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“Agradezco a la Presidenta por frenar el intento de veto”

Mario Vargas Llosa se refirió al accionar de Cristina Kirchner, luego de que un grupo de intelectuales K pidieran que no participara de la inauguración de la Feria del Libro. "Ojalá esta toma de posición en favor de la libre expresión guíe su conducta de gobernante", agregó. Buenos Aires distinguió a Vargas Llosa como Huésped de Honor Vargas Llosa estuvo con Alfonsín Hebe de Bonafini le entregó una carta a Vargas Llosa

El Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa evitó hoy polemizar con el gobierno nacional al agradecerle a la presidente Cristina Fernández por su “oportuna intervención” para evitar que lo “desinvitaran” a la 37 edición de la Feria del Libro en esta ciudad.

“Agradezco también a los organizadores haber resistido a las presiones de mis colegas y mis adversarios para que me desinvitaran”, afirmó Vargas Llosa, al leer un texto en el inicio de su presentación en la Feria del Libro,

De inmediato, el escritor dijo extender su “agradecimiento a la presidente Cristina Kirchner, cuya oportuna intervención atajó aquel intento de veto”.
No obstante, manifestó que “ojalá esa actitud se contagie a todos sus partidarios y guíe su propia conducta de gobernante”, en un ambiente sin ninguna manifestación de agresión hacia su persona.

Una de las asistentes a la conferencia de Vargas Llosa fue la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, que se retiró cuando el escritor terminó de leer el texto y pasó a protagonizar una reportaje público con el periodista José Fernández Díaz.

Hebe de Bonafini alcanzó a entregarle, en privado, una carta sobre la “libertad de prensa” en la Argentina, en la que llamó a Vargas Llosa “profesor”, según explicó luego, porque “no es mi amigo y no lo leo”, y fue el camino que encontró para “no agredir” al visitante.

La titular de Madres -quien lo aplaudió en un momento de su alocución- sólo respondió con un “bien” cuando se la consultó sobre la exposición del escritor peruano.

A metros de la sala Jorge Luis Borges, un pequeño grupo de jóvenes repartía panfletos con algunas frases de Vargas Llosa como “La Argentina está desapareciendo”, y rechazaban este tipo de expresiones.

A las 18.33 Vargas Llosa, último ganador del premio Nóbel de Literatura inició su conferencia con un discurso agradeciendo la invitación de las autoridades de la Fundación del Libro y enalteciendo las cualidades de la Ciudad de Buenos Aires, en la cual admitió que le gustaría vivir.

Según dijo, aquél episodio, el del debate sobre su presencia en la Feria, planteó “un asunto interesante y actual”, que sintetizó en un capítulo de su exposición que tituló “La Libertad y Los Libros”.

“Los libros nos ayudan a derrotar los prejuicios étnicos y racistas, nos muestran que por debajo de las fronteras somos iguales. Gracias a los libros viajamos a los espacios y los tiempos”, precisó.

Sostuvo que los libros “han despertado a lo largo de la historia el recelo de los enemigos de la libertad, quienes se creen dueños de las verdades absolutas, los dogmáticos y fanáticos”.

En distintos tramos de su exposición, recordó a “todos los fanáticos y dogmáticos que han sembrado de odio y de violencia la historia de la civilización”, lo que despertó el aplauso de los presentes.

Tras mencionar “la camisa de fuerza de la censura previa”, reseñó que “la novela fue prohibida durante tres siglos” y “el contrabando se encargó de que muchas novelas como ‘El Quijote” circulara en forma clandestina”.

“Los comisarios políticos han reemplazado a los inquisidores” de la Edad Media, opinó, y enumeró que “nazis, fascistas, comunistas, caudillos militares y civiles han tratado a lo largo de toda la historia” de acallar las manifestaciones literarias. “Pero por fortuna siempre han fracasado”, añadió.

Para Vargas Llosa, “los latinoamericanos tenemos dificultades para discernir entre ficción y realidad”.

Luego, en el reportaje abierto, expondría sobre su última novela, “El sueño del celta”, su vida como escritor, sus inseguridades y su método para recopilar información que luego traduciría en su extensa obra literaria.

Entre los presentes, además de Hebe de Bonafini, estuvieron el ministro de Cultura de la Ciudad, Hernán Lombardi; el ex embajador Abel Parentini Posse; y la esposa de Jorge Luis Borges, María Kodama.

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