Por: Paulo Menotti
El pasado sábado 25 de noviembre, la música y compositora rosarina Andrea Marsili fue reconocida con el premio “Top 25 outstanding women listener in the world 2023” (Las 25 mujeres que más escuchan en el mundo en 2023), la distinción que entrega el Global Listening Center que anualmente brinda este reconocimiento a mujeres destacadas en todo el mundo. El reconocimiento fue hecho en las Islas Caimán a 25 mujeres elegidas por su aporte a “la escucha” del género femenino y, junto a la música rosarina también fue premiada Estela de Carloto por nuestro país.
La organización Global Listening Center bajo el lema “la escucha transforma la vida”, impulsa el principio de escuchar y ser escuchado como herramienta para mejorar las relaciones entre las personas, las organizaciones y el individuo con el universo. Por esto, el premio es un reconocimiento a la trayectoria y su aporte al diálogo y entendimiento entre los pueblos.
Este año fueron dos las premiadas por nuestro país. Estela de Carloto mereció su reconocimiento por su “trayectoria Humanística”, en referencia a su eterna defensa de los Derechos Humanos. La otra Argentina que recibió el galardón es la rosarina residente en Paris, Andrea María Marsili por sus trabajos en musicología, composición, orquestación y pedagogía. Marsili es doctora en musicología de la Sorbona V de Paris, cuenta con maestrías en Montbeliard y Hartford, es profesora por la Escuela Provincial de Música de Rosario se desempeña como docente en el conservatorio de Música de Argentueil.
Desde hace veinte años, dirige la orquesta de tango “Fleurs Noires”. A través de su trabajo, de sus composiciones e interpretaciones, la música rosarino supo dar cuenta de las problemáticas de género, además de ocuparse de otras cuestiones políticas y sociales.
Al recibir el premio, Marsili expresó: “Mi tarea como intérprete y compositora está relacionada a la escucha del mundo reflejada en mis creaciones”. “El trabajo de una compositora es ante todo escuchar, escuchamos las emociones que nos rodean a diario, escuchamos los sonidos y el silencio, escuchamos lo que nuestros sentidos nos dicen que creemos, escuchamos sonidos que no existen y nos sentimos obligados a crear, escuchamos, escuchamos, escuchamos, escuchamos y luego creamos.
En este acto de creación reside nuestra observación, nuestro impulso de comprensión. Y ahí también reside una invitación. Una invitación a escuchar el grito de dolor en armonías y la alegría en ritmos pulsantes. La música no se puede retener, no se puede conservar, por eso la música es una experiencia que te mantiene en el momento, en el presente y te invita a escuchar”, concluyó la música rosarina.
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