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diversidad sexual

Angie sueña su boda en el cuartel de bomberos y con un vestido blanco

En diciembre pasado la bombera Angie Beatriz Álvarez adoptó sus genitales al género que siempre la definió.


La bombera Angie Beatriz Álvarez pasó por varias transformaciones. La última fue en diciembre del año pasado: adoptó sus genitales al género que siempre la definió. A fines del año próximo quiere cumplir otro sueño: “Estoy averiguando la posibilidad de casarme por iglesia y salir del brazo del hombre que amo. En Santiago del Estero una mujer trans y su pareja pudieron hacerlo. ¿Por qué nosotros no?”, se preguntó Angie.

Aunque todavía no sabe la fecha exacta de la ceremonia, la fiebre de buscar el vestido blanco y una confección perfecta. Para dar el “sí, quiero” Angie elegirá entre dos tipos de vestidos: el de corte princesa o el de la línea A. El primero es uno de los preferidos por las mujeres y se caracteriza por ser ajustado en la cintura y tener un escote tipo corazón. Uno de los estilos más románticos. El segundo es uno de los cortes más populares y favorece a todo tipo de cuerpo.

“Me la paso mirando vestidos de novia. El día de mi casamiento me gustaría llevar el pelo recogido, la bijouterie con strass y hasta una coronita. Quiero estar como una quinceañera”, contó Angie, con su gran sonrisa que la caracteriza. La fiesta de casamiento la planean hacer en el cuartel de Bomberos y los invitados serán más de 50, entre familiares y amigos de la pareja. Angie asegura que no faltará ni el cartel de “recién casados” en el auto nupcial.

Su futuro marido es Luciano, tiene 40 años y es de Villaguay, Entre Ríos. Se cono-cieron hace poco más de tres años a través de la red social Badoo. Al poco tiempo se fueron a vivir juntos en una de las 400 casas que el gobierno provincial destinó al personal de las Fuerzas de Seguridad en el Parque Habitacional Ibarlucea, al noroeste de la ciudad.

El antes y el después

En 2012 con la ley de Identidad de Género tuvo el DNI con nombre femenino. Se hizo la feminización del rostro, la hormonización y después los implantes mamarios. Y en di-ciembre del año pasado se hizo la cirugía de reasignación genital en el Sanatorio de la Mujer.

“Siempre quise ser mujer y hace unos años venía pensando en cambiar de sexo. Después de varios meses de recorrer los pasillos de la obra social, Iapos, me cubrieron la operación”, explicó.

“Luciano siempre buscó mi parte femenina. Cuando le dije que me iba operar estuvo de acuerdo desde un principio”, dijo.

Durante la internación la cuidó Susana, la hermana menor. Y el primer mes del postoperatorio estuvo cuidándola María Luisa la suegra. “Estuve un mes con una sondaje vesical. Afortunadamente no tuve dolores, sí alguna molestia pero nada que no se pueda tolerar. Ahora estoy liberada y vivo en calzas”.

El apoyo de su familia

Angie es hija de Manuela y de Luis, que ya no están físicamente. Tiene dos hermanas, Lidia –la mayor– y Susana –la menor y compinche– que no la dejan ni a sol ni a sombra.

A los 16 años, los padres se enteraron de su condición sexual y a raíz de eso “comenzó a destaparse”, relató. Angie recuerda la transformación como normal, paulatina: un proceso que le llevó años y su familia siempre apoyó.

Currículum Vitae

Angie nació el 3 de septiembre de 1971. Sus comienzos laborales fueron a los 21 años, en la cocina del Pami I, haciendo postres. En 1998 perdió el trabajo y un compañero le preguntó qué iban a hacer. Angie le contestó que enfermeros y policías iban a necesitar siempre. Y así fue que se anotaron en la policía: su compañero quedó en la 16ª y Angie entró a Bomberos Zapadores.

En ese mismo año comenzó a trabajar a la Unidad Regional II y allí sus compañeros la bautizaron Angie Dickinson, por la mujer policía. Entró como varón y afirma que es la primera persona que cambió su sexo estando dentro de la fuerza en todo el mundo. No se sintió discriminada, pero tuvo que pelear para que dentro de la fuerza la llamen Angie. En poco tiempo comenzará un curso para ascender al cargo de subinspector. Y el año próximo se inscribirá en la carrera de Enfermería para ascender a comisario. Nadie la para.

El día a día

Angie trabaja turnos de 24 horas continuas de servicio y luego tiene 48 de descanso. Los horarios son rotativos. Luciano trabaja como personal de seguridad en una empresa privada.

“Los días que estoy de guardia, Luciano viene a visitarme y mis compañeros le piden que les haga un asado. Y nos da el gusto”, contó.

