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Alas del alma

Todos los seres humanos tenemos derecho a educarnos y a formar parte de la vida cultural de la sociedad, y así desarrollar nuestro potencial artístico, creativo e intelectual, para beneficio propio y de la sociedad general. Ya que la cultura en sus diferentes manifestaciones es el fundamento de la nacionalidad e incentiva nuestra identidad. Debajo del artículo una hermosa poesía de la señora Elsa Tébere titulada “Mariposa”.
 
Por Silvia Buonamico y Elsa Tébere

A través del derecho a la cultura, las personas con discapacidad tienen la posibilidad de desarrollar su potencial artístico, creativo e intelectual, para beneficio propio y de la comunidad.

Las personas con discapacidad tienen derecho a disfrutar del acceso a la literatura y otras expresiones a través texto electrónico, lenguaje de señas y Braille, y en otros formatos accesibles.

De igual forma gozan del derecho a acceder a actividades culturales a través de los distintos formatos con el reconocimiento y el apoyo de la sociedad . Sin trabas arquitectónicas, burocráticas y/o ideológicas.

Quiero narrarles una historia muy conmovedora que podrán apreciar en internet bajo el título EL CIRCO DE LA MARIPOSA. Los integrantes de un circo visitan otro circo donde como gran atracción se exhiben morbosamente entre otros a un señor sin extremidades . Resentido por ser exhibido en un espectáculo de tales características perversas, el discapacitado se auto discrimina aislándose del grupo. Poco a poco cuando siente el amor que le prodigan sus nuevos compañeros de circo, va valorando las capacidades de cada uno de sus integrantes. Hasta que aprende a desenvolverse solo y es admirado por la proeza de su desempeño. Es una gran historia donde al inicio se muestra metafóricamente una larva en un frasco de vidrio (el discapacitado encerrado solo exhibiendo su apariencia, quizás fea para quien tan sólo vea lo diferente y cómo esa diferencia al ser valorizada por la amistad, el estímulo de quienes lo rodean, el aprendizaje, se transforma en esa bella mariposa que se eleva desplegando sus hermosas alas en un vuelo autónomo, al salir de su encierro.

Quise poner este ejemplo para que estas aparentes diferencias que nos son extrañas (y todo lo extraño, a veces asusta), poco a poco vayan desapareciendo, todos somos distintos. Para que se valore a quienes son considerados “diferentes”, se les permita educarse y acceder a la cultura, y demostrar que ellos también desarrollando sus alas del alma, pueden llegar a sentirse hermosas mariposas. Son las alas que ascienden el espíritu, las alas que reemplazan brazos, piernas, ojos, oídos. Esas hermosas alas que pueden elevar a niveles insospechados a un discapacitado. Son las alas de la educación y la cultura, que les permitirán ser autónomos y demostrar sus capacidades. Esas alas no podemos cortárselas y deben estar al alcance de todos los seres humanos. Porque todos tenemos los mismos derechos y cuando los reconozcamos, volarán miles de mariposas de distintas formas, tamaños y colores, pero todas tendrán algo en común la posibilidad de que a través de esas bellas alas, todos por igual, puedan elevarse espiritualmente.

silviabuonamico@yahoo.com.ar

Mariposa

Dulce mariposa de ese cuerpo
que evade las trabas y se eleva,
sacudiendo la brisa que acaricia
el nacimiento de un ser hecho de estrellas.

“Diferente” o “especial” lo llaman,
olvidando que todos en la Tierra,
llevamos impresa esa llama
de creatura única y eterna.

Si tus ojos la luz disfrutar pueden
y si a ellos la visión les falta,
si tus brazos están y ellos no tienen
cómo abrazar físicamente a los que aman,

no olvides que del hombre y la mujer emergen
multiplicados brazos desde el alma,
y una luz interior que les revela
los colores y las formas más preciadas.

Hay una silla que rueda las alturas
empujada por la fuerza de los ángeles
que a danzar los invita a la más pura
dimensión de la magia que da el arte;

otras veces ella corre presurosa
en un juego deportivo que divierte
a estos seres heroicos que rebosan
de esas ganas de vivir que otros no tienen.

Hay pies que se hacen manos increíbles
que dibujan y pintan,que trabajan
y hasta lavan vajilla ,se transforman
con la articulación flexible de las ganas.

Y si acaso en la mente está el problema,
ellos saben dar amor a manos llenas.
Nuestros hermanos “discapacitados”
ganan trofeos, asombrando al mundo entero.

Cuanto seres “completos” le tememos
a ese nadar en el agua de la vida
y ellos en el río nadan,
con la solvencia de un eximio deportista.

Paralíticos y ciegos son aquéllos
que pudiendo caminar y teniendo vista,
ocupan un cargo y no transforman
la realidad haciéndoles justicia.

No miremos para otro lado
ellos tienen el máximo derecho
de contar con el apoyo del Estado
y de quienes ayudarlos prometieron.

Dulce mariposa de ese cuerpo
que evade las trabas y se eleva,
sacudiendo la brisa que acaricia
el nacimiento de un ser hecho de estrellas.

Elsa Tébere

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