Recién si el conflicto petrolero en el sur se extiende por más de 30 días, los problemas de abastecimiento de combustibles empezarán a notarse realmente. Ésta fue la opinión coincidente en las petroleras que producen gasoil y naftas anoche, después del alivio que les representó la falta de problemas para el suministro durante el fin de semana largo y los viajes turísticos.
Según las compañías, el faltante de petróleo en el mercado, a 24 días del paro en Santa Cruz Norte, compromete al equivalente al 20% de la producción nacional, pero éste estuvo hasta ahora compensado por el crudo almacenado en las refinerías y por algunas compras de producto que se iba a exportar y fue adquirido finalmente por algunas de las plantas locales.
Los voceros empresarios, tal vez en un intento por tranquilizar y no motivar la compra compulsiva de los usuarios para cubrirse, insistieron en que la actual no es la misma situación de diciembre, cuando hubo algunos quiebres de stocks en estaciones de servicio. Afirmaron que a fin de año, la medida de fuerza también afectaba a los yacimientos de Chubut Sur y que entonces no salía ni una gota de petróleo de la terminal Termap que comparten esa provincia y Santa Cruz.
La otra gran diferencia residiría en el precio de los combustibles estuvo congelado hasta el 21 de diciembre, aunque YPF había subido los valores al público unos siete días antes. Por esa razón, las refinerías estaban más reticentes que ahora a comprar crudo de proveedores distintos de los habituales (por lo general es más caro y menos rendidor).
De este modo, si a las tres semanas, estando en huelga también Chubut Sur empiezan a notarse dificultades en el mercado minorista, con el conflicto acotado en el norte de Santa Cruz, los problemas empezarían en 30 días. En ese sentido, esta semana es crucial, porque si no se soluciona el paro, las empresas que refinan y comercializan combustibles tendrían que empezar a planificar compras de crudo o de naftas o gasoil, o bien poner el freno a las actividad en las plantas refinadoras.
En la práctica, a ninguna compañía le interesa comprar en el exterior, porque la operación da pérdida, aun cuando la adquisición de gasoil importado no pague el Impuesto a la Transferencia de Combustibles (ITC). Además, para que esa eximición corra, la refinería que pide la exención tiene que haber cumplido con la producción de gasoil que exige la reglamentación actual: igual a la del año pasado más un porcentaje relacionado con la evolución del PBI. Igualmente, cada compañía tiene un programa de importación de gasoil sin ITC para el año para cubrir la demanda del campo, al margen del conflicto laboral en Santa Cruz.
En esta semana, las refinadoras deben decidir entonces la estrategia a seguir por si no se resuelve el paro, aunque hay expectativas de que fructifique una mediación con los delegados de base de los yacimientos. La situación sería distinta para Petrobras. Según trascendidos confiables, la filial brasileña ya tiene constituido el stock de crudo en la refinería de San Lorenzo para transferir esa planta a la empresa Oil de Cristóbal López durante la próxima semana. La única refinería que le queda a Petrobras, entonces, es la de Bahía Blanca, que se abastece con petróleo propio de la brasileña, extraído en Santa Cruz Sur, donde se opera normalmente.
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