Se esperaba un gran partido y así se dio. Por un lado, estaban los hombres de negro decididos a quedarse con la victoria para alcanzar un nuevo título del torneo que desde 2012 tendrá a Los Pumas como participantes. Por el otro, los quince de verde que no querían ver consagrasen a sus rivales en su campo.
Y todo lo que en la previa se intuía, se terminó dando. En un final increíble, Nueva Zelanda le dio vuelta el partido a Sudáfrica y festejó a lo grande su décimo título del Tres Naciones. Fue 29-22, gracias a los tries de Richie McCaw y de Dagg, cuando restaban minutos para el desenlace.
Desde el arranque no se dieron respiro. Los dos salieron a jugarse por entero y dejar todo en cada acción. El ritmo fue frenético y ninguno de los dos aflojó durante toda la primera etapa que terminó a favor de los Springboks por 16-14.
En el complemento, el ritmo ya fue otro. Las defensas empezaron a ganarle a los ataques y cada movimiento se hacía con mayor pausa y menos intensidad.
Igual eso no impidió que el partido siguiera siendo de gran calidad. A poco del final, McCaw quedó a tiro del try, y no se equivocó. El 22-22, le daba a Nueva Zelanda el campeonato.
Pero los All Blacks fueron por más y a nada del final, Israel Dagg liquidó el plaito poniendo el marcador final en 29-22.
Falta un año para el Mundial que se disputará en su tierra. Mucho puede pasar aún. Pero sin dudas, esta es una gran forma de ir tomando confianza para poder saldar la eterna deuda que el mejor equipo del mundo tiene consigo mismo de no poder consagrarse en el torneo más importante desde 1987.
