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Alegatos por el Robo del siglo

En la mañana de hoy comenzará en los Tribunales de San Isidro la etapa de alegatos del juicio por el denominado Robo del Siglo, perpetrado en la sucursal Acassuso del banco Río el 13 de enero de 2006. Fuentes del caso indicaron que se espera que la fiscalía realice pedidos de pena que podrían superar los 20 años de prisión para Rubén Alberto De la Torre; Fernando Araujo; Sebastián García Bolster, y Julián Zalloecheverría.

Los alegatos comenzarán a las 9.30 en el entrepiso de los Tribunales de San Isidro ubicados en la calle Ituzaingó 340, donde se desarrolla el juicio desde el pasado 15 de febrero, cuando expongan los fiscales Eduardo Marcelo Vaiani y Gastón Garbos.

Durante los dos meses y medio que llevó el debate, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de San Isidro, presidido por la jueza María Elena Márquez e integrado por sus colegas Alberto Ortolani y Gonzalo Aquino, escuchó a 163 testigos y los fiscales desistieron del testimonio de otros 400 que habían sido citados.

Fuentes judiciales indicaron que los fiscales Vaiani y Garbos quizás se tomen toda la jornada para sus alegatos, que incluirán exposiciones en pantalla gigante para acusar a los imputados Rubén Alberto Beto De la Torre, de 56 años; Fernando Araujo, de 41; Sebastián García Bolster, de 40, y Julián Zalloecheverría, de 51.

Vaiani y Garbus les imputarán los delitos de robo doblemente calificado (por ser cometido en poblado y en banda y por el uso de arma apta para el disparo), privación ilegal de la libertad agravada, tenencia de armas y dos hechos de encubrimiento agravado (de los robos de los dos autos que usaron para llegar al banco).

Todos estos delitos tendrán, según los fiscales, un concurso real entre sí, por lo que sus penas se suman y habrá pedidos de condenas que superarán los 20 años de prisión para los acusados.

La clave del debate fue la calificación del robo, porque si bien la causa llegó elevada a juicio por el juez de Garantías de San Isidro Rafael Sal Lari como robo calificado por el uso de arma cuya aptitud para el disparo no fue probada, los fiscales siempre sostuvieron que los ladrones no usaron las armas de juguete que dejaron a modo de burla, sino otras de verdad.

La diferencia es vital porque el robo con arma no apta para el disparo tiene una pena máxima de 10 años de prisión, y en el robo con arma apta la condena puede duplicar ese monto y llegar a un máximo de 20 años.

Cuatro de los testimonios clave que utilizarán Vaiani y Garbus para demostrar que las armas eran reales serán los del policía Walter Serrano –quien dijo que cuando salió del bunker le quitaron su arma reglamentaria–, los de los vigiladores Jorge Luis Ferreira y Gustavo Prado que reconocieron las armas que empuñaban los ladrones como verdaderas y la testigo clave Alicia Di Tullio.

La hermana de la mujer conocida como Pepita la Pistolera y ex esposa del imputado De la Torre delató a su marido con varias frases, entre las que figuran: “Llegó con un bolso lleno de plata”, “secamos los billetes en el horno” y “en mi heladera había 600.000 dólares”, indicó la agencia Télam; y además declaró que un día antes del robo Beto trajo a la casa la escopeta recortada.

Según Di Tullio, esa escopeta estaba en condiciones de uso porque jugando con un gato a De la Torre se le escapó un tiro que destruyó parte del techo.

Luego de los fiscales alegarán los abogados que representan al banco Santander Río que actúa en la causa como particular damnificado.

Finalmente será el turno de los defensores Ernesto Vissio (de De la Torre), Leonardo Einingis (de Zalloecheverría), la oficial Inés Mendoza (de García Bolster) y Adolfo Tamini e Ignacio Costa (por Araujo).

El robo al banco Río de Acassuso ocurrió el 13 de enero de 2006 cuando una banda de cinco ladrones copó la entidad y tomó a 23 personas como rehenes.

Los delincuentes saquearon 145 cajas de seguridad y huyeron dejando a 200 policías en ridículo con un botín de ocho millones de dólares y kilos de joyas por un túnel que los comunicaba con los desagües pluviales subterráneos, por donde navegaron en gomones y llegaron a una alcantarilla donde los esperaba una camioneta.

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