El diputado Ricardo Alfonsín sumó ayer otra dosis de polémica en la UCR al reunirse con el titular de la Auditoría General de la Nación (AGN), Leonardo Despouy, a quien le expresó su “respaldo incondicional” para que continúe el frente del organismo.
Alfonsín aseguró que Despouy debe seguir en su puesto “por el excelente trabajo desempeñado, lo cual lo transforma en una garantía de control insospechada frente al Poder Ejecutivo”.
“Esto es motivo de orgullo para todos los radicales del país”, aseguró Alfonsín, quien salió así a oponerse a la decisión del titular de la UCR, Mario Barletta, de impulsar el reemplazo de Despouy por un hombre de su confianza, el ex titular del Consejo de la Magistratura Mariano Candioti, de buen diálogo con el kirchnerismo.
Incluso, el ex candidato presidencial señaló que en la reunión del jueves pasado Despouy le desmintió la versión que aseguraba que había presentado la renuncia a Barletta, y le manifestó su intención de realizar un informe de estos diez años de gestión, tras lo cual “los cuerpos orgánicos partidarios tratarán la continuidad en el cargo”.
El diputado nacional bonaerense alentó al auditor general a “seguir al frente del organismo” y le manifestó su deseo de estar presente cuando realice el informe y “su coincidencia en que deben ser las instancias legítimas del partido las que traten esta cuestión tan importante desde el punto de vista institucional con posterioridad al mismo”.
“Como amigo personal que soy me siento orgulloso del reconocimiento puesto de manifiesto a esta gestión por todo el arco opositor”, señaló Alfonsín en un comunicado, del que tomó conocimiento Barletta durante una visita institucional a Tucumán.
Por su parte, el diputado nacional Mario Negri, cercano a Alfonsín, expresó que Despouy prestigia “el control y a la UCR”, a la vez que remarcó que es un “gran error y muy inoportuno removerlo”, por lo que “el poder festeja”.
Por el contrario, el secretario general del Comité Nacional de la UCR, Juan Manuel Casella, aseguró ayer que el partido buscará un “fuerte respaldo político” dentro de la oposición para proponer un reemplazante a Despouy, cuyo nombre también genera tironeos internos en el radicalismo.
“Este reemplazo tiene que reunir una serie de condiciones. En primer lugar tiene que ser un reemplazo de la misma eficacia operativa y el mismo nivel técnico. Y en segundo lugar tiene que tener un fuerte respaldo político”, sostuvo Casella en declaraciones radiales.
“La permanencia indefinida de un funcionario en un cargo determinado puede provocar la aparición de reflejos corporativos, son esos casos donde el funcionario termina creyéndose el dueño del cargo”, indicó.
En declaraciones a radio El Mundo, Casella subrayó que “en el caso de nuestro amigo Despouy hace 10 años que está cumpliendo funciones como auditor, por lo tanto Barletta pensó que era una buena política buscar quien lo reemplazara”.
El jueves, Barletta confirmó que Despouy no continuará al frente de la AGN, órgano de control externo de la administración pública nacional, y anticipó que su sector va a proponer a otra persona para el cargo, pese a las diferencias por el caso con el grupo que lidera Alfonsín y de otros sectores internos y de la oposición.
La noticia sobre la despedida del auditor el próximo 21 de marzo también cayó mal entre el Frente Amplio Progresista (FAP) de Hermes Binner y la Coalición Cívica-ARI.
Binner calificó a Despouy como un “ejemplo de ética” y evaluó que con su salida “la oposición responsable sufre un duro golpe”.
La figura de Despouy, que ocupa el cargo desde 2002 y que tiene vasta trayectoria en políticas públicas, control gubernamental y defensa de los derechos humanos, también fue defendido desde la Coalición Cívica que opinó que “no es momento de debilitar los organismos de control”, dijo su titular Adrián Pérez.
Pérez señaló que la CC “ve con preocupación” la decisión que tomó el radicalismo, mientras que el ex diputado del espacio Juan Carlos Morán juzgó que fue “un atropello a Despouy y una vergüenza institucional” y exigió “una explicación a Barletta”.
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