Ciudad

Alta en el Cielo: la mujer que acercó el primer retazo de tela

Por Santiago Baraldi.- María Angélica Bucomino fue la primera que, hace diez años, respondió al llamado de Julio Vacaflor.


“Él no se dio cuenta pero Vaca refundó la bandera y lo hizo por una ilusión: igual que Belgrano. Creo que no hay dimensión de lo que Alta en el Cielo ha provocado en todo el país”, aseguró María Angélica Bucomino, quien ostenta una particularidad: hace diez años fue la primera persona en acercar retazos de tela celeste y blanca para responder al llamado que había lanzado el periodista Julio Vacaflor y Alta en el Cielo era recién una expresión de deseo.

“Estaba en mi casa con la radio prendida, la verdad que no sabía quién era Vacaflor, pero lo escuché hablar de la bandera de manera sincera y apasionada. Había terminado con un pequeño taller de costura y me habían quedado tafetas celeste y blanca. Pensé que lo que quedaba de mi fracaso podía servir para comenzar algo nuevo”, re-cuerda Chispita, como la llaman familiares y amigos.

Aquel 19 de junio de 2002, Vacaflor, su esposa y un pequeño grupo estaban en el propileo del Monumento, con una máquina de coser esperando que llegaran las telas. Hacía mucho frío, lloviznaba y nadie parecía haber es-cuchado a Vacaflor. El país había estallado en mil pedazos después de la década menemista; las medidas de Domingo Cavallo en tiempos de la Alianza, el efecto Tequila, el Megacanje y el Corralito habían hecho estragos en los bolsillos argentinos. Las cifras de la desocupación eran escalofriantes y Vacaflor convocó a un sueño: aferrarnos como náufragos a la bandera.

“Fui educada de una manera conservadora y al principio pensé que podía ser una falta de respeto; después pensé en adherir porque había que compartir la bandera con más sentimiento”, explicó Bucomino, quien aportó el primer retazo de tela para la bandera más larga del mundo. “Tenía un pequeño taller de costura, que había quedado de un negocio de familia que tenía más de 70 años. Lo había comenzado mi padre, hacíamos camisas a medida y en el año 95 tuvimos que cerrar; tuve que cerrar la cuenta del banco que teníamos hacía 73 años y el banco tenía 75. Mi padre me decía: ‘Vos no tenés un enfermo en terapia intensiva, estás tratando de revivir un muerto’. Las medidas económicas nos pasaron por arriba. Por eso pensé que esas telas debían tener un destino que tuvieran valor afectivo”, relató.

Hoy, con 77 años, Chispita tiene esperanzas de ser una de las manos que mañana, en el acto por el 20 de Junio, se aferre a la bandera más larga del mundo que desfila por las calles de la ciudad: “La última vez que fui a un desfile en el Monumento fue cuando vino don Arturo Illia, y después nunca más. Tengo problemas de asma y el frío me juega siempre una mala pasada; pero esta vez, que se cierra un ciclo, quiero estar para recorrer unas cuadras junto a los rosarinos y la bandera”.

La última puntada

Esta tarde, a las 17, Vacaflor anunció que se hará la última puntada a la bandera de Alta en el Cielo. Chispita Bucomino quiere estar ahí.

“Cuando este proyecto cumplió cinco años se hizo un documental y ahí me enteré de que fui la primera que llevó telas. Aquel 19 de junio, cuando llevé la tela, la dejé y me hicieron firmar un libro; sin saber, Vacaflor filmó ese momento, después me buscaron por la guía telefónica, ubicaron a mi hermana primero y ella los contactó conmigo, me grabaron el testimonio, es decir que cinco años después nos conocimos y hace poco me invitaron a la película que hicieron y se presentó en el cine El Cairo”, cuenta la mujer.

A la hora de evaluar la actual situación económica, Bucomino, quien trabaja en una casa que vende objetos antiguos, apuntó que “la hemos pasado mal y la seguimos pasando muy mal, no hay respeto, los jóvenes tienen hoy como ministro de Educación a Tinelli. Me preocupan los chicos que no tienen futuro, es un país desvirtuado, sin valores, con una cultura degradada y lo que hizo Vacaflor fue rescatar y movilizarnos detrás del símbolo máximo que tenemos: la bandera”.

Comentarios

10