Luciana Mangó
Adolfo Paulón está más tranquilo. Después de un año de negativas, finalmente Pami le dio el microinfusor de insulina que necesita para el tipo de diabetes que padece. La Justicia había avalado el pedido el 10 de enero cuando la jueza Sylvia Aramberri del Juzgado Federal N° 2 pidió a la obra social que se lo entreguen de inmediato después de un amparo presentado por el jubilado. Después de una serie de trámites administrativos, el aparato llegó la otra semana y este lunes Paulón comenzó los cursos para aprender a usarlo.
“Me llamaron desde Pami de Buenos Aires y al día siguiente me lo enviaron de Córdoba. Fuimos con mi señora a hacer el curso porque el equipo tiene una codificación especial que tengo que aprender. Estoy más tranquilo. Todo el esfuerzo dio sus frutos”, contó Paulón a El Ciudadano.
Paulón tiene 74 años y desde hace dos décadas se inyecta insulina todos los días para tratar su diabetes. Después de varias descompensaciones, el endocrinólogo le recomendó cambiar las inyecciones por un microinfusor, es decir, una bomba que le envía al cuerpo la cantidad necesaria de insulina. Es indispensable para personas que tienen diabetes lábil, un tipo de patología en la que los niveles de glucosa no son estables.
El aparato es importado, cuesta alrededor de 300 mil pesos y la Ley de Diabetes dice que debe ser cubierto por obra social. En el Pami Rosario lo aprobaron. Pero como el monto superaba el límite permitido, derivaron el pedido a la administración nacional donde rechazaron las dos licitaciones que se hicieron.
Después de un año sin solución, y cada vez más preocupado por su situación de salud, Paulón consultó a dos abogadas y a fin de diciembre presentaron un recurso de amparo para que la obra social se hiciera cargo de la compra. El 10 de enero la jueza Sylvia Aramberri del Juzgado Federal N° 2 falló a favor y exigió a Pami que le entregue el microdifusor.
Finalmente, y hace 10 días, Paulón recibió un llamado de Buenos Aires. Desde la administración de Pami le avisaban que una firma cordobesa había licitado comprar el aparato que llegó al día siguiente. Paulón lo buscó y el lunes fue con su esposa a la primera clase del curso para aprender a usarlo.
Dentro de dos semanas tiene que hacerse nuevos análisis y si todo va bien ya puede comenzar a usar el microdifusor para tratar la diabetes.
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