Policiales

Un crimen conmocionante

Acuerdan duras penas para los homicidas del suboficial Pablo Cejas en la ciudad de Santa Fe

El crimen del uniformado ocurrió a mediados de 2017. Dos años antes había denunciado corrupción entre jefes policiales, políticos y narcotraficantes. Para la Fiscalía, el asesinato no tuvo que ver con esa acusación sino con una pelea previa por un hecho de sangre


El suboficial Pablo Daniel Cejas se encontraba en un programa de protección a testigos cuando fue asesinado en julio de 2017 y tirado en un basural en barrio Yapeyú de la capital provincial. El uniformado había denunciado en 2015 connivencia entre altos jefes policiales, políticos y narcotraficantes. Había recibido amenazas. Según la imputación, el crimen no tuvo que ver con las denuncias sino con una pelea relacionada con un homicidio ocurrido un mes antes. Por el asesinato dos jóvenes fueron detenidos y en julio de este año aceptaron su responsabilidad en el hecho a través de un procedimiento abreviado que consintieron ante los jueces José Luis García, Gustavo Urdiales y Rodolfo Mingarini. Los magistrados homologaron el acuerdo y dictaron condenas de 14 y 15 años de cárcel para el dúo.

Cejas tenía 45 años y era padre de tres hijos. Cerca de las 22.30 del 17 de julio de 2017 su cuerpo fue hallado en un basural de Neuquén al 6400 de la ciudad de Santa Fe. En el lugar encontraron junto a la víctima su motocicleta y su billetera.

El uniformado había denunciado dos años antes connivencia policial y politica con el narcotráfico. Según la pesquisa habia recibido amenazas y dos meses antes de su asesinato, mediante una publicación en la red social Facebook, había posteado: “Ese día me dieron la medalla al herido en acto extraordinario de servicio. Dos años después, cuando denuncié a los jefes corruptos me mandaron a boletear”.

Según denunció en junio de 2015 fue baleado desde un auto cuando circulaba en su moto tras una discusión con un jefe. Luego de ese incidente lo trasladaron a Recreo y un mes despúes la casa de su suegra en Cabaña Leiva fue baleada.

Casi un año más tarde se atrincheró en un bar y disparó el aire para llamar la atención de los medios de prensa y aseguró que se suicidaría si no escuchaban sus denuncias de connivencia entre personas de la fuerza policial y del narcotráfico. Entró a un programa de protección de testigos y en esas circunstancias fue asesinado en julio de 2017.

Según la acusación, el crimen no estaba vinculado con estas denuncias y concluyó que Cejas mantuvo una pelea con un grupo de personas presuntamente por el crimen de Walter Maximiliano “Bahiano” Gómez, ocurrido en junio de 2017. Según la imputación fiscal, en ese contexto Maximiliano Benegas le disparó desde atrás y le pegó un tiro en el cuello que lo tiró al piso dónde le siguió disparando mientras que Jesús Almada le sacó su arma reglamentaria a la víctima y también le disparó. Según la pesquisa Cejas recibió 12 balazos que le provocaron 20 orificios de entrada y salida.

Un mes despúes del crimen los sospechosos fueron detenidos. Luego de unos allanamientos en barrio Yapeyú que dieron negativo se entregó Jesús Almada mientras que Maximiliano Benegas fue arrestado unas horas despúes en un operativo en Laguna Paiva. Ambos fueron imputados por la fiscal Ana Laura Giogia. La viuda de la víctima se constituyó como querellante a través de la abogada Vivian Galeano del Centro de Asistencia Judicial (CAJ).

A fin de julio de este año y tras la presentación de un acuerdo abreviado donde los imputados reconocieron su responsabilidad en el hecho, el tribunal pluripersonal a cargo García, Urdiales y Mingarini admitió el acuerdo que quedó en estudio para su homologación lo que ocurrió a principios de este mes.

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