Diez años después del primer episodio de Los Simpsons sus creadores decidieron develar el misterio de cuál era el segundo nombre de Homero. Por 208 capítulos lo habían presentado como Homero J. Simpson sin aclarar qué significaba la J. En el capítulo 209 Homero, que ya había descubierto que su madre no estaba muerta, se cansó de no saber cuál era su segundo nombre. Investigó y encontró sus orígenes en una granja hippie donde había vivido su madre. Al pie de un mural psicodélico que ella había pintado supo que él era Homero Jay («jota» en inglés) Simpson.
Hace 90 años, el 14 de julio de 1930, el Hospital de Niños e Instituto de Puericultura de Rosario abrió sus puertas por primera vez. Hoy pueden pasar por Virasoro y Dorrego y ver el cartel: Hospital de Niños Víctor J. Vilela. Ese nombre es casi como una marca publicitaria que repetimos tal cual: Víctor J. Vilela. O decimos “el Vilela”. ¿Pero qué significa la “J” de Víctor J. Vilela, el centro de salud infantil más importante del sur santafesino?
Prueben googlearlo ¿Ya encontraron qué significa la “J”? ¿Wikipedia? ¿No? Aún en la muy completa página sobre la vida institucional del hospital de la Municipalidad de Rosario no dicen qué es la “J”. Tal vez esté en la página de la fundación del hospital. No. Tampoco. ¿Cómo puede ser que repitamos algo tantas veces sin saber qué significa?
Qué signfica la “J” de Víctor J. Vilela
Con paciencia y Google pueden juntar algunos datos repartidos en artículos periodísticos. Víctor J. Vilela era intendente de Rosario cuando el hospital fue inaugurado el 14 de julio de 1930. Dos meses más tarde, el golpe militar de Uriburu lo sacó de funciones. Era radical y miembro del Jockey Club. Murió el 11 de febrero de 1940 después de un choque de autos en Córdoba. Un año más tarde el Concejo le puso su nombre el hospital.
En 2010, aniversario #80 de la inauguración del Vilela, Rosario 12 publicó que la abogada Irene Fontanarrosa (¿tendrá que ver con el Negro?) había presentado un proyecto al Concejo Municipal para que le cambiaran el nombre al hospital por el de Melchor Horacio de Zuasnabar. Según escribieron en Rosario 12, la abogaba opinaba que Vilela había sido un político de poca acción. En cambio, de Zuasnabar, quien había dirigido el centro de salud, merecía que su nombre esté en el ingreso. En el proyecto de ordenanza decía que el cambio de nombre debía llegar “al papelerío, internet y todo lo debido para que la ciudadanía por fin y para siempre tenga en claro quién fue el verdadero artífice de esta obra mayúscula”. Sin embargo, la abogada no decía qué significaba la J que quería borrar de todos lados.
Misterio de marca
Lejos de las conspiraciones, la gente del Museo de la Ciudad “Wladimir Mikielievich” nos ayudó a develar el misterio. No les fue fácil aún para quienes trabajan, investigan y mantienen el archivo de Rosario porque la “tradición” de no aclarar qué era la “J” está desde casi el principio de la historia del hospital. Desde el museo compartieron archivo online. El 11 de febrero de 1940, según el diario El Litoral, Víctor J. Vilela, murió en un choque de autos, aunque no en Córdoba como está mencionado en algunas páginas sino en Coronda.
En el texto, que figura en la hemeroteca provincial, dice: “…había nacido en Rosario en 1887. Dedicado al comercio, fue gerente de la firma comercial Ángel Muzzio e hijos Ltda. Desde su juventud militó en las filas del radicalismo. En 1928 fue electo diputado por el departamento Rosario, sin llegar a incorporarse a la Cámara. En 1930 fue designado intendente municipal de la ciudad de su nacimiento, dejando el cargo a raíz de la revolución del 6 de septiembre”. Pueden leer el resto del artículo, pero tampoco van a encontrar qué significa la “J”.
Después de la muerte de Vilela el Concejo, que en ese momento era “Deliberante” y no “Municipal”, decidió darle el nombre del ex intendente al hospital. El primero de abril de 1941 el presidente del Concejo, Francisco J. Navarro firmó la ordenanza #13 y en un puñado de artículos designaron el hospital de niños con el nombre de Víctor J. Vilela. Quienes legislaban tampoco aclararon de qué iba la “J”, pero pidieron que su nombre quede estampado en una placa de bronce en el ingreso.
¿Fin del misterio?
Desde el museo de la ciudad deslizaron a El Ciudadano cuál era el segundo nombre de Vilela. Les había llegado a través de un grupo de estudio de historia de la ciudad, también sorprendido por la consulta periodística. Pero, de nuevo, no lo tenían en ningún documento físico o digital. Quizás había otra forma de confirmarlo.
“Mi abuelo se llamaba Víctor José Vilela. A mí me bautizaron con su nombre. Mi padre era Víctor Mario Vilela”, contó a El Ciudadano el nieto del ex intendente a mediados de julio. Si bien él no pudo conocer a su abuelo en vida, sigue siendo una parte muy importante del hospital que tiene su nombre. La familia Vilela trabaja en una fundación que desde hace más de 40 años busca dinero para comprar equipos, construir salas y pagar becas de capacitación a profesionales del centro de salud. Este año tenían previsto inaugurar junto a las autoridades una nueva sala de atención especializada en salud mental con recursos que fueron buscando durante dos años.
Al cierre de este artículo, la familia Vilela estaba detrás algún documento que tuviera el nombre completo: Víctor José Vilela. Ahora prueben googlearlo y contarnos qué encuentran.
El Hospital de Niños Víctor J. Vilela cumplió 90 años de referencia en la salud infantil de Santa Fe
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