Ciudad

Prevenir otro cajoneo

Al lado de la bandera y cerca del Paraná para que no vuelva a caer la ley de protección de humedales

La Multisectorial Humedales reclamó al presidente Alberto Fernández, desde el Monumento, que incluya el proyecto unificado de preservación y presupuestos mínimos en el temario de sesiones extraordinarias del Congreso. Por tercera vez en ocho años, está a punto de caer una iniciativa en ese sentido


*Por Paola Cándido y CM 

Un proyecto de ley que proteje los humedales, ambientes dominados por la lógica del agua y reservorios de biodiversidad, está de nuevo por perder estado parlamentario, otra vez en la Cámara de Diputados de la Nación. Mientras, el Delta del Paraná sigue perdiendo hectáreas por el fuego, que casi en todos los casos enciende el hombre. Numerosas voces vienen reclamando que se destrabe el tratamiento en comisiones de un texto que unifica màs de 10 iniciativas. Entre ellas, la de la Multisectorial Humedales, colectivo nacido en Rosario el año pasado ante la persistencia de las quemas en las islas frente a la ciudad. Este sábado, con los tiempos legislativos acuciantes, la organizaciòn volvió a interpelar la voluntad de los legisladores y del Ejecutivo: le reclaman al presidente Alberto Fernández que incluya el tema en la agenda de sesiones extraordinarias, para que no caiga por tercera vez.

La convocatoria fue en el Monumento a la Bandera. Incluyó presentaciones artísticas y la proyección de videos.

Julia Vélez, integrante de la MH, ejemplificó ante El Ciudadano el sentido de la convocatoria con los lemas empotrados en los mármoles del Monumento: “Ir hacia la libertad”. Lo explicó: “Entendemos que tiene que ver con el respeto en todos sus sentidos. Así, a la naturaleza, entendida no como algo externo sino que nos incluye a nosotros, los humanos, a la fauna, la flora y los ambientes”.

 

La ambientalista reivindicó la historia inscrita en el sitio elegido para esta última conjunción de voluntades, diferente a las originales, en la cabecera del puente Rosario-Victoria donde fue engrosándose la conciencia ciudadana en torno a la necsaria protección de los paisajes del Paraná asolados por actividades productivas e inmobiliarias que los incendiaban. Y que lo siguen haciendo. “Lo pedimos en este lugar simbólico que acunó a la bandera pero también a tantas luchas sociales en una ciudad que es de origen obrera y tiene una historia de lucha por los derechos. Es ese legado y aprendizaje lo que hoy invocamos, en una época en que el grito es el de la lucha socioambiental”.

El texto unificado que fue girado a cuatro comisiones de la Cámara de Diputados y que ingresó al cuerpo hace más de un año, está a nada de perder estado parlamentario. Organizaciones sociales, ambientales y espacios políticos alzan el alerta sobre las presiones para que la norma no se apruebe. Es una historia repetida desde 2013: todos los intentos naufragaron en los cajones legislativos, sobre todo en la Cámara baja, huérfanos incluso de apoyo desde el Poder Ejecutivo. Los que no dejaron de actuar fueron los lobbys: del sector agropecuario, del minero, del inmobiliario, en los que operan empresarios que minimizan sus ganancias y les dejan al resto el pasivo ambiental que producen, y que también se puede cifrar económicamente.

“Los lobbys ya los conocemos. A los representantes que ocupan los cargos el voto dejen de hacer oidos sordos al reclamo popular que lleva dos años frente a este ecocidio, y al Ejecutivo pedimos que se exprese claramente a favor de esta norma para preservar ambientes que suman el 21 por ciento del territorio nacional”, resumió Julia, de la MH, el sentido de los reclamos.

Ocho años en veremos mientras el fuego sigue

 

Es que ya se cuentan ocho años de la misma historia. El último proyecto de protección y presupuestos mínimos fue un gran esfuerzo. Actualizó los anteriores, incorporó los aportes de 11 propuestas de diversos espacios políticos y parecía que, esta vez, empujado por la repercusión pública de las quemas del año pasado en las islas del Paraná, iba a materializarse. Pero no: otra vez está a punto de caer.

El proyecto unificado se giró a cuatro comisiones: Recursos Naturales, Agricultura y Ganadería, Intereses Marítimos y Pesqueros; y Presupuesto y Hacienda. Sólo lo trató la primera, que preside Leonardo Grosso, referente del Movimiento Evita. De allí surgió, el 20 de noviembre del año pasado, la amalgama de iniciativas que detuvo su andar. De las tres comisiones en las que duerme, dos están comandadas por el oficialismo nacional, e Intereses Marítimos es dirigida por Juan Aicega, del PRO.

El reglamento interno de la Cámara baja indica que “todo proyecto de ley sometido a la consideración del Congreso que no obtenga sanción en una de sus Cámaras durante el año parlamentario en que tuvo entrada en el cuerpo o en el siguiente se tendrá por caducado”.

¿Legisladores dedicados al proselitismo? Puede ser, pero eso fue unos pocos meses. Hubo tiempo para apurar el tratamiento antes de que la campaña política complicara los tiempos. Desde el oficialismo, que con la presidencia de dos de las tres comisiones que faltan no fogoneó el debate, prometieron que tras los comicios del 14 de noviembre el proyecto volvería a la agenda de prioridades. Eso no pasó, y se cierra el año legislativo.

El futuro es incierto, porque con el recambio de la Cámara, fijado para el 10 de diciembre, se caerá el dictamen de Recursos Naturales, única comisión que cumplió, y habrá que retomar el camino.

Los daños no permiten la espera. Entre el año pasado y lo que va de 2021 hay más de 600 mil hectáreas arrasadas por el fuego en el Delta del Paraná, según estimaciones del Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario. Y el del río es sólo uno de los humedales en el país, que los hay de diferentes características y, en conjunto, ocupan un 21 por ciento del territorio.

Es que esos paisajes dominados por la lógicas de las aguas superficiales y subterráneas incluyen también, por ejemplo, a los salares, amenazados en este caso por la minería como las islas lo son por la ganadería y la agricultura a gran escala.

Julia, de la MH, recreó la arquitectura del Monumento para insistir en la exigencia: “Lo que queremos reclamar hoy en este barco que apunta al río Paraná es una ley de humedales que proteja el ambiente, que garantice un futuro de salud para los pueblos, no sólo de Rosario, sino de toda Latinoamérica”.

 

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