El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, sostuvo que el ex ministro de Economía, Martín Lousteau, le planteó a la Presidenta con la resolución 125 de retenciones a las exportaciones del agro, en 2008, “un panorama que no tenía nada que ver con la realidad del momento”, decisión económica que fue tomada por la “impericia y falta de seriedad” del entonces funcionario.
“Se toman muchas decisiones todos los días y nunca tienen complicaciones y ésta (la 125) las tuvo por la impericia, falta de seriedad, profesionalismo y de preocupación con respecto a los vulnerables que ha manifestado graciosamente el ministro Lousteau en su momento”, subrayó el jefe de ministros.
Lo expresó al ser consultado al ingresar a la Casa de Gobierno por la expresión de la jefa de Estado, Cristina Fernández de Kirchner, que desde La Pampa señaló ayer a quienes querían “dar lecciones al oficialismo” indicando que la resolución 125 le costó “sangre, sudor y lágrimas”.
El jefe de Gabinete confió que el entonces titular del palacio de Hacienda “le planteó un panorama a la Presidenta que no tenía absolutamente nada que ver y hoy se quiere sacar el lazo con la pata diciendo cualquier cosa, menos la responsabilidad que tiene un ministro de explicar la situación que rodea una decisión política de semejante envergadura dando tranquilidad a la Presidenta en ese punto”.
Añadió que “había una fortísima improvisación con la decisión tomada por Lousteau y no consultó a las entidades del campo ya que siempre fue materia de análisis en las decisiones de las políticas agropecuarias y él, en aquel momento, había manifestado a la Presidenta que éste tema no tendría complicaciones; estaba chequeado”.
“El interés sólo estaba manifestado sobre el trigo y el maíz, no había complicaciones de esta características que hablara específicamente de la rentabilidad adicional de la soja y se aplicaba con un costo fiscal determinado sin ningún tipo de complicaciones”, precisó.
Fernández destacó que “no solamente no habló con las entidades agrarias, ni comprendió la realidad del momento, porque los chacareros chicos, que en definitiva son los destinatarios primarios, ya habían vendido la cosecha a los valijeros. El minifundista que trabaja con campos chicos se endeuda para poder sembrar y espera el momento para poder vender”.
La resolución 125 originó un extenso conflicto que se extendió por 129 días por parte de organizaciones del sector empresario del campo, con bloqueo de rutas, que perjudicó el abastecimiento de distintas ciudades.
Comentarios