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Investigadora del Conicet

Ana Falú analiza la pandemia del coronavirus y la piensa en clave feminista, de hábitat y territorio

La pandemia "es democrática" porque está en todos lados, pero llega de "manera desigual" mostrando "la brutalidad de la crisis habitacional, de las condiciones de hábitat de mayorías, el hacinamiento y las densidades en las pobrezas", son algunas de las definiciones de la especialista


La pandemia “es democrática” porque está en todos lados, pero llega de “manera desigual” mostrando “la brutalidad de la crisis habitacional, de las condiciones de hábitat de mayorías, el hacinamiento y las densidades en las pobrezas”, son algunas de las definiciones de Ana Falú, que invitó a pensar el coronavirus en clave feminista.

Falú tiene un extenso currículum que incluye ser investigadora del Conicet, profesora emérita de la Universidad Nacional de Córdoba y haber sido directora regional de ONU Mujeres,

Es una de las referentes pioneras del feminismo en el país, es arquitecta y fue una adelantada en incorporar el enfoque de género en el urbanismo.

Está haciendo la cuarentena en Córdoba y acepta la propuesta de Télam de analizar la pandemia en clave feminista, de hábitat y territorialidad.

“Te doy un pantallazo”, dijo al teléfono, y desarrolló una serie de definiciones que invitan al análisis.

La primera: “La pandemia es democrática. Llega a todos lados por igual. Genera temor, incertidumbre a nivel global, pero no somos toda la ciudadanía igual frente a la pandemia”.

Porque la Covid-19 “pone en evidencia la tremenda desigualdad en los territorios de la que venimos hablando hace mucho tiempo, Desnuda desigualdades obscenas. Viene a expresar de manera muy brutal lo que ya estaba en el territorio y las ciudades desde siempre”, analizó.

Y reconoció “el tremendo esfuerzo para poder dar respuestas que está haciendo en este momento el gobierno nacional y los provinciales y las ciudades donde se está presentando con mayor fuerza”.

Habló de “las injusticias territoriales, desde el territorio cuerpo, al de la casa, el del barrio, el de la ciudad; estas distintas escalas donde se expresan los problemas, que no son iguales para los hombres que para los mujeres ni para los cuerpos disidentes y la diversidad”.

En estas categorías territoriales resaltó además que “las mujeres estamos atravesadas por diversidades económicas, de clase, de diferencias de pieles, de territorios donde vivimos, de capacidad de acceso a distintos servicios…porque hay una desigualdad”,

Otra definición de Falú es que la pandemia “ha evidenciado la brutalidad de la crisis habitacional, de las condiciones de hábitat de mayorías, del hacinamiento y las densidades en las pobrezas”.

“Cuando la Covid-19 atravesó los muros, tangibles e intangibles de la pobreza, y de la riqueza hacia la pobreza -como es el caso de la Villa 31- el contagio se reproduce a velocidad en un país que ha logrado aplanar la curva con un bajísimo número de infectados y de muertes, en promedio, comparado a la mayoría de los países de la región y a muchos del mundo”, explicó.

En este contexto “el bien más escaso de las mujeres es el tiempo. Son las responsables del cuidado en el hogar y las que atienden en la comunidad”.

“Las mujeres son cuidadoras en el sistema de salud, atienden los supermercados, están en las farmacias, son las que están en la primera línea. Pero también en el barrio, en la comunidad; son las gestoras de las actividades colectivas. Atienden los comedores”, detalló.

Y aclaró que “no quiere decir que no haya varones, pero la mayoría son mujeres, porque es una tarea que reproduce las tareas de la división sexual del trabajo que se dan dentro de los hogares hacia la sociedad”

Por eso “pensar en un modelo de gestión territorial tiene que incorporar esta consideración de las mujeres cuidadoras, tiene que incluir esto de alguna manera y promover la corresponsabilidad. Poner en valor el trabajo de las cuidadoras. El cuidado es un derecho, un bien social”.

Ante la situación de mujeres en situación de violencia conviviendo con sus maltratadores en el aislamiento obligatorio, Falú resaltó que “también son maltratadores de la infancia y de los mayores”.

“Acuñé esta consigna: En la ciudad silenciada, silenciosa, donde tenemos mas nitidez de los sonidos, tenemos que promover en cada edificio, barrio, comunidad, la escucha solidaria, para actuar ante las violencias”, compartió.

Ésto, porque consideró que “hay escalas de responsabilidades: las familias, la comunidad, el Estado que tiene que hacer seguimiento luego de la denuncia, que sola no basta si no hay soporte estatal”.

En ese sentido calificó como “muy importante” que hoy Argentina tenga un Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad que “hay que ponerlo en valor porque nos ayuda a recuperar la politicidad de los temas de género”.

Y agregó: “Tenemos un jefe de Estado que está administrando con un valor de cuidado muy alto, en donde está poniendo cuidados sobre la población”.

Falú invitó a “pensar en la post pandemia. Hemos estado en consulta con la ministra de las Mujeres -Elizabeth Gómez Alcorta- que ha reaccionado generando consultas a nivel federal”.

“Frente a la pandemia pareciera que poner el peso y los recursos en un Ministerio de las Mujeres no es lo más decisivo. Y creo que sí. En este momento necesitamos interpelar las políticas de la emergencia en clave feminista, que significa reconocer todas las omisiones de las mujeres en la desigualdad, cuidando, en las violencias”.

Y su propuesta fue “pensar la post pandemia desde lugares feministas, del análisis feminista, de la política pensada en clave feminista”.

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