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Conflicto internacional

Al menos 15 muertos en un bombardeo ruso a un edificio en el este ucraniano

"Durante las operaciones de rescate se encontraron 15 muertos en el lugar de los hechos y se encontraron cinco personas con vida", informó el Servicio de Situaciones de Emergencias en Ucrania sobre el ataque en la localidad de Chasiv Yar


Al menos 15 personas murieron, cinco resultaron heridas y más de 20 podrían haber quedado atrapadas entre los escombros tras un bombardeo ruso contra un edificio residencial en una localidad de la oriental provincia ucraniana de Donetsk, que Rusia busca conquistar en el contexto de su invasión y ocupación en gran parte del este ucraniano.

“Durante las operaciones de rescate se encontraron 15 muertos en el lugar de los hechos y se encontraron cinco personas con vida”, informó el Servicio de Situaciones de Emergencias en Ucrania sobre el ataque en la localidad de Chasiv Yar.

Los rescatistas estaban en contacto con tres personas vivas bajo los escombros, agregó el servicio de emergencias en un comunicado en Facebook.

El edificio de Chasiv Yar, una localidad de 12.000 habitantes, quedó parcialmente destruido, y los socorristas trabajaban con una excavadora para despejar la zona, informó la agencia de noticias AFP.

El gobernador de Donetsk, Pavlo Kirilenko, precisó en Telegram que el edificio de cuatro plantas había sido alcanzado por un misil Hurricane ruso, que se dispara desde sistemas transportados por camiones.

Hasta ahora 591 civiles murieron y 1.548 resultaron heridos en la región de Donetsk desde el comienzo de la invasión rusa el 24 de febrero, dijo Kirilenko.

El Ministerio de Defensa ruso no hizo declaraciones sobre el atentado durante la conferencia de prensa ofrecida esta mañana.

Chasiv Yar está unos 20 kilómetros al sureste de Kramatorsk, una ciudad que se espera que sea un objetivo importante de las fuerzas rusas en su avance hacia el oeste.

La provincia de Donetsk, en la región del Donbass, predominantemente rusoparlante, es el principal objetivo de Moscú en Ucrania desde que conquistó la vecina provincia de Lugansk, hace una semana.

Las fuerzas rusas están levantando un “verdadero infierno” en el Donbass, a pesar de las evaluaciones de que estaban tomando una pausa operativa, manifestó ayer el gobernador de Lugansk, Sergii Gaidai.

Después de la toma de Lisichansk, la última ciudad de Lugansk en poder de la tropa ucraniana, algunos analistas predijeron que el Ejército ruso probablemente tardaría algún tiempo en rearmarse y reagruparse.

Pero “hasta el momento no ha habido una pausa operativa anunciada por el enemigo. Todavía está atacando y bombardeando nuestras tierras con la misma intensidad que antes”, aseguró Gaidai.

El ataque contra el edificio en Chasiv Yar es el último de una reciente ola de bombardeos a estructuras civiles.

Al menos 19 personas murieron cuando un misil ruso impactó en un centro comercial en la ciudad de Kremenchuk, en la provincia de Poltava, a finales de junio y 21 personas murieron cuando un edificio y un área recreativa fueron atacados en la región sur de Odesa este mes.

El ministro de Defensa de Ucrania, Alexei Reznikov, afirmó, en tanto, que las tropas ucranianas sufrieron múltiples pérdidas.

“Tenemos que abastecer a nuestros pelotones, y cambiarlos, y también hacer reemplazos porque tenemos muchas bajas”, dijo en una entrevista con el diario The Wall Street Journal.

Según Reznikov, Ucrania necesita más armas, en particular drones, y subrayó que los enviados por Estados Unidos no disponen de un software para impedir las “interferencias”, citó la agencia rusa Sputnik.

El ministro señaló que los sistemas antitanque NLAW y Javelin siguen siendo necesarios, pero “ya no son prioritarios” debido a los cambios en la naturaleza de las operaciones de combate.

También subrayó que el Ejército de Ucrania necesita lanzacohetes múltiples MLRS con un alcance de 150 kilómetros.

Además, el Estado Mayor ucraniano informó de bombardeos rusos en el este y en Jarkov (noreste), pero la única ofensiva terrestre se dio en Dolomitne, cerca de Bakhmut.

El presidente ucraniano Volodimir Zelenski acusó ayer a Moscú de atacar “deliberada e intencionalmente objetivos civiles, casas, personas”.

Además, autoridades locales ucranianas acusaron al ejército ruso de incendiar campos de cultivo para arrasar las cosechas.

Kiev aseguró haber atacado dos “puntos de mando” y almacenes rusos en la región ucraniana de Chornobaivka (sur), recogió la agencia de noticias AFP.

En Jarkov, la segunda ciudad más poblada del país, el gobernador Oleg Sinegubov anunció en Telegram que ataques con misiles contra un “centro educativo” y una casa dejaron un herido.

El representante en Moscú de la república separatista de Lugansk, Rodio Mirochnik, declaró el domingo en Telegram que se había iniciado una ofensiva en la frontera entre Donetsk y Lugansk, avanzando “contra Siversk desde el norte” y que “tras combates”, la localidad de Grigorivka fue “capturada”.

Además, añadió que sus “tropas llevan a cabo operaciones para liberar Serebrianka”, un municipio de la zona.

En otro orden, el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo hoy que el bloqueo a las exportaciones de granos de Ucrania impuesto por Rusia pudo haber contribuido a los disturbios en Sri Lanka y expresó su temor de que esto pueda generar otras crisis.

“Estamos viendo el impacto de esta agresión rusa en todos lados. Puede haber contribuido a la situación en Sri Lanka, estamos preocupados por las implicaciones en todo el mundo”, afirmó Blinken a los periodistas.

El responsable estadounidense reiteró su llamado para que Rusia deje salir los 20 millones de toneladas de grano de Ucrania, que Moscú invadió en febrero.

“Constatamos en todo el mundo una inseguridad alimentaria creciente que se ha visto exacerbada de forma considerable con la agresión de Rusia contra Ucrania”, declaró.

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