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Fatal tiroteo en zona sur

Acusaron a 4 policías tácticos

La fiscalía imputó a los agentes involucrados en la muerte de Jonatan Herrera, uno de ellos bajo el cargo de homicidio por coincidir su arma con el proyectil alojado en el cuerpo de la víctima; a los otros tres se les atribuyó el grado de tentativa.


Cuatro suboficiales de la recientemente creada Policía de Acción Táctica fueron acusados formalmente de participar en la balacera que el pasado 4 de enero terminó con la vida de un joven de 23 años que lavaba su automóvil en la puerta de su vivienda de la zona sur. Uno de ellos fue acusado de ser el autor de los disparos que mataron a Jonatan Herrera ya que un proyectil que quedó alojado en la cadera de la víctima salió de su arma, mientras que el resto fue acusado de la tentativa de homicidio del muchacho, delito que fue calificado por el abuso del cargo o función que detentan en su carácter de integrante de las fuerzas policiales.

Durante la audiencia imputativa el fiscal mostró un croquis del hecho y detalló cómo los uniformados, que no superan los 23 años, dispararon hacia la víctima, mientras que la defensa habló de un proceder negligente y sostuvo la falta de capacitación de sus pupilos y la responsabilidad que, afirman, le cabe al Estado por la formación que les brindaron. A su turno el juez Gonzalo López Quintana resolvió dictar la prisión preventiva de los sospechosos sin plazo.

La sala 4ª del primer piso de los Tribunales provinciales fue el escenario de la audiencia imputativa y de prisión preventiva donde Ramiro R., de 23 años, fue acusado de ser el autor de los disparos que mataron a Jonatan Herrera. Por su parte, sus otros tres compañeros de la Policía de Acción Táctica (PAT), identificados como Francisco R. de 19 años, Luis S., 22, y Alejandro G. de 20, fueron imputados de la tentativa de homicidio del joven.

En su acusación el fiscal Adrián Spelta explicó que el 4 de enero se inició una persecución por parte del Comando Radioeléctrico luego de que un joven protagonizara un robo a una juguetería. El presunto ladrón escapaba en moto y al llegar a bulevar Seguí y Alem perdió el control y continuó su escape a pie por la vereda norte y tomó Ayacucho. Cuando el asaltante intentó tomar Pasaje Villar, un uniformado del comando le disparó y cayó por el pasaje. Esta secuencia fue observada por personal de la PAT que hizo detener la marcha del colectivo 113 en el que circulaban. Alejandro G. y Ramiro R. descendieron por detrás del ómnibus mientras Luis S. y Francisco R. por la parte de adelante. Los cuatro, tres de ellos santafesinos y uno oriundo de Calchaquí, admitieron haber desenfundado sus armas reglamentarias y disparar.

En una de las ochavas de la intersección de Pasaje Villar y Ayacucho se encontraba Jonatan Herrera lavando su automóvil. Cuando empezaron los disparos y el presunto ladrón corrió hacia el pasaje, la víctima se guareció entre el vehículo y unos tambores de plástico de 200 litros. Se mantuvo unos segundos allí y luego intentó correr hacia un árbol ubicado a escasos metros por Ayacucho en dirección a los uniformados de la PAT, circunstancia en la que fue baleado. Herrera recibió 3 disparos, uno en el pie, otro en el muslo derecho que atravesó su cuerpo y el proyectil se alojó en la cadera izquierda, y otro que le rozó la cabeza produciendo una esquirla en el hueso del cráneo que le produjo una lesión encefálica. Las últimas dos heridas resultaron fatales, según el informe preliminar de autopsia.

El proyectil extraído del cuerpo de Herrera fue peritado y se determinó que provino del arma reglamentaria de Ramiro R., lo que agravó su situación procesal. El fiscal a su vez se refirió a la filmación de una cámara tipo domo que existe en el lugar y a algunas entrevistas de testigos oculares, entre ellos dos policías del Comando Radioeléctrico, quienes afirmaron que durante la persecución nunca perdieron de vista al ladrón al que uno de ellos baleó cuando intentó cruzar de Ayacucho hacia pasaje Villar, donde quedó herido con el arma que portaba en la mano. Las declaraciones afirman que se escucharon un cúmulo de disparos y a Herrera salir corriendo cuando los de la Táctica tiraron, detalló el fiscal.

Luego del tiroteo los integrantes de la PAT admitieron haber disparado y levantaron las vainas, lo que el fiscal detalló como un entorpecimiento de la investigación y habló de otros dos uniformados de la misma fuerza acusados de encubrimiento por esta acción.

Sostuvo además que los acusados al bajar del colectivo no tenían visión del ladrón y sí del joven asesinado. Otro dato que resaltó la fiscalía fue que los teléfonos secuestrados al personal policial tenían los mensajes borrados y que el principal sospechoso cuenta con un antecedente penal por amenazas que data del año 2011. Spelta sostuvo que los uniformados dispararon en procura de abatir a la víctima y nunca dirigieron su conducta hacia el autor del robo calificado. El funcionario refirió que el hecho se agrava por la forma y los autores del mismo, personas que tenían la tarea de prevenir que pasara lo que le pasó a Herrera, y pidió la prisión preventiva de los acusados sin plazo.

A su turno la defensa, integrada por Alberto Tortajada, Romeo Díaz Duarte y Natalia Giordano, solicitó una prisión domiciliaria para los acusados.

Díaz Duarte afirmó que hay un acta de procedimiento que describe el accionar de la Policía Táctica que se une al enfrentamiento, momento en que la víctima se cruza desafortunadamente y es baleada. Negó la posibilidad de un dolo directo o eventual y sostuvo la teoría de un hecho culposo: “Son chicos de 18 años a los que se le puso un uniforme”, dijo, y detalló que el gobierno los sacó a la calle con 6 meses de instrucción cuando se requiere de una preparación de 2 años. Utilizó las palabras “soberbia” e “imprudencia” para referirse a las autoridades y sostuvo que uno de los acusados no aprobó el examen de tiro. El defensor argumentó que sus defendidos tuvieron la conducta de bajar y ayudar y arriesgó que hay otros responsables que tendrían que estar allí.

Concluida la exposición el juez resaltó la labor del fiscal, se mostró acorde a la calificación imputada y desechó en este estadio de la investigación un actuar negligente, como afirmó la defensa.

El magistrado entiende que puede haber un dolo eventual, una actitud irresponsable de agentes de la fuerza que dispararon contra civiles. Con todo interpretó que hay peligro de fuga y entorpecimiento probatorio; “la forma, el carácter, la actitud de los imputados y el comportamiento durante el procedimiento son pautas que el Código (Procesal Penal) considera como indicios de peligrosidad”, señaló, y dicto la prisión preventiva sin plazo.

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