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Alianza de centroizquierda espera decisión de Binner

Solanas y Juez motorizan la candidatura presidencial del gobernador. Cambio de escenario en la UCR.

Por: Daniel Zecca

Ocupado por ahora en el desafío interno que le entabló el senador Rubén Giustiniani, donde no para de apretar el inflador para darle aire a la imagen de su heredero político, Antonio Bonfatti, el gobernador Hermes Binner mira de reojo, cada vez con más insistencia, la posibilidad de transformarse en candidato presidencial en las próximas elecciones de octubre.

Las declaraciones del líder de Proyecto Sur Fernando “Pino” Solanas, en las que reconoce que estaría dispuesto a renunciar a su candidatura presidencial, y las de Ernesto Sanz y Julio Cobos, en las que apuestan a un fracaso de la alianza UCR-PS y prefieren de socios al PJ Federal y al PRO, son dos pistas que emergen sugerentes en un escenario electoral donde la oposición terminó de reconocer la existencia de un panorama adverso, en especial luego de los comicios de Catamarca y Chubut.

Catamarca, el quiebre

La transformación profunda que se produjo en el escenario nacional con la caída del radicalismo en Catamarca, acelerada por el bochorno electoral de Chubut y las convocatorias de unidad en la oposición, empezaron a presionar sobre la decisión del gobernador, aunque Binner ya había puesto el freno de mano cuando ató su probable candidatura presidencial a una victoria de su delfín en la interna del Frente Progresista, algo que recién podrá definirse el 22 de mayo a la noche.

Las caras largas de los candidatos radicales y la frase de Binner, cuando todavía no habían pasado 24 horas del triunfo de Lucía Corpacci, dando a entender que sentía muchas ganas de ser candidato a presidente, fueron las dos primeras expresiones de un cambio de escenario que todavía pugna por manifestarse con claridad.

La elección de Catamarca fue algo más que una simple compulsa provincial. Fue el punto de partida de un proceso de aceleración y reacomodamiento en la política nacional, donde el gobernador santafesino Hermes Binner pasó de actor secundario a protagonista principal. Sólo la lucha personal que por estas horas mantiene con el senador Rubén Giustiniani logró quitarle brillo a la marquesina de esa posibilidad.

Lo cierto es que aquella elección, que el radicalismo planeó en el comienzo del cronograma electoral para generar una sensación triunfalista de cara a los comicios de octubre, terminó de consolidar, a la manera de un bumerán, el fenomenal efecto arrastre de la presidenta Cristina Fernández sobre los candidatos locales y la pérdida de liderazgo de la UCR en el armado opositor, toda vez que no logró retener, frente a la candidata kirchnerista Corpacci, un territorio que dominó durante casi dos décadas.

Por eso fue que, con ese panorama en el bolsillo, el senador cordobés y candidato a gobernador Luis Juez y Pino Solanas volvieron a la carga con la idea de una alianza de centroizquierda sin la UCR, y con el liderazgo de Hermes Binner.

La relación PS-UCR

Todo el desaguisado de la UCR que vino luego, con proclamación de un candidato a cuatro meses de las elecciones internas, con otro que se bajó y uno que no se sabe, es música para los oídos de Binner, que ve subir sus chances al mismo ritmo que el radicalismo se deshilacha.

Un casual encuentro entre Binner y Alfonsín, en un programa del canal de noticias TN, permitió ver que el candidato de la UCR mantiene el discurso de la simbiosis radical-socialista, pero su mirada no es la misma de meses atrás, cuando nadie imaginaba una alteración en el orden radical-socialista.

La mirada de Alfonsín marcaba distancia frente a un Binner que ahora ve el hueco para meter la trompa y liderar la carrera de la centroizquierda.

La oposición tras la unidad

A la realidad radical ahora se le suman  la declaración por “la democracia” sugerida por el jefe del PRO, Mauricio Macri, y refrendada por un buen número de candidatos opositores, más la convocatoria del propio jefe de Gobierno porteño a un gran pacto anti K, que recibió la aprobación del Peronismo Federal y de los radicales Ernesto Sanz y Julio Cobos.

Ahora queda claro que las aguas se dividen por derecha y por izquierda, con una UCR tironeada para ambos lados, donde Cobos y Sanz miran con gusto un armado con el PRO y el PJ Federal, y Alfonsín presiona hacia una centroizquierda que lo acepta, aunque sólo en parte.

Como era previsible, el intento de Macri y compañía por seducir a Proyecto Sur, el socialismo y al GEN, fracasó. Pino Solanas y Margarita Stolbizer rechazaron esta semana el convite, al igual que el propio Binner.

UCR, caja de resonancia

Fue en el radicalismo donde se sintieron con más fuerzas los esfuerzos opositores por mantenerse con chance en la compulsa electoral por la presidencia.

El fantasma derecha-izquierda, que tanto se columpió en la interna del oficialismo, se ofrece ahora, de cuerpo entero, en las filas de los “boina blanca”.

Es por eso que lo que hace unos meses era un seguro liderazgo del espacio de centroizquierda hoy es una discutible posibilidad, más aún si se tiene en cuenta que dos de sus tres figuras, Julio Cobos y Ernesto Sanz, no se cansan de tirar señales positivas frente a un acuerdo con el Peronismo Federal y el PRO de Mauricio Macri.

Alfonsín, por ahora, mantiene su favoritismo por el GEN y el PS y, de hecho, el partido de manera orgánica ha marcado un camino de negociación con esos sectores.

Sanz y Cobos, que no cuentan con la fortaleza orgánica del partido, apuestan a un fracaso de las negociaciones con estos sectores y planean adueñarse de una salida por derecha, con repetidas declaraciones sobre la conveniencia de una alianza con el Peronismo Federal y el PRO.

“Hoy por hoy no hay ningún socio concreto. (Hermes) Binner tiene que pasar por una interna y si gana es probable que vaya por su cuenta”, dijo Julio Cobos unos días atrás cuando lo consultaron sobre los posibles socios electorales de la UCR.

Presidenciable

Los tiempos de decisión del gobernador, según él mismo se autoimpuso, van desde el 22 de mayo, día en el que Antonio Bonfatti, Rubén Giustiniani y Mario Barletta decidirán el candidato a gobernador del Frente Progresista, y el 14 de junio, fecha límite para presentar las candidaturas en la elección nacional, con miras a las primarias obligatorias del 14 de agosto.

Mientras tanto, el radicalismo mandará negociadores a Santa Fe, para sellar la alianza. Binner los espera con un problema de difícil solución: la incorporación de dos detractores incondicionales del radicalismo, Pino Solanas y Luis Juez. “Me parece que tenemos que sentarnos en la mesa del diálogo, ya que hay gente prestigiosa y talentosa, como Luis Juez,  Pino  Solanas y Víctor De Gennaro”, dijo en estos días el gobernador, luego de aclarar que tenía “un acercamiento histórico con Ricardo (Alfonsín) a nivel afectivo y de conocimiento desde hace mucho tiempo”.

Solanas sigue militando el rechazo a cualquier tipo de alianza con el radicalismo y, en tren de otorgar señales, acaba de admitir que podría bajar su candidatura, aunque aclaró que su espacio, Proyecto Sur, no dejará de llevar un candidato a presidente. Por mucho que se busque no hay otro nombre en el espacio ideológico de Pino, a excepción de Binner, cuyos pergaminos le permitan subordinarse con su candidatura a jefe de Gobierno porteño.

Por ahora son sólo señales. Habrá que dejar pasar el tiempo para ver si se transforman en realidades concretas y Santa Fe tiene, finalmente, un candidato a presidente.

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