Angie y Luciano son una pareja familiera. Los fines de semana que tienen libres los visitan o se juntan con amigos. En el verano salen a pescar o pasan el día en algún cam-ping. También compartieron cursos de Defensa Extrema Urbana, Buzo Táctico y Tiro Táctico con Pistola. “Somos muy compañeros y compinches”, afirmó Angie. Luciano ya terminó el curso de instalador de aire acondicionado y está haciendo otro de mecánica automotriz.

“De a poco se está comprando todas las herramientas. Mi sobrino Gonzalo y un amigo están construyendo un cuarto que estará destinado para guardar todos los materiales”, relató.

No tienen planes de tener hijos. Lo que sí quieren es tener la posibilidad de casarse por iglesia y guardar en sus retinas ese momento anhelado.

Ley de Identidad de Género

Con la ley de Identidad de Género la comunidad trans ganó otra batalla en busca de la igualdad, que reglamenta las cirugías para el cambio de sexo y los tratamientos hormonales “para adecuar el cuerpo”.

La ley establece en su artículo 11 que pueden acceder a las intervenciones quirúrgicas totales y parciales y/o tratamientos integrales hormonales, todas las personas mayores de edad sin requerir autorización judicial o administrativa. Es decir, que serán incluidas en el Programa Médico Obligatorio (PMO).

¿Qué habilita?

Se trata de cirugías “que ayuden a adecuar el cuerpo a la identidad de género autopercibida”. Es decir, la mastoplastía de aumento, astectomía, gluteoplastía de aumento, orquiectomía, penectomía, vaginoplastía, clitoroplastía, vulvoplastía, anexohisterectomía, vaginectomía, metoidioplastía, escrotoplastía y faloplastía con prótesis peneana.

Los tratamientos hormonales también forman parte del decreto ya que forman parte del cambio.

La ley de Identidad de Género fue sancionada el 9 de mayo de 2012 y promulgada 13 días después y establece que “toda persona tiene derecho al reconocimiento de su identidad de género; al libre desarrollo de su persona conforme a su identidad de género; a ser tratada de acuerdo con su identidad de género”, entre otros puntos.

Una operación que se realiza en Rosario

Aníbal Obaid es cirujano y trabaja en cirugía plástica estética y de reparación, y también cirugías trans y genitoplastias. Es, hasta ahora, el único cirujano plástico que las realiza en Rosario y la región. Desde hace dos años, Obaid realiza este tipo de cirugías en el hospital Eva Perón de Granadero Baigorria y en el Sanatorio de la Mujer, en Rosario. Este año viajó nuevamente a Chile y se capacitó para la técnica inversa: cambiar de sexo de mujer a hombre.

“Hay cerca de 10 personas que están en lista de espera para cambiar de sexo de mujer a hombre. Todavía no operamos a ningún paciente por una cuestión de logística hospitalaria, es decir, que hay una alta demanda por la época invernal y no tenemos disponibilidad de camas”, explicó el médico.

El profesional se formó con el reconocido médico Guillermo Mc Millan, de Valparaíso, Chile, referente y maestro de todos los que realizan este tipo de operaciones, que son complejas por las funciones que se deben readaptar.

Genitoplastía masculinizante

Es el procedimiento quirúrgico por el cual se le da aspecto masculino a los genitales femeninos y existen dos técnicas para realizar este cambio:

La Metaidoplastía

Es la elongación quirúrgica del clítoris hipertrofiado por el tratamiento hormonal. Eso significa que se llega a un mini pene de 4 centímetros a 8 de largo pero conserva toda la sensibilidad del clítoris, lo que permite conservar el estímulo sexual previo pero no tiene el tamaño suficiente para dar placer por medio de la penetración vaginal.

Está cirugía se realiza en dos tiempo quirúrgicos, en el primero se elonga el clítoris, se cierra la vagina, se crea el escroto con los labios mayores y se modifica la uretra en la salida colocando una sonda vesical. En el segundo, se realiza la elongación de la uretra (conducto urinario) hasta la punta del nuevo pene para que el paciente pueda orinar parado. Para poder mantener relaciones sexuales se necesita una prótesis peneana externa.

La Faloplastía

Es la creación de un pene con colgajos tubulares de piel inguinal donde luego de tres tiempos quirúrgicos se coloca una prótesis peneana neumática con reservorio (prótesis inflable). Este neo pene tiene tamaño suficiente para dar placer a través de la penetración vaginal pero no tiene sensibilidad sexual para el paciente.

El inconveniente de este procedimiento (aparte de todos los quirúrgicos) es que es excesivamente costoso y no cualquiera puede pagarlo.