimos estar a la altura de la circunstancias para seguir gobernando y quizás ese voto castigo, de los que votaron a Mauricio, fue a parar al kirchnerismo.

En estas elecciones recibimos un voto esperanzador. Pero más allá de ese voto esperanzador hubo un basta enorme al destrato del kirchnerismo a nivel nacional y provincial. Acá estamos pasando por situaciones complejas en materia de seguridad. En su momento sentimos un poco de aire con la presencia de efectivos de seguridad en focos de narcomenudeo cuando era ministra Patricia Bullrich.

Pero ahora sé que los argentinos no somos idiotas, tenemos que dejar de lado las avivadas. Lo que tiene que empezar a pasar es decir basta, necesitamos un país distinto, gobernado de otra manera, con una economía que nos haga sentir mejor y que nos dé oportunidades. A mayor equidad, menor violencia, a mayor equidad, más oportunidades.

—Así como se pensó la revitalización del centro, ¿se puede llevar un esquema a escala en los barrios?

—En el Concejo hay un sesgo bastante ideológico por el acuerdo que tuvo el intendente en su momento con La Cámpora, con Ciudad Futura, con parte de Cambiemos y el Frente Progresista, donde todo lo que tenía que ver con avances y obras quedaba en discusión. Entendemos que la mejor manera en la que puede funcionar el crecimiento de la ciudad es con trabajo genuino. Tiene que aportar el privado y el Estado acompañar. Todo lo que es desarrollo y avance no ha tenido la discusión necesaria, sobre todo con la urgencia de trabajo que tenemos en la ciudad.

En este último tiempo el intendente vino a hablar con parte de Juntos Por el Cambio y fuerzas políticas que acompañamos la revitalización del centro. Siempre nos vienen a buscar cuando necesitan nuestros votos para cuestiones que tienen que ver con el desarrollo y con la inversión privada. En ese sentido decimos que estamos para lo que la ciudad necesita y no quedar entrampados en una situación ideológica.

En las recorridas por la ciudad hay distintos paisajes. Las necesidades de servicios que hay son enormes. Pero no es por echarle la culpa al intendente, yo diría que tiene que ver con el estado de abandono en los últimos veinte años. Rosario hace muchos años que no crece en servicio y obras, y tiene que ver también con una mala administración del presupuesto municipal. Siempre estamos dependiendo del dinero que manda Nación para hacer las obras. No se trabaja en el corazón de los barrios, hay muchos asentamientos que los conocemos quienes transitamos la ciudad, pero por parte del Ejecutivo no hubo un trabajo profundo.

—¿Hay presupuesto suficiente para atender esos problemas de infraestructura?

—Es una decisión política; cuando (Horacio) Usandizaga asumió como intendente tenía 4.500 empleados. Hoy por hoy, entre planta permanente y contratados sumarían aproximadamente 15 mil empleados. Tenemos servicios terciarizados como el de la basura, que no funciona, donde se gasta un millón de pesos por día, que serían aproximadamente 30 millones de pesos al mes.

Hay un presupuesto que está abocado en un 91% a gastos corrientes, no hay hogar que resista gastar más de lo que recibe. Hay que tomar la decisión política de saber a dónde queremos llegar como ciudad. Más allá de una cuestión presupuestaria, hay que pensar en cómo vamos a hacer para achicar el Estado y que sea más eficiente.

—¿Qué aporte puede hacer el Concejo para mejorar los índices de desempleo?

—Hay que dar laburo, discutir más rápido los proyectos que tienen que ver con el desarrollo, con la inversión. Este es el único país del mundo donde un empresario se pone contento cuando cierra un negocio para sacarse de encima la presión impositiva, de los sindicatos y del Estado, que es una máquina de impedir.

En Rosario tenemos que achicar la brecha burocrática para poder abrir y emprender. Dieciséis trámites tenés que hacer y después terminás pagando más de cien impuestos entre lo municipal, provincial y nacional. El Estado tiene que ser un facilitador, no puede ser que siempre le esté sacando al que produce.

—Y en relación con el transporte, ¿cómo debería actuar ese mismo Estado para solucionar los problemas que tiene el servicio actualmente?

—Este tema es como el dilema del huevo y la gallina. Lo que hay que decidir es el tema de los subsidios. Rosario siempre ha sido discriminada, salvo durante la gestión de Guillermo Dietrich, donde hubo otra cercanía y manera de disponer de los subsidios. Pero el tema del transporte termina siendo un gran problema para quienes consumimos el colectivo.

La unificación de líneas generó más demoras y más inseguridad porque eso provocó que tengas que estar más tiempo en la parada y eso va haciendo que la gente se baje del colectivo. Hace falta un plan integral.

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