La Justicia de San Lorenzo busca personas o familias para adoptar a más de 20 chicos y chicas de entre 9 y 15 años. Después de dos llamados nacionales a través de los registros de adoptantes de todo el país, y más de 190 personas anotadas para hacerlo, ninguna aceptó vincularse con los chicos y chicas de San Lorenzo. Desde el juzgado de Familia, a cargo de Marcelo Escola, confirmaron que harán un llamado público. “Muchos son hermanos. Son de la franja de edad más difícil para lograr una vinculación y luego la adopción”, explicó el juez a El Ciudadano.
Nueva esperanza
En mayo de 2019 la Justicia santafesina giró a los registros de todo el país de quienes desean adoptar una convocatoria para darle un hogar a cuatro hermanos (tres nenas de 8, 12 y 14 años, y un nene de 11) de San Lorenzo sin separarlos. En pocos días, 87 postulantes de ocho provincias mostraron interés y comenzaron el proceso de entrevistas para una posible vinculación.
“Hay personas de más de la mitad del país interesadas en adoptar a estos chicos. Hay inscriptos de la ciudad de Buenos Aires, Chubut, Río Negro, Jujuy, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa y Tierra del Fuego, entre otros distritos. Que haya una sola familia en condiciones para adoptar a los cuatro hermanitos es algo positivo. Estamos contentos porque hay bastantes personas que se inscribieron”, había dicho el por entonces titular de Gestión Pública de Santa Fe, Matías Figueroa Escauriza. El ex funcionario había explicado que “si una persona quiere adoptar, nosotros vamos a apoyar económicamente este proceso”.
La convocatoria tuvo al ex camarista civil Marcelo Molina, estandarte de los procesos de justicia en familia, como vocero.
Los hermanitos venían de hogares con problemas de contención, violencia o abandono y desde el Estado no pudieron revincularlos con sus familias de origen, ni en el entorno ampliado, que incluye tíos, abuelos y otros parientes. No eran los únicos menores que estaban en adopción, pero el caso se viralizó a nivel nacional, por lo que se multiplicaron los postulantes. Para adoptar a un adolescente de 16 años, que padece un retraso madurativo leve como consecuencia de una enfermedad, se inscribieron 9 familias, y para otro chico de 14 ya hay 24 anotadas.
Entre mayo y lo que va del año la Justicia santafesina de San Lorenzo buscó vincularlos con quienes se postularon, pero ninguno funcionó. El juez Escola explicó que en parte se debe a que son chicos y chicas de entre 9 y 15 años, la franja más difícil para adoptar, según reconocieron los funcionarios provinciales y jueces de familia.
Crecer con trabas
Tal como publicó El Ciudadano entre 2016 y 2018 crecieron las adopciones de chicos y chicas que superan los 8 años en Santa Fe. La tendencia se consolidó en ese tiempo y fue inédita a nivel nacional. Desde el Registro Único Provincial de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (Ruaga) habían celebrado el cambio de paradigma que permite a más chicos y chicas tener una familia. Incluso habían dado a conocer el caso de la adopción de una adolescente de 13 años a partir de la primera convocatoria pública en 2017.
Pero adoptar a un adolescente se volvió más difícil con el macrismo. “Por más buena voluntad que tengan los aspirantes es constante la duda en adoptar a un grupo de hermanos por los costos”, habían dicho desde la provincia.
Según la provincia, a nivel nacional solo el 1 por ciento se inscribe para adoptar a chicos y chicas de 8 años. Eso llevó a que el gobierno de Miguel Lifschitz lanzara tres convocatorias públicas que rebotaron en las redes sociales desde las publicaciones en los medios de comunicación. Y repercutió en las estadísticas. En 2016 se concretaron 49 adopciones. Del total, tres fueron chicos y chicas de entre 3 y 6 años. En 2017 fueron 102 vinculaciones, de las cuales 55 correspondieron a niños y niñas de entre 8 y 18 años. En 2018 fueron 115, de los cuales 57 casos tenían más de 8 años.
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