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Imprudente

Acusaron de mala praxis a un anestesista de sanatorio privado

En 2014 Miriam Rearte entró a Los Alerces por un dolor abdominal y a la semana murió por una falla respiratoria. Para la fiscal el médico actuó con negligencia al no controlar la recuperación de la paciente


Miriam Rearte tenía 40 años, tres hijos y era ama de casa. El 28 de noviembre de 2014 fue hasta la guardia del sanatorio Los Alerces por un dolor abdominal. Los médicos le diagnosticaron cálculos en la vesícula. La internaron y programaron una cirugía para el día siguiente. Antes de entrar al quirófano, la mujer avisó a los cirujanos que era alérgica a la penicilina y a las cefalosporinas.

El antecedente quedó registrado en su historia clínica. Miriam salió del quirófano sin ninguna complicación. Aún no había despertado de la anestesia, cuando sufrió un problema respiratorio que le provocó una cianosis (coloración azul de la piel porque no llega suficiente oxígeno a la sangre) en tórax, cara y brazos. La complicación derivó en una falla en varios de sus órganos que culminó en un paro cardiorrespiratorio.

Los médicos la reanimaron pero la mujer quedó con secuelas cerebrales y hepáticas. Una semana después murió. La mujer había recibido una dosis de cefazolina, un antibiótico de la familia de las cefalosporinas, al cual era alérgica.

La familia de Miriam demandó al anestesista y al cirujano por mala praxis. En paralelo inició una demanda civil contra los médicos y el sanatorio. La semana pasada el anestesista, que siguió ejerciendo durante estos cinco años, fue acusado por homicidio culposo.

Para la fiscal Mariana Pronutto, el anestesista tuvo una conducta “negligente, imprudente e imperita”. Le había dado un antibiótico al que la mujer había expresado era alérgica en la historia clínica, no controló su recuperación después de salir del quirófano y tampoco la asistió cuando tuvo la complicación respiratoria.

“Conociendo las posibles complicaciones que pueden transcurrir durante una anestesia intraoperatoria, usted no realizó el estricto control para estas situaciones, ni en la evaluación pre anestésica, ni en la recuperación post operatoria, creando un riesgo que causó la muerte”, señaló la fiscal y lo acusó de homicidio culposo, un delito que contempla una pena de seis meses a cinco años e inhabilitación por cinco a diez años.

La abogada de la familia, Malena Copello, dijo que según los registros del sanatorio el día que operaron a Miriam el anestesista tuvo cinco cirugías con una hora de diferencia entre cada una.

“Durante la recuperación ella estaba sola porque cada una hora el anestesista tenía una cirugía. Lo hacen para ahorrar personal. ¿Cómo hace alguien para hacerse cargo personal y continuamente de la recuperación de varias personas a la vez?”, cuestionó Copello, que pidió la inhabilitación para el médico.

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