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Afirman que el 97,3% de la población mundial respira aire nocivo para la salud

Un estudio de la Universidad de Chicago reveló que el impacto en la salud por intoxicación por partículas contaminantes en el aire iguala al daño que genera el tabaquismo, triplica los valores de deterioro por consumo de alcohol y supera hasta 6 veces los del VIH


Por Diego Mudano / Télam

Un estudio de la Universidad de Chicago reveló que el impacto en la salud por intoxicación por partículas contaminantes en el aire iguala al daño que genera el tabaquismo, triplica los valores de deterioro por consumo de alcohol y supera hasta 6 veces los del VIH, se difundió hoy.

Una investigación del Instituto de Política Energética de la Universidad de Chicago (EPIC), que estudia el Índice de Vida de la Calidad de Aire -AQLI por sus siglas en inglés- expuso que la contaminación del aire por Materia Particulada (PM2,5) es “la mayor amenaza para la salud mundial”, y advirtió que las personas promedio, en la actualidad, disminuyen hasta 2,2 años su esperanza de vida por estar expuestas a este nivel de polución.

Según remarcó este informe, el número de personas afectadas por esta problemática mundial representa al 97,3% de la población que, en términos de esperanza de vida, evidenció un total combinado de 17 mil millones de años menos para las 7.400 millones de personas que en todo el mundo respiran PM2.5 o gases como el Ozono, Dióxido de Nitrógeno, Dióxido de Azufre y Monóxido de Carbono, entre otros.

El investigador del Conicet, licenciado en Ciencias Biológicas especializado en Epidemiología Ambiental, Pablo Orellano, dijo a Télam que este material “son partículas que se encuentran en suspensión, partículas sólidas que por el tamaño que tienen pueden estar suspendidas en el aire durante mucho tiempo y, por esa razón podemos respirarlas”.

“Están en todos lados y pueden desprenderse de cualquier material como Carbón, Sílice, Sales u otros compuestos orgánicos”, aclaró.

Télam consultó por qué es tan nocivo para las personas.

“Porque cuenta con un diámetro de 2,5 micras -una milésima parte de un milímetro- y que, por su tamaño tienen la potencialidad de entrar a los pulmones, luego a los alvéolos y por esa vía llegar al sistema circulatorio”, remarcó Orellano.

La neumonóloga del hospital Muñiz, Alejandra Briozzo, explicó que “por fuera de las enfermedades profesionales, la polución ambiental puede producir EPOC. El ozono, por ejemplo, es una importante toxina pulmonar potencial que constituye el 90% de los oxidantes medidos del smog”, remarcó.

Luego indicó que “en estudios en animales se observó que produce alteraciones histológicas en los bronquios más pequeños, que desaparecen tras un periodo de 24 semanas respirando aire limpio”.

Orellano, que participó de un proyecto de investigación para la Organización Mundial de la Salud (OMS), describió que la contaminación del aire puede tener distintos orígenes.

“En algunos casos puede ser por causas naturales como incendios forestales, erupciones volcánicas o de origen antrópico, es decir, generadas por el ser humano, como industrias, transporte, energía o contaminación por agrotóxicos”, describió.

Desde la OMS explicaron que las actividades económicas que expulsan más partículas contaminantes al aire, por fuera del calentamiento son la planificación urbana, la generación de electricidad y la manera en la que las ciudades gestionan los desechos urbanos y agrícolas.

Para cada una de ellas, la OMS elaboró una serie de soluciones que podrían permear el escenario actual y solventar una mayor calidad de vida a futuro.

Entre ellas detallaron la utilización de tecnologías limpias que reduzcan las emisiones de las chimeneas industriales, garantizar el acceso a soluciones asequibles de energía doméstica, vehículos y combustibles de bajas emisiones, aumento de fuentes de energía renovable y estrategias de reducción, separación y reciclado.

Para graficar el delicado escenario de vulnerabilidad, el informe de calidad del aire (AQLI) comparó estos valores con algunas de las causas que más fallecimientos generan en las personas: “el consumo de alcohol reduce la esperanza de vida en 8 meses; agua insalubre y saneamiento, 7 meses; VIH, 4 meses; paludismo, 3 meses y actividades relacionadas al terrorismo, solo 9 días”, mientras que la polución lo hace hasta en 2,2 años.

Y advirtieron que, si bien es posible dejar de fumar o tomar precauciones contra las enfermedades, todos deben respirar aire. Por lo tanto, la contaminación del aire afecta a muchas más personas que cualquiera de estas otras condiciones.

En Argentina, la organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que por año mueren 15 mil personas por enfermedades iniciadas por el alto nivel de polución local y que derivan en cáncer de pulmón, cardiopatías, asma y otras patologías respiratorias.

En diálogo con Télam, el especialista en contaminación e integrante del Centro Europeo para el Medio Ambiente y la Salud de la OMS, Pierpaolo Mudu, explicó que “esta base de datos se actualiza regularmente cada dos o tres años desde 2011”, y que “aún es demasiado pronto para ver y medir cambios. Por lo general, toma varios años, pero las políticas e intervenciones son efectivas y sabemos que muchos países están considerando revisar su actual estándar para alinearlo con los niveles recomendados por la OMS”.

“Las personas mueren de enfermedades como ataque al corazón, infecciones respiratorias exacerbadas o causadas por la contaminación del aire y otros factores de riesgo. Por primera vez en el Reino Unido la contaminación del aire ha sido reconocida como causa de muerte de una persona y no sólo como factor de riesgo”, consignó Mudu.

Frente a esta cuestión se abren dos escenarios, según los investigadores: las zonas rurales y las zonas urbanas.

¿Tienen el mismo nivel de contaminación en ambos lugares?, consultó Télam.

“Cualquier actividad que se genera en estos dos escenarios tiene la capacidad de afectar nuestra salud. No hay una contaminación mejor que la otra, solo que va a depender de qué componentes se trate”, explicó Orellano.

Por ejemplo, la contaminación por agrotóxicos en el campo tiene que ver fundamentalmente con compuestos que se llaman “orgánicos volátiles” (COV), altamente tóxicos.

Pero, por otro lado, en las ciudades hay más concentración de personas, con lo cual, “hay un mayor impacto en las ciudades simplemente porque hay mayor número de gente viviendo que en lugares rurales”, explicó el investigador.

La neumonóloga Briezzo, advirtió que “es difícil el acceso a un tratamiento ya que las terapias respiratorias son muy caras, tanto como $5 mil a $20 mil un aerosol, y en general uno combina dos o tres en un mismo paciente. Sabemos que la polución existe y que puede producir EPOC, pero para recomendar la no exposición se tendrían que mudar a una zona que no la tenga”, concluyó.

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