La Policía de Bolivia investiga el crimen de un joven de 27 años, de nacionalidad argentino-boliviana y residente en la provincia de Salta, que fue asesinado de 18 disparos aparentemente realizados con una ametralladora, en la ciudad fronteriza de Yacuiba.
El hecho, según trascendió, se produjo el jueves último y tuvo como víctima a Marco Antonio Arana, de 27 años, quien residía en el barrio 5 de Septiembre, en la fronteriza localidad salteña de Salvador Mazza.
El crimen se produjo alrededor de las 9 cuando Arana se dirigió a Yacuiba, la ciudad boliviana situada a sólo tres kilómetros de la frontera con Argentina, para entrevistarse con un hombre por cuestiones que no se habían difundido.
La reunión se celebró sobre la calle Cornelio Ríos y a pocos metros del Colegio Mariscal Sucre, de la ciudad boliviana, y una vez terminada, Arana se dirigió a un quiosco para comprar un refresco, de acuerdo con la información difundida por el diario salteño El Tribuno.
Cuando salió del local, el hombre con el que se había reunido volvió a llamarlo, por lo que acudió en su presencia.
En ese momento, apareció un segundo sujeto en una moto y tras una breve pero acalorada discusión, abrió fuego contra el argentino, aparentemente con una pistola ametralladora Uzi.
Arana recibió un total de 18 disparos y cayó muerto en el acto, mientras que tanto su interlocutor como el asesino escaparon del lugar y por el momento se mantenían prófugos.
La investigación del caso quedó a cargo de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) de la Policía de Bolivia.
Una de las principales sospechas apuntan a un hecho relacionado con el narcotráfico y que estaría vinculado con el triple crimen ocurrido en la zona de Acambuco, en Salta, en octubre pasado.
En ese lugar, fueron acribillados a balazos cuando circulaban en un auto Tomás Horacio López y Juan Carlos Callejas, además del boliviano Andrés Plata, en un hecho ocurrido el 10 de octubre pasado.
Vinculado a ese asesinato, de acuerdo con los investigadores bolivianos, ya se produjo en Yacuiba el asesinato de un hombre llamado González, sindicado como el cerebro del triple crimen de Acambuco, y el de Fernando Ortega Plata, hermano de Andrés Plata y, supuestamente, uno de los responsables del primer hecho.
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