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Aerolíneas, cerca de un serio lío gremial

Por: Sergio Dattilo

La mala relación de Cirielli, secretario de Apta, con la conducción de Aerolíneas presagia un futuro de conflictos.
La mala relación de Cirielli, secretario de Apta, con la conducción de Aerolíneas presagia un futuro de conflictos.

Aerolíneas Argentinas está a punto de sumar un nuevo problema a los ya conocidos de denuncias por sobreprecios en la compra de aviones, un déficit que ya ronda el millón y medio de dólares diarios y una flota que no vuela; mañana en un plenario de delegados de Apta (Asociación del Personal Técnico Aeronáutico) podrían decidirse duras medidas de fuerza contra la aérea reestatizada, que no sólo dejarían a la empresa en tierra, sino que paralizarían todo el tráfico aéreo en el país.

Mientras tanto, la empresa sigue sin informar oficialmente cuál fue su pérdida de febrero, pese a que ya trascendió que supera los 35 millones de dólares; si a esa cifra se le agregan los 24,5 millones de dólares perdidos en enero, el “rojo” en el primer bimestre es pavoroso, pero lo peor aún está por llegar. Sucede que la pérdida cercana a los 60 millones de dólares se produjo en el mejor período del año; de acá en más, y hasta las vacaciones de invierno, todo será peor aún.

Respecto de la situación gremial, es conocida la postura crítica que mantiene Ricardo Cirielli, secretario general de APTA, con la conducción de Aerolíneas que encabeza Mariano Recalde; por eso la posibilidad de medidas de acción directa tiene que ver con reclamos que van más allá de lo meramente reivindicativo y cuestionan –sobre todo– la tercerización de reparaciones y revisiones de las aeronaves que concretó Recalde.

Si bien la pelea arrancó con la adhesión de Cirielli a la CGT Celeste y Blanca que orienta el gastronómico Luis Barrionuevo, el combate se agudizó cuando Recalde decidió enviar a Brasil un Airbus 340-300 para un “C-check” (el “repaso” más profundo a que se someten las aeronaves).

Desde entonces llueven las denuncias contra el joven ejecutivo –cuyo padre es el álter ego de Hugo Moyano– por la contratación directa de ese servicio y por haber “ninguneado” a los técnicos locales, que se suman a las ya conocidas por uso “indebido” de aviones de la empresa para uso personal, y la reciente de supuestos sobreprecios pagados por la compra de 20 aviones a la estatal brasileña Embraer.

La agenda del plenario de los técnicos incluye temas como la “falta generalizada y profunda de inversión en las áreas de mantenimiento y reparación”, la “ausencia de un proyecto estatal de inversión para la nacionalización de la Fábrica Argentina de Aviones de Córdoba”, las “demoras en el traspaso de los controladores de tránsito aéreo del ámbito militar a la órbita civil” y –sobre todo– la “falta de personal y de equipamiento técnico indispensable para la seguridad en el control aéreo”.

Está claro que nadie, ni en el gobierno ni en la empresa, podrá dar satisfacción inmediata a reclamos de semejante profundidad. La convocatoria entonces debe ser leída como el inicio formal de las hostilidades entre Apta y la Aerolíneas de Recalde, que podría terminar en la parálisis del tráfico aerocomercial a nivel nacional. Es que los controladores de vuelo están afiliados al gremio de Cirielli, y sin controladores no hay operaciones aéreas para nadie.

Como se ve, en la lista de reclamos no figura el tema salarial; se sabe que todos los gremios aeronáuticos esperan la cifra en que cerrarán los pilotos para pedir lo mismo o un poco más. En la empresa se habla de que Apla –que encabeza Jorge Pérez Tamayo, hombre que perdió la protección de Ricardo Jaime– arreglaría por un guarismo cercano al 25 por ciento para todo 2010.

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