Conciertos

Homenaje a Los Abuelos de la Nada

Andrés reunió al grupo de Miguel


El regreso a los escenarios porteños de Andrés Calamaro estuvo marcado por un reencuentro musical largamente esperado con su público y se dio en la primera jornada del Personal Fest, el sábado último, que se realizó en la sede San Martín del Club Geba.
El “Salmón” reunió a sus ex compañeros de Los Abuelos de la Nada “Cachorro” López, Daniel Melingo y Gustavo Bazterrica para rendirle homenaje al carismático Miguel Abuelo, fallecido en 1988. “Va por vos, Miguel”, susurró Calamaro después de tocar “No te enamores nunca de aquel marinero bengalí” y antes de hacer “Costumbres Argentinas”, que enganchó con un fragmento de “Oye como va”, del mexicano Carlos Santana, encima del riff de guitarra de “My Sweet Lord” de George Harrison.
En otro guiño a sus influencias, Calamaro abrió el show con la rockera “Alta Suciedad” empalmándola en el final con “Starway to Heaven” de Led Zeppelin. Esa constante también estuvo en el guiño a la memoria de Lou Reed con “Walk on The Wild Side” vibrando dentro de “Carnaval de Brasil” y a Gustavo Cerati, cuando interpretó un pedacito de “De Música Ligera”. Calamaro no defrauda nunca, porque su voz sigue intacta y siempre al servicio de ese cancionero que perpetuó en la memoria colectiva nacional.
A lo largo del concierto, hubo superclásicos de todas sus vidas musicales: desde Los Rodríguez (“7 segundos”, “A Los Ojos”, “Sin Documentos”) hasta canciones del último tiempo como “Cuando no estás” de su álbum Bohemio. Sólo palabras mayores para hablar de los músicos que lo acompañan: Baltasar Comotto, ex colaborador de Luis Alberto Spinetta y actualmente también en las filas del Indio Solari, en guitarras; Sergio Verdinelli, otro ex músico del “Flaco”, en batería; Julián Kanevsky en guitarra, Mariano Domínguez en bajo y Germán Wiedemer monopolizando los teclados, porque el frontman se dedicó casi exclusivamente a manipular la guitarra eléctrica. Sonaron también, entre otras, “Loco”, “Algún lugar encontraré”, “Flaca”, “Los Amigos”, “Tuyo Siempre”, “Estadio Azteca” y un final de show a cargo del siempre rotundo y sensible “Paloma”.
Este show tuvo la particularidad de ofrecer a Calamaro rockero y rodeado por su banda, mientras que el 30 de octubre actuará en Rosario, y el 10 y 11 de diciembre se presentará en el Gran Rex, en la versión intimista con la que viene girando por España y América: sólo con Wiedemer en piano y él en guitarra.

“El mejor cantante”

Con la sincronicidad que caracterizó la alternancia de shows entre los dos escenarios principales, un rato antes el británico Richard Ashcroft cerraba su presentación con los sentimientos cruzados: agradecido con el público argentino, especialmente con aquel que se encontraba desde el campo “no VIP”, al único al que se dirigió para hablar, y todavía enfurecido por el sonido que salía del retorno del escenario. Desafiante y señalando las cajas del escenario, espetó a los sonidistas por el sonido que recibía desde esos equipos y fue tajante. “Soy uno de los mejores cantantes del mundo”, dijo en tono amenazante y todavía apurando al sonidista.
Y aunque el inglés, ex líder de The Verve, se haya quedado con ese sabor amargo, desde abajo el público recibió un show implacable, con temas que debieron esperar más de veinte años para ser escuchados en vivo por el público argentino, como “Lucky Man”, “The Drugs Don’t Work”, “Sonnet”, “Space and Time” y “Bittersweet Symphony”, todos clásicos del grupo que supo destacarse dentro del estallido del britpop de los 90, con Oasis y Blur liderando la ola, pero también con Ashcroft y los suyos haciéndose respetar en los charts y ventas.

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