Al menos 30 personas murieron y otras 60 resultaron heridas en Irak en una ola de ataques producidos el día de las elecciones parlamentarias. Tan sólo en la capital, Bagdad, murieron al menos 22 personas y otras 40 fueron heridas en los ataques producidos con granadas de mortero y otros artefactos contra colegios electorales.
A pesar de los ataques, la afuencia a las urnas es alta y se observan largas colas en los locales de votación. Las autoridades electorales calculan que unos 20 millones de iraquíes acudirán a las urnas en todo el país.
En la norteña ciudad de Mosul, una de las más convulcionadas del país, fueron cerrados tres centros electorales. Antes del inicio de los comicios, insurgentes distribuyeron volantes, especialmente en la zona de mayoría sunita, en los que amenazaban con atentar contra cualquier persona que acudiera a votar.
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